* Hacia la judicialización de la candidatura * Todos quieren ser senadores * Se complica el reparto del botín * Marlon destapa la cloaca de Cuitláhuac * Pero olvidó destapar la de Javier Duarte * El escandalazo del nieto de la alcaldesa * Para Gersaín Hidalgo ni el PVEM ni la diputación * Nahle se vengó
Mussio Cárdenas Arellano. | 28 septiembre 2023
Tribuna
Libre.- Adentro,
muy en sus adentros, Rocío Nahle siente el asedio de sus crías, el filo de los
puñales, el reacomodo de los aliados que ven la judicialización de su candidatura
y el fracaso por ser nativa de Zacatecas y pretender gobernar Veracruz.
Adentro, muy en sus adentros, ha de saber que
Zenyazen Escobar no la acuerpa; la sigue y la presiona, conociendo que incumple
el requisito central, por no ser veracruzana por nacimiento o por no ser hija
de veracruzano o veracruzano y se acoge a la residencia efectiva de cinco años
Siente la daga de Mónica Robles, su sombra,
un fantasma, emisaria del Clan de la Succión, que aún lidia con el desdén de la
zacatecana que hace cinco años, en 2018, la vetó para ser senadora suplente de
Morena por su pasado priista, por el cobijo de Fidel Herrera y hasta por un
pacto de no agresión con el panista Miguel Ángel Yunes Linares con el que el
padre, José Pablo Robles Martínez, intentó cobrar los 25 millones de pesos que
Javier Duarte, aliado de los depredadores del Istmo, les quedó a deber.
Mordida por unos, intrigada por otros, Nahle
tiene un enemigo frontal, Sergio Gutiérrez Luna, diputado federal morenista,
políticamente hueco, sin estructuras electorales, tan falto de arraigo que ni
en su pueblo, Minatitlán, le ven trazas de gobernador.
Nahle carga en la conciencia la traición a
Manuel Huerta Ladrón de Guevara, viejo perredista, operador de su campaña a
diputada federal por Coatzacoalcos, en 2015, el que reagrupó a las fuerzas de
Gloria Rasgado Corsi, némesis de Nahle, su acérrima enemiga, con las que tuvo
que apuntalar a un sector del priismo, el marcelismo, que le allegó votos
porque por sí sola la zacatecana no gana ninguna elección.
Y le quita el sueño el más desleal, su
engendro, Eric Cisneros Burgos, el siniestro Bola 8 que mandó al diablo al
propio Andrés Manuel López Obrador cuando lo instó a dejar de promoverse para
gobernador o renunciar a la Secretaría de Gobierno. Si Bola 8 abriera la boca,
si contara tantos y tantos atropellos a la ley, y quién los urdió, Rocío Nahle
no tendría cara para contender.
Todos fingen que la aman y todos la quieren
descarrilar.
Todos son nacidos en Veracruz o hijos de
veracruzano, menos Rocío Nahle.
Todos cumplen con el requisito
constitucional; Norma Rocío Nahle García, no.
Pareciera la favorita del mesías pero, en el
tablero político, es la más frágil.
Los cuervos de Veracruz apuestan a la
judicialización de la candidatura de Rocío Nahle. Y vendrán decenas de
impugnaciones y alegatos en órganos electorales y la resolución en tribunales.
El punto crucial será si cumple con el requisito constitucional: ser
veracruzana o no. Y que no se cuelgue de los cinco años de residencia efectiva
porque eso no invalida el precepto legal.
Será una guerra con daños directos y
colaterales. Será fuego amigo y gozo entre el enemigo. Y el crujir de dientes y
el llanto en la soledad.
La judicialización de la candidatura de la
secretaria de Energía equivale a una implosión en Morena. Reventarán por
dentro. Exhibirán el agandalle de Rocío Nahle y el canibalismo de los
contendientes, los amores simulados y los odios a flor de piel.
Entre los cuervos de Veracruz destaca Sergio
Gutiérrez Luna, alias Gutierritos, diestro en derecho electoral. Su experiencia
se da en las trifulcas en el Instituto Nacional Electoral cuando Morena
comenzaba a ascender.
Gutierritos no orbita en torno a Claudia
Sheinbaum, virtual candidata presidencial. No fue de Ebrard ni de Monreal. Fue
el único alfil del ex secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández,
entre los aspirantes al gobierno de Veracruz.
Gutierritos le tiene cantada la judicialización
de la candidatura a Rocío Nahle. Lo ha pregonado. Atacará su origen, ser
oriunda de Zacatecas, no tener padres veracruzanos, incumplir el requisito
constitucional.
Habrá decenas de impugnaciones, de morenistas
y no morenistas, los que sufrieron los aceleres de Rocío Nahle, el atropello a
sus aspiraciones, la imposición de candidatos, el encumbramiento de ladrones
que hicieron de ayuntamientos y gobiernos un auténtico botín.
Aflorarán las tretas de la secretaria, su
altanería, la intransigencia, su corrientez. Nahle es un lastre. No suma resta.
Nahle fracciona al morenismo, lo divide, atiza disputas.
Morena sufrirá un desgaste interno y todo
porque la zacatecana no quiso —y no podría— gobernar Zacatecas y se le puso que
gobernaría Veracruz.
Los cuervos también traicionan. Cuitláhuac
García, el bailarín que desgobierna a Veracruz, congregó en mayo a sus alfiles.
Acordó no ir ya con Rocío Nahle e impulsar al secretario de Educación estatal,
Zenyazen Escobar García, un striper con el mote de Tarzan Boy que en sus años
mozos divertía a las damas de la mejor sociedad.
Filtrado a los medios de comunicación,
viralizado en las redes sociales, aquel cónclave y la reordenación de la
candidatura movió a Rocío Nahle a reencontrarse y ceder. Nahle iría para la gubernatura
y Zenyazen para la senaduría por Morena. Y luego vinieron las fotos y la
faramalla vociferando que eso, todos sonriendo a la cámara, era muestra de
poder.
Abierto el registro de aspirantes a
“coordinador de los comités para la transformación”, o sea la precandidatura al
gobierno de Veracruz, Morena comienza a arder. Se apuntaron Zenyazen,
Gutierritos, el delegado de Bienestar federal, Manuel Huerta; Eric Cisneros; la
ex diputada priista y ex diputada morenista, Mónica Robles Barajas, de la cuadra
duartista, y peces de menor nivel.
Al registro de aspirantes seguirá la decisión
del consejo estatal de Morena sobre quiénes irán a la encuesta. De ahí saldrá
el candidato o candidata al gobierno de Veracruz. El resto se acomodará en
posiciones hacia el Senado, diputaciones federales y locales. La fiesta de la
simulación.
Pero el incendio avanza hacia Rocío Nahle. Si
la judicialización complica su candidatura, tendrá que concertar. Cederá
candidaturas al Senado, quizá Gutierritos en lugar de Zenyazen, o Manuel Huerta
y Eric Cisneros; la de mujer para Mónica Robles con tantos negativos que
aseguraría un descalabro electoral, o la diputada Claudia Tello, Citlali
Navarro, Irene Navarrete.
Nahle camina en la cuerda floja. Y al final
la cuerda se incendia. No sólo no acredita ser veracruzana, en términos del
artículo 11 de la Constitución Política del Estado de Veracruz que habla de los
nacidos en el territorio o ser hijos de padre o madre veracruzanos así haya
nacido fuera de la entidad, sino que incumple el artículo 43 para aspirar a ser
gobernador, que exige ser “veracruzano en pleno ejercicio de sus derechos”.
Nahle esgrime los 30 años de residencia en
Veracruz. Eso acredita vecindad y la vecindad no es el requisito que exige la
Constitución local para contender por la gubernatura.
Nahle intentó parchar la Constitución de Veracruz
en dos ocasiones. Una, a cargo de su esbirro legislativo, hoy peón en el
ayuntamiento de Coatzacoalcos, Amado Cruz Malpica; la otra, a manos de la
diputada local por Cosoleacaque, Magaly Armenta. Era la Ley Nahle con la que un oriundo de otra entidad pudiera ser
veracruzano sólo por tener hijos nacidos en Veracruz.
La primera fue a la congeladora. La segunda
pasó. Se aplicó el mayoriteo. Pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación
anuló parcialmente la trastada. El origen se da padres a hijos, no al revés.
Pero dejó abierto el resquicio de la residencia de cinco años en términos del
artículo 116 de la Constitución General de la República.
Sergio Gutiérrez Luna sabe que mientras la
Constitución política de Veracruz no se reforme, sólo los veracruzanos por
nacimiento pueden aspirar a gobernar.
El vodevil es de antología. Los depredadores
de la nación luchando a mordidas y navajazos.
Nahle los crió y ahora los cuervos de
Veracruz la comienzan a devorar.
Archivo
muerto
Candil de la calle, podredumbre de su casa.
Qué aleccionador es oír las condenas de Marlon Ramírez a la corrupción. Miles
de millones de pesos desviados en el gobierno de Cuitláhuac García. O la trama
de los empleados que son contratistas, llámese Araly Rodríguez Vez. O los contratos
millonarios a jóvenes beneficiarios de programas sociales que no rebasan los 20
años de edad. Un pozo de estiércol en que se convirtió, entre otras, la
Secretaría de Salud. Y 17 dependencias más saqueando a placer. Los 40 ladrones
del célebre Alí Babá debieron tomar un curso intensivo en la Cuarta
Transformación. Sólo qué… Marlon Ramírez, líder aún del PRI en Veracruz, hace
lo mismo, obviamente con menos millones, con los suyos. Cinco quincenas sin
liquidarle a dirigentes y empleados del tricolor. Como Cuitláhuac, destina las
prebendas para su círculo cercano —Arianna, Kuri, Anilú— y sus corifeos. Muy
loable la expedición de Marlon al centro del drenaje, hallando casi mil 600
millones de pesos con tintes de corrupción. Muy audaz zambullirse en el mugrero
de la Cuarta Putrefacción, siguiendo el rastro de las ratas, hallando el modus
operandi y el modus robandi, documentando la uña inmensa del gobernador y su
grupo delincuencial, la falsa honestidad, la profunda simulación. Pero candil
de la calle es oscuridad de su casa. Marlon Ramírez nada dijo cuando vio hacer
lo mismo a Javier Duarte, el pillastre que saqueó el gobierno de Veracruz. Hubo
empresas fantasma y Marlon calló. Hubo robo de participaciones federales a
municipios y Marlon calló. Hubo una licuadora que concentró recursos federales
para luego dispersarlos y no saberse su destino al tiempo que Javier Duarte
presumía un yate, cuatro penthouse en Boca del Río, un rancho con cuadras de
caballos en Valle de Bravo, y los testimonios de los cómplices, registrados en
las pesquisas de la entonces Procuraduría General de la República dando cuenta
del torrente de efectivo en empresas y firmas fantasma, en México y Estados
Unidos, y Marlon ni se inmutó. Candil de la calle, putrefacción del PRI… Junior
predilecto, Farid Lamarque Rosas gusta del trago y los finales violentos. Gusta
de amigos y novias de sus amigos que arman trifulca, lanzan botella, hieren
rostros y huyen del antro, no como si fuera película violenta sino como la
realidad violenta que les gusta protagonizar. Farid Yael Lamarque es el nieto
incómodo y consentido de Esmeralda Mora Zamudio, la comadre política de Rocío
Nahle, la cuasi candidata de Morena al gobierno de Veracruz, la jefa de la
banda siniestra. Farid es el nieto de la alcaldesa de Nanchital. Aquella noche
del viernes 22, en el antro Agua Mala, hubo violencia innecesaria. Una versión
—la de Gerardo Enríquez Aburto— refiere que Darina Cruz, media naranja del
susodicho Farid Lamarque, se puso histérica cuando una vecina de mesa, asediada
por el nieto de doña Esme, le pasó el dato y le pidió que le pusiera bozal.
Darina la emprendió, no contra el intrépido Romeo sino contra la víctima del
asedio. Y de ahí volaron las mentadas, los reclamos y, como debe ser, las
botellas. Una de ellas se estampó en el rostro de otra damita que nada tenía
que ver. La otra versión —la de Víctor Nazariego Ortiz— dice que el zafarrancho
lo armó Karla Michelle Olea Cid, tesorera municipal de Nanchital, novia de
César Ortega, el mejor amigo de Farid Lamarque; Karla Michelle es pieza clave
en el manejo de los dineros y le imputan también que en los negocios de Farid
que, vía prestanombres, realiza con el erario de Nanchital. De acuerdo con
videos subidos a las redes sociales, la fuga fue al estilo Tarantino: una damita
fuera de control, una camioneta conducida en sentido contrario sobre uno de los
carriles del malecón de Coatzacoalcos, la exquisita dama trepada a la fuerza,
los vecinos de farra arrojándoles vasos con licor y la unidad motora intentando
arrollarlos hasta emprender la huida. No es un borrachazo más. Es el retrato de
un junior y su banda ejerciendo el poder en las cantinas. Es la imagen de Farid
Lamarque Rosas, el nieto incómodo de la alcaldesa de Nanchital, Esmeralda Mora
Zamudio, en plan destroyer. Es Farid Yael, aquel mozalbete sorprendido y
aprehendido con una camioneta con reporte de robo, remitido a la Fiscalía en
Nanchital, por el que la abuelita metió las manos hasta lograr su liberación.
Reza la conseja pública: deja impune al malhechor y su mundo será la
delincuencia. Peor cuando la madrina política es Rocío Nahle. Con esa pandilla
piensa gobernar Veracruz… A Gersaín Hidalgo, ni el PVEM ni la diputación
federal. Vetado por Javier Herrera Borunda; por su padre, el ex gobernador de
Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, y por Rocío Nahle, el líder real del Sindicato
Único de Empleados Municipales (SUEM) dejó de tener futuro político. Intentó
apoderarse del Partido Verde, tomar el control del comité municipal, colocar su
estructura política y financiarlo y los dueños del Verde no lo dejaron pasar.
Palabras más, palabras menos, sentenciaron que el PVEM era —y es— para Isaac
Férez Esparza, así cargue un historial de señalamientos, cinco acusaciones en
el Me Too sexual de la Universidad Anáhuac. Esa, sin embargo, es historia
aparte y explosiva. Gersaín Hidalgo, que fuera peón de los Chagra, el corre, ve
y dile de Mili, hoy está en la desgracia, viendo cómo la nave naufraga. Año y
medio arrastrado ante el alcalde Amado Cruz Malpica, pisoteando la historia
combativa del SUEM, y al final Morena lo repudia. Rocío Nahle le cobra el
asedio a Víctor Manuel Carranza Rosaldo, primer alcalde morenista que la
zacatecana impuso en Coatzacoalcos, un cero a la izquierda, un marrullero que
permitió hasta la falsificación de un acta de cabildo. Nahle le cobró las
manifestaciones, bloqueo al Túnel Sumergido, cierre de los accesos a
Coatzacoalcos y hasta la baladronada de quemar el palacio municipal. Gersaín se
le arrastró a Amado Cruz Malpica, prestándose a joder los derechos de sus
agremiados, suponiendo que así se ganaba el derecho a ser candidato del PVEM a
diputado federal. Se ve que Gersaín Hidalgo no conoce a la secretaria de
Energía. Lo usó, se burló y lo desechó. Su futuro y su suerte ya la decidió
Rocío Nahle. Y no pinta bien. Mejor dicho, pinta muy mal…
https://mussiocardenas.com/informe-rojo/117861/rocio-nahle-ya-siente-que-sus-crias-la-devoran
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