José Miguel Cobián | 01 agosto 2024
Tribuna
Libre.-
Violación de soberanía nacional para los
mexicanos. Una descortesía adicional contra AMLO. Primero Trump no responde a una carta-reclamo
del presidente mexicano. Ahora el gobierno americano actúa y detiene a dos
grandes capos mafiosos sin tomar en cuenta al gobierno mexicano y la soberanía
nacional.
Para el gobierno americano, tuvieron que
actuar sin avisar al gobierno mexicano, que en más de una ocasión ha dado el
pitazo a los capos mexicanos, o los deja libres, cuando hay un operativo
conjunto. Si no pueden colaborar con el
gobierno mexicano, ellos se sienten con derecho a actuar en defensa de sus
intereses, aun cuando actúen en territorio nacional.
El día en que se dio a conocer la noticia, varios
amigos que trabajan en diversas agencias de seguridad nacional, me comentaron,
-cada quién por su lado-, que la detención se llevó a cabo en Durango. Operación quirúrgica de las agencias de
seguridad norteamericanas, que logró un enorme triunfo ante el electorado
americano. Detención del líder más importante de entre todos los líderes de
cárteles mexicanos, sin derramar una sola gota de sangre.
Las agencias de inteligencia mexicanas quedan
en el más absoluto ridículo a nivel nacional e internacional, y la propia secretaría
de seguridad pública también hace un ridículo mayúsculo en televisión nacional
en la mañanera.
La secretaria de seguridad afirmó que
salieron en un cessna monomotor, pilotado por una persona que resultó venía a
cazar en México. Resultó que llegaron en
un bimotorbeechcraft King air sin matrícula.
El CNI (centro nacional de inteligencia antes CISEN), seis fiscalías
especializadas de la fiscalía general de la república, los servicios de
inteligencia militar, la unidad de inteligencia naval, todos estos servicios de
inteligencia nacional no se enteraron de lo que estaba pasando ¡Con el capo más
importante del país! ¿No sirve el
gobierno para proteger a los ciudadanos? ¿Las agencias de inteligencia se
dedican a espiar opositores y periodistas en lugar de vigilar a quienes
representan un peligro para la seguridad nacional?
Para muchos mexicanos, la cercanía del
presidente López Obrador con el cártel de Sinaloa es evidente. Para otros muchos, esa cercanía surge de
mentes afiebradas conspiranoicas. A
partir de la llegada del chapito y del mayo a Estados Unidos, surge la
esperanza -para los opositores al régimen- de que haya un acto de justicia en
contra de López Obrador una vez que deje el poder. Veremos si esa esperanza es una catarsis
vana, como tantas otras noticias que hemos visto a lo largo del sexenio, o si
se convierte en la primera en cumplirse.
Mientras tanto, la situación para la próxima
presidenta de México se torna día con día más complicada. El presidente saliente quiere cumplir sus
últimos caprichos, sin importar el futuro del país. La reforma judicial -que es necesaria por la
evidente ineficiencia en las fiscalías y los juzgados-, como está planteada, en
lugar de resolver el problema de procuración y administración de justicia, lo
complica aún más. El presidente
aprovecha su popularidad y la confianza de una población desconocedora de cómo
funciona la justicia en países dónde es eficiente, aprueba cualquier idea por
loca que sea. El presidente se aprovecha
de la confianza e ignorancia de sus seguidores.
El riesgo de violación de tratados
internacionales, algunos como el tratado de libre comercio con Estados Unidos y
Canadá, del cual depende la prosperidad y el crecimiento económico de México en
las próximas dos generaciones cuando menos, es brutal. Cuando no hay un órgano de justicia
independiente, los inversionistas consideran que hay mayor riesgo en la
inversión y toman una de tres decisiones, la primera es buscar otro país donde
invertir; la segunda es exigir un mayor
rendimiento para sus inversiones, considerando el mayor riesgo de inversión,
algo que vemos en la sobre tasa de seis por ciento que paga el interés en bonos
gubernamentales en México, comparado con el de los americanos; la tercera
opción que es la que veo que negocia el gobierno de México, es otorgar
garantías a los inversionistas americanos, mismas garantías que no se otorgan a
inversionistas de ningún otro país, mediante la oferta de garantizar la
seguridad de sus inversiones, aún por encima de las propias leyes
mexicanas.
Con el asunto de la detención del chapito y
el Mayo, queda claro que el gobierno mexicano no ha sabido cómo responder. No defiende la soberanía por el riesgo que
significa que el gobierno americano ponga en evidencia ante la opinión pública
la falta de cooperación bilateral en asuntos de seguridad que competen a los
dos países. La salida de México del
comando norte, y su asignación en el comando sur, fue un duro mensaje de falta
de confianza de los americanos, respecto a su principal socio comercial. Falta
ver que sucede en los juicios, y sobre todo que va a declarar el chapito y el
mayo respecto a los obvios apoyos recibidos por las fuerzas del orden
nacionales, en este sexenio y en los anteriores. Pero, sobre todo, hasta que
nivel llegaba la influencia de los principales narcos mexicanos. ¿Generales?
¿Procuradores? ¿Secretarios de estado? ¿Gobernadores?¿Algún presidente de la
república? Ya lo veremos.
El comercio no puede florecer donde no hay
seguridad, justicia o confianza. Atentar
contra esos tres valores, es atentar contra el futuro económico del país y
contra la propia seguridad nacional. Ser
permisivo con el avance de actos delictivos, realizados tanto por personas que
trabajan dentro del gobierno municipal/estatal/federal, como por delincuentes
sin placa ni fuero, no ayuda en nada al futuro de México. Solo beneficia a unos cuántos ¿Qué México
queremos para las próximas generaciones?
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