José Miguel Cobián | 11 septiembre 2023
Tribuna
Libre.- Cuando
López Obrador estaba amenazado por el desafuero en tiempos de Fox, fue la
sociedad civil la que salió a las calles, para defenderlo, incluso quiénes no
simpatizaban con él, pero que consideraron que era incorrecta la decisión del
presidente Fox, salieron a defender a Andrés Manuel. Fox, a pesar de tener todos los fundamentos
jurídicos para llevar a cabo el desafuero, decidió escuchar la voz del pueblo
de México.
Xóchitl Gálvez parece que continuará gozando
de fuero a pesar de pedir licencia para iniciar su campaña por la presidencia
de la República. A pesar de ello, pende
sobre ella la amenaza de encarcelar a su hija, ya que dentro de las acusaciones
que se han vertido hacia ella, incluyen en dos demandas a su propia hija.
No sólo será desgastante para Xóchitl estar
defendiendo su libertar y su verdad en tribunales en medio de una campaña
electoral, sino que también penderá sobre ella la posibilidad de que Morena
tramite su desafuero, o peor aún, que su hija sufra la pérdida de su libertad.
Con esto no estoy diciendo que Xóchitl sea
culpable de nada. Eso no le importa a
este gobierno. Lo hemos visto exonerar a culpables, como es el caso del Búho
Ovalle y el fraude de quince mil millones de pesos en SEGALMEX. También en este gobierno, hemos visto cómo la
voluntad del presidente está por encima de la justicia, con lo que con
cualquier pretexto se ha encarcelado a inocentes.
Por lo tanto, la posibilidad existe, y la
sociedad civil debe de estar lista para salir en un número aún mayor que cuando
del desafuero de AMLO se trató, para defender a Xóchitl y a su hija de
cualquier ilegalidad que quisiera cometer el gobierno federal en su contra, con
el fin de evitar que gane la contienda electoral.
Por otra parte, los partidos políticos nos
han quedado a deber, en particular el partido Acción Nacional, pues Claudia
Sheimbaum cometió un acto de ilegalidad propio de un tirano, cuando envió a
doscientos granaderos (de esos que ya no existen), a tomar por asalto la
delegación donde despacha Sandra Cuevas.
El pretexto, fue una llamada anónima, que avisaba que había propaganda
en contra de la propia Claudia.
Para medir la magnitud del acto ilegal que
cometió Claudia, baste considerar que cualquier delito de alto impacto que se
denuncie en la ciudad de México, tiene que pasar por todo el protocolo y
procedimiento de la fiscalía de la ciudad.
Presentar la denuncia, ratificarla, presentar pruebas iniciales, y en el
caso de delitos como violación, padecer el examen médico y los comentarios
lascivos de los funcionarios en turno.
Cualquier delito que se denuncia en la ciudad
de México en teoría comienza a investigarse cuarenta y ocho o setenta y dos
horas después de haberse denunciado. Digo teóricamente, porque en realidad
sabemos que más del 90% de los delitos que se denuncian jamás son investigados,
igual como sucede en todo el país. El
índice de impunidad alcanza el 97 y 98% en algunos estados, lo que indica que
sólo 2 o 3 delitos de cada 100 son investigados y castigado por las autoridades
correspondientes.
Pues en el caso de la supuesta llamada
anónima, Claudia violando cualquier cantidad de artículos penales, tomó la
decisión de enviar a la fuerza pública bajo su mando, a iniciar un cateo sin la
correspondiente orden judicial, violando incluso preceptos constitucionales,
motivada exclusivamente por su ego herido.
Esos actos ilegales cometidos por Claudia,
sumados a la negligencia en el mantenimiento del metro que ha causado muertes,
accidentes, heridos y retrasos enormes, así como daño patrimonial al erario de
la ciudad de México, debían y deben de ser denunciados ante las autoridades
correspondientes, incluyendo su posible responsabilidad en el tan conocido asunto
del colegio Rébsamen, o el uso experimental de ivermectina sin la autorización
de los ciudadanos conejillos de indias, durante la epidemia de COVID.
Me podrán decir que no sirve de nada
denunciar pues la fiscalía capitalina no es independiente, sino sumisa a las
órdenes de quién mande en la ciudad de México o en el país. Eso es un pretexto falaz, denuncias de ese
tipo, si no son investigadas, pueden generar nuevos actos jurídicos
directamente por parte del poder judicial, y no sólo eso, pueden presentarse
también en instancias internacionales.
El darle puntual seguimiento y la consiguiente presión política y
ciudadana, pueden de alguna manera hacer tablas las demandas judiciales, aún y
cuando las que se presenten contra Claudia sean jurídicamente aceptables, y las
que se presenten contra Xóchitl sean infundios, utilizados exclusivamente para
engañar a los seguidores de morena, o para aplicar un uso faccioso de la
justicia.
Quiénes deseamos rescatar a México de las
garras de Morena, debemos de estar muy atentos y prestos a participar
activamente en cualquier forma de protestas a que se nos convoque por parte de
los grupos ciudadanos o de la dirigencia del frente amplio por México, con el
fin proteger a Xóchitl de algún acto dictatorial desde el palacio de Cortés.
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