*El gobierno de Nicaragua ha calificado a la Iglesia como “una mafia” y a los obispos como “demonios con sotana”.
Ciudad de México. | 15 enero 2024
Tribuna
Libre.-
El gobierno de Nicaragua liberó este domingo al obispo católico Rolando
Álvarez, condenado a 26 años de prisión por conspiración y otros delitos, y lo
envió en un avión con destino al Vaticano, aseguró el obispo auxiliar de
Managua, monseñor Silvio Báez.
Durante una misa dominical en Miami, donde vive exiliado
desde 2019, Báez dijo que también fueron liberados y expulsados a Roma el
obispo Isidoro Mora, 15 sacerdotes y tres seminaristas. Todos fueron detenidos
en diciembre pasado en distintos sitios del país y según el obispo auxiliar ya
han aterrizado en un aeropuerto romano.
La información no ha sido confirmada hasta el
momento ni por el gobierno del presidente Daniel Ortega ni por el Vaticano.
Báez, que dio la noticia en la iglesia Santa
Agatha, mantiene comunicación permanente con Nicaragua desde que salió del
país. Dijo que obtuvo la información de la excarcelación “desde esta mañana,
tanto desde Roma como de Washington y desde Managua”.
El obispo Álvarez llevaba 500 días privado de
libertad, según Báez, primero en arresto domiciliario y luego encarcelado desde
febrero de 2023.
El obispo de Matagalpa, al norte del país,
era la voz más crítica de la Iglesia católica que aún permanecía en Nicaragua.
Fue encerrado en la cárcel Modelo de Managua y condenado por “conspiración”
propagar noticias falsas, obstrucción de la justicia y desacato a la autoridad,
tras negarse a ser deportado a Estados Unidos junto a 222 opositores
excarcelados y desterrados hace casi un año.
Como parte de la condena, también se le
retiró la nacionalidad nicaragüense.
Previamente estuvo privado de libertad desde
agosto de 2022, cuando la policía estableció un cerco en torno a su Diócesis de
Matagalpa, a unos 130 kilómetros al norte de Managua.
“Lo cuento con profunda alegría”, señaló el
prelado. “La dictadura sandinista criminal de Daniel Ortega no ha podido contra
el poder de Dios”, agregó tras asegurar que los religiosos ya aterrizaron en el
aeropuerto Fiumicino de Roma “y han sido acogidos por la Santa Sede”.
Báez agregó que todo ocurrió después “de
haber orado incesantemente” por la liberación de Álvarez y de los demás
religiosos “injustamente secuestrados” desde hace casi un mes.
Con la voz quebrada por la emoción, el obispo
agradeció al papa Francisco “por su interés, su cercanía y su cariño por
Nicaragua” y a “la eficacia de la diplomacia vaticana”.
El gobierno de Nicaragua ha calificado a la
Iglesia como “una mafia” y a los obispos como “demonios con sotana”, después de
acusarlos de haber apoyado la rebelión social de 2018, que puso en jaque a la
administración sandinista con protestas multitudinarias durante varios meses.
Los principales medios de prensa de Nicaragua
difundieron ampliamente la información, señalando que el grupo de desterrados
está formado por los dos obispos, 13 sacerdotes y tres seminaristas.
Por su parte el presbítero Uriel Vallejos,
párroco de Sébaco (norte) y exiliado en Estados Unidos, informó del destierro
muy temprano en su cuenta de X.
“Los Ortega-Murillo, quiere dejar sin sacerdotes
a Nicaragua. Otro avión lleno de pastores del pueblo al exilio. Viva Nicaragua
libre!! Viva la Iglesia Católica!! Vivan los curas exiliados!! Vivan los
exiliados!!”, escribió Vallejos.
La lista de los expulsados de Nicaragua
incluye al obispo de Siuna (noreste), a monseñor Isidoro Mora y a varios
sacerdotes que son autoridades en la Arquidiócesis de Managua, como los
vicarios Silvio Fonseca, Miguel Mántica y Carlos Avilés.
Los demás religiosos desterrados fueron
identificados por la prensa como Mykel Monterrey, Héctor Treminio, Pablo
Villafranca, Fernando Calero, Marcos Díaz, Raúl Zamora, Gerardo Rodríguez,
Ismael Serrano, Jader Hernández y José Gustavo Sandino, así como los
seminaristas Alester Sáenz, Tony Palacios y Francisco Odorico Castilblanco.
Ésta es la segunda expulsión de sacerdotes
que estaban encarcelados en Nicaragua. El 18 de octubre pasado, el gobierno de
Ortega desterró a 12 curas tras una negociación con el Vaticano, según se
informó oficialmente en Managua.
A inicios de este año, el papa Francisco
expresó su inquietud por la “preocupante situación de Nicaragua” y por la
“crisis que se prolonga desde hace tiempo con dolorosas consecuencias para toda
la sociedad nicaragüense, en particular para la Iglesia católica”. También hizo
un llamado a “un diálogo diplomático respetuoso”.