José Miguel Cobián | 15 junio 2023
Tribuna
Libre.- El presidente Peña Nieto comentó que no hay
mandatario que se levante en la mañana y se ponga a pensar en cómo joder a su
país. Y tenía razón, por lo menos hasta
su mandato. Luego llegó López Obrador y todo cambió, porque tal parece que
muchas de sus decisiones las toma pensando en dejar a México más vulnerable
ante las potencias mundiales.
Ejemplos sobran, como la falta de apoyo a
productores de cárnicos en Tamaulipas, o la desaparición de los fondos de apoyo
para los agricultores, esos que nos proporcionan los alimentos vegetales
diarios. Exportamos más productos
agrícolas a Estados Unidos pero atendemos la demanda de allá, mientras
padecemos faltantes hasta del maíz con que se hace la tortilla
Y en tecnología estuviéramos, parece que el
gobierno de Morena es enemigo jurado del conocimiento y la tecnología. Hoy voy a comentar respecto de los vehículos
eléctricos.
Para que un país tenga una red funcional de
electrolineras, deberían de existir alrededor de 70,000 bombas de abasto
eléctrico para 2,023, en dos años más deberíamos llegar 120,000 puntos de
recarga en 2025 y cuando menos 340,000 en el año meta de 2,030. México para ser un país viable para usar
autos eléctricos requiere de una enorme infraestructura de puntos de abasto
públicos, además de los que se instalen en casas de los propietarios de estos
vehículos. Porque muchísimos
propietarios de automóvil no poseen un garaje dónde guardarlo y dónde cargar
sus baterías. Por comparar, en España el
60% de los propietarios de vehículos eléctricos depende de puntos públicos para
cargar sus baterías.
México posee 1,012 centros de recarga para
vehículos eléctricos o híbridos plug in según información a mayo/2023 del
Instituto Mexicano del transporte.
Comparado con los 340,000 que serían la meta para 2030, podemos entender
que el gobierno federal simplemente se desentendió de ese asunto, ignorando que
la tendencia es a electrificar la mayor parte de los automóviles para
2030. Por ejemplo, Kia ya anunció que
todos sus autos serán eléctricos para esa fecha.
Siendo México uno de los países que más
automóviles produce y exporta, deberíamos de ser pioneros en la instalación de
electrolineras a lo largo y ancho del país, pero tenemos un grave problema, la
CFE no tiene capacidad de incrementar la producción de electricidad ni siquiera
para atender las necesidades futuras de la industria que se instale en México
por el Nearshoring
Las decisiones que se tomaron durante este
sexenio, dejaron a México en una posición más vulnerable respecto a la
industria eléctrica y ahora sufrimos la presión de nuestros socios comerciales
para corregir a la brevedad las decisiones erróneas que se han tomado a lo
largo del sexenio. Recordemos que la
crisis de los gasoductos terminó con pagos más pequeños, pero a mayor plazo,
que medidos a valor presente neto generaron una pérdida para la nación de 500
millones de dólares.
Y que decir de la compra a Iberdrola de
plantas existentes en el país que ya abastecían la red eléctrica. No se incrementó ni un watt la producción
nacional, pero se gastaron 6,000 millones de dólares o 120 mil millones de
pesos en esa compra por capricho, cuando ese dinero bien pudo invertirse en
mejorar y aumentar las líneas de distribución de electricidad, mismas que son
un cuello de botella desde principios del sexenio, o incluso, plantas nuevas de
producción de electricidad para incrementar la producción nacional.
Si usted es un mexicano consiente que quiere
ayudar a reducir el impacto de su automóvil en el cambio climático, tiene que
enfrentar mil problemas para tener y gozar de un auto eléctrico. Por mencionar algunas, en países civilizados
(con eso quiero dejar claro que México no es un país civilizado), los gobiernos
otorgan no solo exención de impuestos, sino hasta un subsidio para la
adquisición de vehículos eléctricos, en especial cuando los adquieren gremios
de uso intensivo, como los taxistas, con lo cual se estimula la compra y uso de
dichos vehículos. Permanentemente se
amplían las redes de abastecimiento de electricidad, es decir, mediante
estímulos fiscales se fomenta la inversión por parte del sector privado, y por
otra parte, se crean espacios púbicos en todos los municipios, donde el propio
municipio instala puntos de recarga eléctrica.
Se legisla y se crea una oficina de
verificación, para que los puntos de carga, estén en óptimas condiciones y se
eviten robos o ineficiencias por equipos dañados. Y sobre todo, desde el gobierno se establece
la logística de abastecimiento en las distintas carreteras del país, incluyendo
el tipo de recarga en función de la existencia de eléctricos en el mercado. Por
ejemplo, mostraré los parámetros europeos:
un punto de 50kW por cada cien eléctricos puros, uno de 150kW y otro de
250kW por cada mil eléctricos puros.
Se entiende la pesadilla de cargar un
eléctrico en vacaciones, con enormes filas de autos en las gasolineras que
tardan menos de diez minutos en llenar un tanque. La tecnología avanza y ya hay baterías
experimentales que se cargan de 20 a 80% de su capacidad en 8 minutos, con una
autonomía de 800 kms.
Estar en manos de gobiernos que miran al
pasado sin pensar en el futuro es un precio que pagamos los mexicanos para no
incorporar a la población mexicana al desarrollo científico mundial. Nos convertimos en importadores netos de
tecnología y desarrollos científicos. Somos dependientes al 100% del exterior,
y ni siquiera nos preparamos para los cambios que vienen en un lapso no mayor a
seis años.
Si un político solo piensa en beneficios
económicos personales y de grupo, además de concentración de poder, jamás
planeará el largo plazo para beneficio de sus gobernados.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
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