José Miguel Cobián |12 sep. 2024
Tribuna
Libre.- Una
y otra vez, he escuchado a distinguidos miembros de la oposición afirmar que
¨Los Estados Unidos le van a poner un Hasta Aquí al gobierno de México¨. Ese presunto llamado de atención no ha
llegado y probablemente no llegará. Las
razones son tan obvias y sencillas que muchos analistas las han perdido de
vista.
Hoy el país más importante para la próxima
elección presidencial de noviembre en los Estados Unidos es precisamente
México, y por ello, los americanos cuidan la relación con el gobierno de
México, como jamás lo habíamos visto.
Hace unos días, el embajador Ken Salazar
elevó la voz en contra de la reforma judicial ya aprobada en el congreso de la
unión, y al día siguiente vimos algo insólito en la historia de la relación de
ambos países, el embajador reculó, y realizó declaraciones que derramaban miel
y amor.
¿Cuál es la debilidad de la primera potencia
mundial ante México? ¿Cómo es posible que quién en unas horas nos puede cortar
el suministro de gas natural y apagar medio México, o en su caso, exponernos a
una hambruna cerrando las exportaciones de maíz, hoy ceda ante su débil vecino?
Yo encuentro dos explicaciones en los
problemas de política interna de nuestro vecino. La primera es el gran escándalo que han
realizado sus congresistas debido a la enorme cantidad de muertes por uso y
abuso de fentanilo, y la otra, es el gran escándalo por la migración
ilegal. Ambos temas han sido explotados
por los republicanos y principalmente por su candidado, el ex presidente Donald
Trump. Al grado que en el único debate
con Kamala, el propio Trump afirmó que migrantes venezolanos se comen a perros
y gatos en Springfield Ohio, lo cual aclaró uno de los moderadores que es
falso.
Hoy, por increíble que parezca, el destino de
los norteamericanos depende de acciones del gobierno mexicano. Por ejemplo, si el gobierno mexicano
decidiera apoyar a Trump, dejaría que se inundara de fentanilo su país. También apoyaría discretamente el paso de migrantes,
para que la frontera sur de Estados Unidos se viera saturada y amenazada por
hordas de migrantes. Ambas acciones,
tendrían el efecto de darle la razón a Trump y a los republicanos sobre el
peligro que representa una débil administración demócrata, que no ha sabido
enfrentar esos problemas, exacerbados en vísperas de la elección.
Por el contrario, si el gobierno mexicano
decidiera apoyar a la vicepresidenta Harris, harían exactamente lo contrario,
reducir por cualquier medio el tráfico de fentanilo y de migrantes hacia la
frontera norte.
La primera pregunta que surge, es ¿Cuál es la
razón por la cual no se ha hecho lo uno ni lo otro? La respuesta considero que es muy simple, el
equipo de Claudia está esperando resultados de la negociación con los equipos
de los dos aspirantes a la presidencia, para saber quién da más, y tomar la
decisión sobre seguir neutral, o participar sutilmente tomando una o ambas
acciones en favor de uno u otro.
La siguiente pregunta que surge, es ¿Con cuál
de los dos aspirantes le conviene más un acuerdo a la próxima presidenta de
México? Muchos analistas afirman que
hay afinidad entre AMLO y Trump, lo cual facilitaría la comunicación entre
Trump y Claudia, pero el problema principal que tiene Trump es que requiere ser
halagado todo el tiempo, para tenerlo tranquilo y que no tome medidas contra
México. Sin embargo, al no ser un
político profesional ni un hombre de estado, tiene el defecto de cambiar de
opinión frecuentemente, así que un acuerdo hoy podría no ser respetado
mañana. Recordemos cómo a pesar de los
esfuerzos de AMLO por hacerlo quedar y bien y apoyarlo durante su campaña
contra Clinton, el presidente Trump amenazó a México con elevar brutalmente
aranceles de ciertos productos mexicanos, si el gobierno no aceptaba ser su
borderpatrol en el sur de México. Lo
único que pudo hacer AMLO para apaciguarlo, fue acatar la instrucción al pie de
la letra, y aceptar las burlas de haberse convertido en el presidente del gobierno
que más rápido se ha doblegado ante Trump.
Por el contrario, Kamala Harris es una
política profesional, que tiene como ventajas, primero que nada, su actuación
en reciente debate, dónde dejó muy claro que ella es la adulta en la
habitación, mientras que el niño caprichudo es Trump. Por otra parte, con un político profesional
sí es posible negociar, ya que precisamente por ser profesionales, cumplen con
su palabra, y honran sus acuerdos.
Si yo fuera consejero de la próxima
presidenta de México, le sugeriría llegar a acuerdos beneficiosos para México y
para su gobierno, con Kamala y apoyarla frenando la migración de aquí al primer
martes de noviembre, así como acordar con los exportadores de fentanilo, que
reduzcan sus envíos radicalmente, cuando menos durante el período previo a la elección. Y si no hubiera posibilidad de acordar con
dichos productores, buscaría acotarlos de manera radical para lograr el mismo
objetivo.
Pocas veces en los últimos 50 años, México ha
tenido un as (o dos) bajo la manga, para poder negociar una mejor posición para
el país en los próximos cuatro años.
Recordemos que tenemos baja en la calificación que nos dan las
calificadoras más importantes del mundo, y que en 2026 viene una revisión del
tratado de Libre Comercio, tan importante para nuestra economía, por ello, es
momento de que Claudia deje de lado un poco lo interno y los problemas que está
causando AMLO, para mirar hacia el futuro y posicionarse un poco mejor en un
principio de gobierno que pareciera será muy turbulento.
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@jmcmex