José Miguel Cobián | 21 abril 2024
Tribuna
Libre.- En
tiempos de elecciones, quién podría negarse a escuchar y aplaudir la genial
idea de que la pensión mínima con la cual se jubile cada mexicano, sea de algo
más de 16,700 pesos al mes. ¡Nadie! Y con eso, Morena ha engañado a muchos
mexicanos, ilusionados que no han
entendido que el diablo está en los detalles.
Quién eso escribe, tuvo la oportunidad de
asistir a alguna sesión de comisión de hacienda, cuando se estaba creando el
Sistema del Seguro de Ahorro para el Retiro, y tuve la suerte de ser escuchado
por los diputados, tratando de explicarles que el porcentaje de ahorro que se
establecía en la propuesta de ley era absurdo, no serviría para garantizar una
pensión digna a los trabajadores.
La idea de la propuesta planteada por el
presidente López Obrador, de entrada, suena bien. El problema de siempre es
conocer cómo se van a financiar los diferenciales. Ya que en la propuesta está
que si una persona va a recibir una pensión menor a $16,700.00, el diferencial,
vendrá de ese fondo de pensiones para el bienestar.
El primer problema que surge es cuando se
afirma que ese fondo será financiado por las utilidades del tren maya, y del
aeropuerto Felipe Ángeles. Todos los
análisis financieros existentes, incluidos los del propio gobierno, establecen
que no tendrán utilidades en los próximos años.
Algunos afirman que a partir de 2030 serán autofinanciables otros que a
partir de 2050, y otros estudios indican que jamás tendrán utilidades.
Suponiendo que algún día lleguen a tener
utilidades esos proyectos, debemos recordar que el destino de dichas utilidades
se estableció que será para financiar a los fondos de ejército nacional. Por lo tanto, no se pueden usar los mismos
fondos para dos cuestiones diferentes, lo que nos hace descartar esa fuente de
financiamiento.
Nos queda la idea que se plantea de utilizar
los fondos de cuentas inactivas actualmente en el sistema de ahorro para el
retiro, de cuentahabientes de 70 años o más.
Como está planteada la reforma, automáticamente las cuentas inactivas de
propietarios de 70 años o más, se transferirán a el fondo de pensiones para el
bienestar.
Si entendemos que los fondos que cada
trabajador tiene en sus afores, son propiedad del trabajador, pues funcionan
como una cuenta en un banco. Disponer de
un dinero que no tuyo, se denomina robo.
Por lo tanto, la ley propuesta busca robarse los recursos de los
trabajadores o de sus herederos, para financiar las pensiones de otros
trabajadores.
El dinero que tienes en una cuenta bancaria
es tuyo, y si te mueres, es de tus herederos.
Hay 40,000 millones de pesos de cuentas inactivas. A eso quiere hincarle el diente el gobierno
de Morena. Una solución mucho más
ética, hubiera sido buscar a los beneficiarios o a sus herederos y entregarles
sus recursos. Pero eso no se plantea. Solo robarse el dinero para utilizarlo en el
fondo de pensiones.
En segundo lugar, el siguiente problema es
que no hay ningún cálculo actuarial que defina los requerimientos económicos de
dicho fondo, por lo menos de la fecha actual hasta fines del presente
siglo. Como sabemos que la pirámide
poblacional poco a poco se está invirtiendo, y cada vez hay más personas
mayores de 65 años en relación al total de la población mexicana, sabemos
también que el número de jubilados irá creciendo con el tiempo. La propuesta de ley no establece ningún
mecanismo real de financiamiento de dicho fondo. Suena exclusivamente a ocurrencia, sin un
análisis serio de cómo lograr los objetivos previstos.
Como dato adicional vale la pena señalar que
este año el gobierno de México tiene un déficit de dos billones de pesos, que
es similar al importe a pagar por pensiones en este mismo 2024. Esto implica que por lo menos en 2024 y
2025 las pensiones se pagarán con deuda, pero la capacidad del país para
endeudarse está llegando a su límite.
Una vez que ese límite se alcance, no hay mecanismo de ningún tipo, para
continuar financiando las pensiones
En conclusión, la puesta en marcha del
proyecto, la aprobación de la ley, y su difusión generalizada, tienen una finalidad
electorera. Veamos, se robarían cuarenta
mil millones de pesos de pensionados no localizados, $40,000´000,000.00. Pero nada más este año para pagar las
pensiones sin elevarlas hasta el límite de $16,700.00 se han tenido que
desembolsar dos billones de pesos: $2´000,000´000,000.00. Incluso si se añadieran los $64, 619
millones de pesos que dijo el presidente formarían parte del capital inicial,
en un año se acaban esos recursos… ¿Y después.
Nadie sabe de dónde saldría el resto del dinero.
Todo apunta a que el presidente le diría a su
base, que él dejó las reglas, pero que los siguientes gobiernos echaron para
atrás su proyecto, aun cuando él mismo sabe que no es viable. Volvemos a los tiempos de la demagogia, del
atole con el dedo a los votantes. Engañarlos para que voten, y luego
desencantarlos, ante la imposibilidad real de llevar a cabo la propuesta
ofrecida.
Ni modo, es el México en el que nos tocó
vivir. El 2 de junio sal a votar. Por quién quieras, pero sal a votar.
elbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex