Lucero González, inamovible funcionaria en SSP e impuesta por la titular de la STP, Dorheny García Cayetano
***El
control de esta funcionaria es tan grande que hasta Eleazar Guerrero Pérez no
ha podido quitar.
***Lucero González González es la encargada del cobro de cuotas en todas las delegaciones de Tránsito en Veracruz.
Claudia Guerrero Martínez | 30 agosto 2023
Tribuna
Libre.- Se reportan decenas
de quejas y arbitrariedades perpetradas por funcionarios de la Dirección
General de Tránsito del Estado, en donde el Capitán José Antonio Camps Valencia
ha demostrado su ineptitud para el cargo y
nadie sabe por qué sigue en su puesto, al no tener el conocimiento para
seguir al frente, ni la voluntad para atender su responsabilidad, rodeándose de
personal que le festejan sus ocurrencias y no lo asesoran por su falta de
compromiso y responsabilidad.
El citado en comentarios y entregas Israel
Ruíz Rodríguez, alias “El Gato”, como lo expusimos en: https://twitter.com/cguerreromtz/status/1692882971798175971
nunca debió haber pisado la Dirección
de Tránsito por ser una persona que afectó terriblemente a la institución.
Enfermo de poder y de ambición, lo señalan de ser una persona desagradable y
acosador de mujeres. Al grado de que algunas empleadas tomaron la mala decisión
de dejar su trabajo por temor a ser cambiadas de delegación y alejadas de su
familia, si se quejaban o solicitaban iniciar el procedimiento correspondiente
sobre acoso laboral o sexual.
Quienes tuvieron un momento de valentía
fueron atendidas por la pareja sentimental de Israel Ruiz alias “El Gato”,
quien se desempeña como enlace de género designada por el director Camps
Valencia y por conflicto de intereses no escuchaba siquiera el sentir de las
víctimas y mucho menos las orientaba para la debida atención, lastimando sus
sentimientos y no considerar que algunas personas se quedaron sin el sustento
de su familia.
Esa es la punta del Iceberg de todo lo que
pasa dentro de esta dependencia, por un lado José Antonio Camps Valencia no
atiende a ningún elemento, no da soluciones y las quejas por acoso y
hostigamiento laboral están a la orden del día. Para el director, todos son
chismes, nada merece su atención. Él escucha lo que quiere escuchar y ve lo que
quiere ver a su conveniencia.
En la Dirección General de Tránsito del
Estado de Veracruz, la persona que toma decisiones es “Lucero”, así es llamada
por muchos trabajadores. La famosa Lucero González González, quien era la
delegada jurídica de la Dirección de Tránsito y después se fue, no sin antes vejar
y humillar a todo el que no se preste a sus caprichos y no sea de su agrado
personal, así como dejar a su marido como delegado de Tránsito en Perote, quien
es un hombre sin carácter, ni preparación y ha demostrado que el cargo le queda
muy grande.
Bajo la protección del director de Tránsito,
“por fuera”, Lucero González González mueve al personal de sus lugares de
trabajo, a su libre antojo y simpatías, no se mueve nada sin que ella dé su
autorización. Se conoce que para obtener su “ayuda” para un lugar mejor, no es
suficiente el apoyo monetario (dinero), es requisito indispensable la
humillación personal, rendirse a sus pies, doblegarse, obedecerla ciegamente
porque ella lo dice fuerte y claro: “No ayuda a pendejos”.
Tiene tanto poder sin estar adscrita a esa
área, que el subdirector operativo es una persona que sólo firma documentos y
se queda sentado en la oficina, nadie lo toma en cuenta, ni le hace caso porque
no tiene autoridad alguna. El mismo Camps asegura: “Con la única que no puedes,
ni te debes pelear es con Lucero”.
Y el primo del gobernador, Eleazar Guerrero
Pérez no ha podido con ella.
Lucero González González es una persona
apadrinada por la incompetente y omisa secretaria del Trabajo Dorheny García
Cayetano y por su hermana, quien es magistrada, Ailett García Cayetano. Al amparo de ese “madrinazgo”, es la persona
que cobra las cuotas a los elementos y peritos en todo el estado, en menos de
un año, compró una camioneta de uso, la cual su esposo vendió mediante
Facebook, y ahora es dueña de una camioneta Xtrail color arena, de modelo
reciente, además del vehículo de su esposo, cuando al ingreso de ambos a esta
institución eran usuarios de transporte colectivo y de taxis, en fecha de
quincena.
Se la vive todos los días dentro de la
dirección de Tránsito y su puesto está en la SSP en el jurídico de la Torre.
¿Sabrán esto las hermanas García Cayetano? O sólo miran hacia otro lado porque
sus bolsas también se ven beneficiadas con estos “apoyos” del personal de
Tránsito.
La acusan de ser una mujer insolente y
arrogante, muchos oficiales han sido
perjudicados por ella, pues en ocasiones les ha gritado e insulta; a otros, en
el mejor de los casos, han sido corridos por decisión de ella, porque en la
mayoría de las ocasiones son hostigados laboralmente para obligarlos a
renunciar.
A Lucero González le gusta que la llamen “La Jefa” y aun cuando tiene
alrededor de un año de no laborar en la Dirección General, ella dicta la última
palabra en la Delegación Jurídica de la Dirección de Tránsito de Veracruz.
Desconociendo y avasallando la autoridad de la actual delegada jurídica, quien
llegó a ese cargo por recomendación de ella, con el visto bueno de su gran
amigo el director y con la intención de poner a una persona a su modo, sin
carácter, ni dignidad, que se sometiera a sus caprichos, para así seguir
manejando los hilos, operativos y administrativos de esta dependencia.
No queremos pensar que el gobernador
Cuitláhuac García Jiménez sabe de estos negocios y reciba moches o sobornos de
víctimas de tantos elementos de Tránsito corruptos en el Estado. La Contraloría
General no investiga las tropelías que comete el Capitán de Marina y titular de
Tránsito, José Antonio Camps Valencia.
En lugar de que llegara a instaurar un poco
de disciplina, Camps Valencia se entregó a los brazos de la corrupción con el
afán de obtener un beneficio económico personal, desgastando a la ya de por sí
maltrecha imagen de esta institución. Y la pregunta obligada: ¿Sabrán todas
estas anomalías los altos mandos de la Secretaría de Marina?
Y hablando de José Antonio Camps Valencia se
asegura pertenecer a la Marina y tener el grado de Capitán Topógrafo,
colocándolo en Tránsito del Estado sin el perfil para el puesto, solapado por
el secretario de Seguridad Pública Cuauhtémoc Zúñiga, quien lo protege por los
negocios lucrativos como cambios de adscripción, cobro de cuotas al servicio
público, a transportistas y el negocio de las grúas e infracciones, siendo
operado a través de su gente de confianza, quienes son los que se encargan de mover o cambiar a la gente
a otras delegaciones, cobrar a las empresas y cuotas a los elementos.
Y daremos un dato revelador: Anteriormente el
cobrador del director era una persona llamada Israel conocido como El Gato,
quien decidía todo y los cobros a las empresas y elementos, éste a su vez le
pasaba la maleta al secretario particular del
director, el señor Agustín Colorado y se repartían dichos cobros de
elementos y de las delegaciones.
Con la salida
del Gato, los actos de corrupción siguen, pero por otro escolta del
director de Tránsito José Antonio Camps Valencia, que ahora es comandante llamado
Carlos Francisco Caravantes Reyes, encargado estrella que opera la red de
corrupción, que cobraba el famoso Gato con el secretario particular del
director, así como la jefa del jurídico, muy cercana al secretario particular
del director, el chofer del comandante Efrén Morales,
quienes controlan y dirigen esta red de corrupción en Tránsito del Estado y
claro, el protector de ellos el director José Antonio Camps Valencia y el
secretario de SSP, el Capitán Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla.
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