José Miguel Cobián| 23 marzo 2024
Tribuna
Libre.- Dice
la constitución política de los estados unidos mexicanos, que el petróleo
ubicado en el subsuelo del territorio nacional es propiedad de los
mexicanos. Partiendo de esa base, a
todos nos debe quedar claro que el petróleo no es PEMEX, sino de todos y cada
uno de nosotros.
Cualquiera que lea este artículo, sea o no
empresario, seguramente entenderá que si algo es de su propiedad y va a
venderlo, invariablemente lo venderá al mejor postor, es decir, a quién le
pague la mayor cantidad de dinero por su producto, en este caso, el petróleo DE
LOS MEXICANOS.
Actualmente con los elevados precios del
petróleo a nivel internacional, la utilidad neta por barril de petróleo
extraído que le paga PEMEX a los mexicanos es de dos o tres dólares por
barril. El 21 de marzo de 2024, día en
que se escribe este artículo, el precio de la mezcla mexicana es de $76.18
dólares por barril.
Mientras Pemex nos paga dos o tres dólares
por barril, los particulares que tienen campos en el golfo de México, nos pagan
$53.00 dólares por barril en promedio.
Dejemos claro el asunto, ¿A quién prefieres venderle tu petróleo, al que
te paga $3.00 o al que te paga $53.00 dólares por barril?
¿Cuál es la diferencia entre PEMEX y
privados? LA EFICIENCIA. Hace unos años, antes de la tiranía en
Venezuela, ellos y PEMEX producían tres millones de barriles diarios de
petróleo. Ellos lo extraían con 25,000
empleados y PEMEX con 110,000 empleados.
Las deudas, el utilizar a PEMEX como un brazo
del gobierno, el saqueo, las prebendas al sindicato, etc., lo han convertido en
una empresa imposible de recuperar su salud financiera. PEMEX debe más de lo que valen sus activos,
es decir, tiene un capital negativo. Y
aunque se le ha metido más de un billón y medio de pesos en el sexenio de AMLO,
no ha mejorado un ápice su posición financiera.
El sindicato es una de las grandes rémoras de
PEMEX. Gozan de prestaciones muy por
encima de la del resto de los mexicanos, incluyendo sueldos enormes. Al grado de que a pesar de estar quebrada la
empresa, se siguen vendiendo plazas. El
poder del sindicato es tan grande, que hay pozos petroleros muy viejos, que producen
uno o dos barriles diarios, y no se permite a la empresa cerrarlos, porque no
hay donde colocar a los obreros que atienden esos puestos. De ahí que resulte muy fácil comprender que
los obreros y empleados de PEMEX viven a costillas de explotar al resto de los
mexicanos.
Cuando Felipe Calderón despidió a 60,000
empleados de luz y fuerza del centro, se elevaron muchas voces en su contra,
sin embargo, esa decisión le ahorró miles de millones de pesos a los mexicanos
como tú y yo, que pagamos impuestos de nuestro trabajo y en todo lo que
compramos. Peña le había reducido los
beneficios de jubilación (elevando la cantidad de años trabajados en cinco
adicionales) a los empleados de CFE.
Llegando Bartlett, les devolvió su prestación, sin recuperar el dinero
que entregó Peña a los obreros a cambio de modificar su período de trabajo para
jubilarse.
El dinero no es infinito. Si se destina a una empresa que se llama
PEMEX que pierde miles de millones de pesos, o si se destina a CFE que comenzó
con pérdidas a partir de que lo administra Bartlett, se deja de utilizar para
beneficio de todos los mexicanos. Eso no
lo podemos permitir. La Refinería de Deer Park que está dejando utilidades al
gobierno de México, se compró en alrededor de 1,500 millones de dólares. Produce más gasolina y diésel que la que va
a producir la refinería Olmeca en dos Bocas que costó 22,000 millones de
dólares y todavía no se termina.
Tomar malas decisiones, destinando miles de
millones de pesos de los mexicanos a proyectos caros y no rentables, en nada
beneficia al país, salvo a los trasnochados que hablan de soberanía
energética. Soberanía que no tenemos
porque se han tomado malas decisiones.
Por ejemplo, se habla de que tenemos que
perder dinero por cada barril que se refina en México, para mantener esa
soberanía. Sin entender que hay más de
14 países que estarán felices de venderle a México gasolina más barata que la
que le vende PEMEX de sus refinerías.
Pero no se habla de que no se han construido estructuras de
almacenamiento que permitan que México se mantenga funcionando sin problema si
en un momento dejara de llegar gasolina más allá de los tres días que hoy
tenemos.
Todos los países tienen un almacenamiento de
15 días o un mes, una reserva estratégica de gasolina que pueda defenderlos
ante cualquier eventualidad. México
no. Y resulta absurdo pensar que PEMEX
quema alrededor de tres millones de pesos diarios de gas, sin ninguna utilidad,
mientras que importamos más del 80% del gas que se utiliza en las industrias
mexicanas, incluida la generación de electricidad.
México vía PEMEX no produce suficiente
petróleo para ser autosuficiente en gasolinas. Y quema un gas que requieren sus
industrias. No hay soberanía energética en esas condiciones. Solo hay un enorme despilfarro de recursos
públicos que deberían usarse en caminos y comunicaciones, en tecnología y
energías limpias, en construcción y equipamiento de hospitales, e incluso en
programas sociales para los más necesitados.
Es increíble que con tantas carencias, se
escuche a tantos mexicanos defendiendo los privilegios de los empleados de CFE
y PEMEX, la rampante corrupción y la ineficiencia de ambas empresas, sin acabar
de entender que ni CFE ni PEMEX son México.
Es más, puede constituirse otra empresa que controle el gobierno y se
llame Energías México, que atienda mejor a los objetivos de desarrollo del
país, y olvidarse de dos empresa que ya no benefician sino dañan a los
mexicanos.
Elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
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