* ICC Global e ICC México advierten que no protege a las industrias locales ni impone sobrecostos diferenciados a los productos importados; la diferencia es la forma de recaudación impositiva por lo que el "Plan Justo y Recíproco" sobra y puede distorsionar el comercio internacional
Ciudad de México. | 28 febrero. 2025
Tribuna
Libre.- La reciente implementación del "Plan Justo y Recíproco" por
parte de la administración de los Estados Unidos ha traído consigo una
preocupante confusión respecto a la naturaleza del Impuesto al Valor Agregado
(IVA), planteando erróneamente que este impuesto actúa como una barrera
comercial o un arancel encubierto, por lo que la International Chamber of
Commerce (ICC) global e ICC México consideramos fundamental aclarar esta
percepción equivocada, ya que las implicaciones de tal error podrían
distorsionar las bases del comercio internacional y desatar respuestas
proteccionistas injustificadas.
El IVA
es, por definición, un impuesto indirecto al consumo que se aplica al valor
añadido en cada etapa de la cadena de producción y distribución de bienes y
servicios, destaca un Informe de Política de la ICC, donde subraya que la
característica esencial del Impuesto al Valor Agregado es la neutralidad. Es
decir, cada empresa a lo largo de la cadena puede deducir el IVA que ha pagado
en sus compras (IVA soportado), trasladando la carga final exclusivamente al
consumidor y este principio se sostiene tanto para productos nacionales como
importados, garantizando que todos los bienes compitan en igualdad de
condiciones dentro del mercado.
El
principio de destino es clave para comprender por qué el IVA no discrimina
contra las importaciones, ya que, bajo este principio, las exportaciones están
exentas de IVA en el país de origen para evitar una doble imposición —es decir,
para que el producto no pague impuestos tanto en el país donde se produce como
en el país donde se consume—, mientras que las importaciones pagan el IVA del
país de destino, igual que cualquier producto local. De esta forma, un
automóvil fabricado en México que se exporta a Estados Unidos sale exento de
IVA, y un automóvil estadounidense que se importa a México paga el IVA mexicano
y este mecanismo no tiene nada que ver con un arancel, ya que no encarece las
importaciones respecto a los productos locales, sino que asegura una
tributación equitativa basada en el lugar donde ocurre el consumo.
De
acuerdo con la ICC Global e ICC México, comparar el IVA con un arancel es un
error conceptual grave porque los aranceles son impuestos directos sobre las
importaciones con un propósito claro: proteger las industrias nacionales al
elevar artificialmente el precio de los bienes extranjeros. El IVA, en cambio,
no protege a las industrias locales ni impone sobrecostos diferenciados a los
productos importados; únicamente grava el consumo sin importar el origen de los
bienes, por lo que ignorar esta diferencia fundamental podría conducir a
medidas de represalia comercial infundadas, erosionando la cooperación
internacional y desestabilizando las cadenas de suministro globales.
El
hecho de que Estados Unidos no cuente con un sistema nacional de IVA, sino con
un impuesto sobre las ventas a nivel estatal, parece alimentar esta confusión.
Mientras que el IVA se recauda de forma fraccionada a lo largo de la cadena de
producción y distribución, el impuesto sobre ventas estadounidense se aplica solo
en el punto final de venta. Esta diferencia estructural no implica una
desventaja para las empresas estadounidenses; simplemente refleja distintos
métodos fiscales para gravar el consumo. No obstante, utilizar esta disparidad
como base para alegar un trato injusto distorsiona los principios fundamentales
del comercio internacional.
La ICC
Global y la ICC México exhortan a las autoridades estadounidenses a reconocer
que atacar el IVA como si fuera un arancel no solo carece de fundamento
económico, sino que sienta un peligroso precedente para futuras disputas
comerciales porque, si los países que aplican el IVA fueran presionados a
modificar sus regímenes fiscales bajo argumentos erróneos, el equilibrio fiscal
global podría verse comprometido, incentivando respuestas proteccionistas y
dañando a las pequeñas y medianas empresas que dependen del comercio
transfronterizo.
El IVA
es un método eficaz para generar ingresos gubernamentales sin crear barreras al
comercio internacional, por lo cual ha sido adoptado por más de 170 países en
todo el mundo. En algunos países se le conoce como Impuesto sobre Bienes y
Servicios (GST, por sus siglas en inglés) en lugar de IVA, pero el concepto es
el mismo. En cambio, los Estados Unidos son una excepción notable, al ser la única
gran economía que no aplica un IVA nacional.
Más
allá de las implicaciones económicas, es crucial mantener un diálogo informado
y basado en hechos. La cooperación internacional exige un entendimiento claro
de las diferencias entre los instrumentos fiscales y comerciales, evitando
mezclar conceptos distintos como el IVA y los aranceles porque las medidas
fiscales legítimas no deben ser usadas como pretexto para justificar políticas
comerciales unilaterales.
En ICC
Global e ICC México reiteramos nuestro compromiso de trabajar con gobiernos,
empresas y organismos internacionales para promover un sistema comercial global
justo y basado en reglas, por lo que, en este sentido, hacemos un llamado a las
autoridades estadounidenses a reconsiderar su interpretación del IVA y a
entablar un diálogo constructivo que fortalezca, en lugar de debilitar, las
relaciones comerciales internacionales.
Desde
1945, en ICC México trabajamos para representar y apoyar a las empresas
establecidas en nuestro país en el ámbito nacional e internacional, con el fin
de impulsar el crecimiento económico, la apertura comercial y atraer inversión
a México. Nuestro trabajo es autónomo,
apartidista y busca incidir en el progreso de México para lograr una nación más
justa, competitiva e incluyente, que brinde bienestar a todos los mexicanos. .
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