* Por Renato Consuegra | 01 oct. 2024
Tribuna
Libre.- Con
el próximo cambio de gobierno en México, el panorama para las micro, pequeñas y
medianas empresas (MiPyMEs) parece estar en una encrucijada. Estas empresas,
que representan el 99.8% del total de los establecimientos económicos del país
y generan alrededor del 72% del empleo, son un pilar fundamental para la
economía mexicana. No obstante, enfrentan grandes retos estructurales que
podrían agudizarse o atenuarse, dependiendo de las políticas que implemente la
nueva administración.
Antes de examinar lo que podría deparar el
futuro, es esencial entender la situación actual de las MiPyMEs, las cuales, de
acuerdo con datos del INEGI, en 2023 aproximadamente 4.1 millones de ellas
enfrentaban dificultades derivadas de la pandemia de COVID-19, la inflación y
la crisis energética global.
Uno de los problemas más críticos es el
acceso al financiamiento, según la Asociación Mexicana de Intermediarios
Bursátiles (AMIB), ya que solo el 23% de las pequeñas empresas tienen acceso a
crédito formal. Esto, sumado a la baja adopción de tecnología (solo el 30% de
las MiPyMEs implementaron procesos de digitalización post-pandemia), limita su
crecimiento y competitividad.
El futuro de las MiPyMEs estará marcado por
la transición política que inicia mañana 1 de octubre. La continuidad o
modificación de programas de apoyo, como lo fue "Crédito a la
Palabra" y su derivado actual "Tandas para el Bienestar", será
crucial.
Una de las principales preocupaciones es si
habrá una reestructuración del sistema fiscal que afecte a las MiPyMEs. En la
actualidad, el régimen fiscal simplificado (RIF) ha sido uno de los apoyos
clave para estos negocios, pero la incertidumbre sobre una posible reforma
fiscal genera dudas. Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público (SHCP), aproximadamente el 57% de las MiPyMEs formales están inscritas
en este régimen, lo que facilita el cumplimiento tributario para miles de
emprendedores.
Sin embargo, el próximo gobierno tendrá que
abordar el acceso al financiamiento de manera más efectiva. A pesar de la
creación de la plataforma "Nafin+" y otros instrumentos de crédito
estatal, el 77% de las MiPyMEs carecen de acceso a crédito formal. Si el nuevo
gobierno no da prioridad a la expansión de estas oportunidades, muchas pequeñas
empresas seguirán dependiendo de créditos informales con tasas de interés más
altas.
Un informe del Banco Mundial de 2022 advirtió
que sin políticas públicas claras para mejorar el acceso al crédito, el
crecimiento de las MiPyMEs en México podría desacelerarse un 30% para 2025.
Esto impactaría negativamente en la generación de empleo, una cuestión sensible
para cualquier administración entrante.
Otro desafío es la transformación digital de
las MiPyMEs. Si bien la pandemia aceleró el proceso, las cifras siguen siendo
alarmantes. De acuerdo con la Asociación de Internet MX, solo el 15% de las
pequeñas empresas mexicanas tienen presencia en línea, mientras que en países como
Chile y Colombia, este porcentaje supera el 40%.
El próximo gobierno deberá impulsar políticas
de digitalización para que las MiPyMEs se mantengan competitivas en un entorno
global. Programas de capacitación y subsidios para la adopción de tecnología pueden
ser una solución, pero solo si se implementan de manera efectiva y con
presupuesto suficiente.
Un aspecto crítico más es el apoyo a las
mujeres y los jóvenes emprendedores. Actualmente, según datos del INEGI, el 36%
de las MiPyMEs son dirigidas por mujeres, un porcentaje bajo en comparación con
otros países de la región. La creación de incentivos fiscales y programas de
mentoría enfocados en estos grupos podría no solo aumentar la equidad de
género, sino también fomentar un ecosistema emprendedor más diverso e
innovador.
Un área de oportunidad que no debe perderse
de vista es la apertura comercial y las ventajas que ofrece el Tratado entre
México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). A través de este tratado, las MiPyMEs
mexicanas pueden expandir sus mercados y acceder a cadenas de valor globales.
Sin embargo, menos del 5% de las MiPyMEs exportan actualmente, según la
Secretaría de Economía.
El próximo gobierno tendrá la tarea de
facilitar el acceso de las MiPyMEs a estos mercados, ya sea a través de
programas de formación en exportaciones o mediante la eliminación de barreras
burocráticas.
Ante esta situación, con el cambio de
Gobierno existen dos escenarios probables para las MiPyMEs:
El escenario optimista es que el nuevo
gobierno implemente una serie de reformas que mejoran el acceso al
financiamiento, facilitan la digitalización y promueven la inclusión de mujeres
y jóvenes en el ámbito empresarial. Estas medidas, combinadas con incentivos
fiscales y programas de capacitación, podrían generar un crecimiento del 5%
anual en el sector MiPyME para 2026.
El escenario pesimista es que el gobierno
implemente políticas proteccionistas que aumentan la carga fiscal sobre las
MiPyMEs, sin mejorar el acceso al crédito ni fomentar la digitalización. En
este caso, el 20% de las MiPyMEs actuales podrían cerrar en los próximos tres
años, exacerbando la crisis de empleo y fomentando la informalidad.
Así que el futuro de las MiPyMEs en México
dependerá en gran medida de las políticas públicas que implemente la próxima
administración. Los retos son evidentes: financiamiento insuficiente, baja
adopción de tecnología y un sistema fiscal que, aunque ofrece algunas ventajas,
sigue siendo complicado para muchos emprendedores. Sin embargo, también existen
grandes oportunidades, especialmente en el marco del T-MEC y la creciente
demanda de digitalización.
El cambio de gobierno será un momento clave
para definir si las MiPyMEs podrán aprovechar estas oportunidades o si quedarán
relegadas en un entorno económico cada vez más competitivo.