* La jauría, rabiosa por el caso Yunes * Nahle increpa a la cúpula obradorista * Vasconcelos: buen negocio, perder contra Morena * Avalancha arrastra a directora del Itesco * Doble derrota del notario Alejandro “D” * Aspirante a candidato tiene cuatro denuncias pendientes
Mussio Cárdenas Arellano | 04 marzo 2025
Tribuna
Libre.- Tan corrosivo es el caso Yunes que tiene a Rocío Nahle con un derrame
de bilis, la furia y los odios en Morena, Gómez Cazarín expeliendo sapos y
hasta una “fundadora” del narcopartido increpando a Andy, el heredero político
de López Obrador.
“Le
falta, le falta mucho”, vocifera la “fundadora”, aduladora de la gobernadora.
“Y si López Obrador nos está viendo, que se lo diga a su hijo”.
La
jauría de Rocío Nahle anda suelta. Y muerde.
Anda
rabiosa, tan rabiosa como la gobernadora de Veracruz, por el pacto con los
Yunes, porque un voto traidor no sólo hizo pasar en el Senado la reforma
judicial sino que la cúpula obradorista los purificó.
Y se
engalla la jauría increpando a Andrés Manuel López Beltrán por la afiliación de
Miguel Ángel Yunes Márquez a Morena, porque saben lo que entraña el pacto,
porque dimensionan lo que vale la traición yunista al PAN, a su gente, al
proyecto de oposición. Y ese precio en Morena ya lo comenzaron a pagar.
A las
puertas del café La Parroquia, en el puerto de Veracruz, lanzan pestes contra
Luisa María Alcalde Luján, lideresa nacional de Morena. Y amagan. Habrán de
tomar oficinas y volver a marchar.
Y la
“fundadora” le receta al célebre Andy López Beltrán que aún le falta mucho, que
se ponga a caminar con la gente.
La
jauría es el espejo de Rocío Nahle. Encendida, la broza guinda trasluce
soberbia.
La
jauría es el reflejo de la gobernadora espuria, tan altiva, tan engreída que
sueña con arrodillar a Andy y a Luis María Alcalde, y de paso a Adán Augusto
López Hernández, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, los operadores de
López Obrador.
Amén de
lo hilarante que es, el espectáculo describe el drama interno de Morena, la
guerra civil, las ínfulas de Rocío Nahle que se ve con tamaños, usando a sus
peones, para embarrarle el reclamo en el rostro al propio López Obrador.
En
Nahle se conjugan soberbia y cobardía. Lanza a la secta, incluso a interpelar a
Andy López Beltrán, mientras ella se agazapa en la penumbra.
Herida,
aplastada, provocó la estampida arguyendo una necedad: los Yunes no representan
los ideales de Morena. ¿Cuáles? Robar, mentir, traicionar. Sí los representan.
Cuando
vio a los Yunes salvar la reforma judicial de López Obrador –la captura y
pulverización del Poder Judicial–, la gobernadora advirtió que el pacto la iba
a rebasar. Y así fue.
Vio al
ex gobernador panista, Miguel Ángel Yunes Linares, ir al Senado a desdecirse de
sus críticas a Morena, a reverenciar el proyecto judicial que él mismo
combatió, a tragarse sus palabras con que en campaña atacaba al Plan B de López
Obrador, a olvidarse que llamó despectivamente Hitler, Mussolini, Pinochet a
Andrés Manuel.
Sintió
el harponazo al ver a Chiquiyunes convertido en secretario de la Comisión de
Justicia del Senado y luego en presidente de la Comisión de Hacienda, pues
desde ahí puede hurgar en Dos Bocas, investigar la gran estafa, los negocios
urdidos por el clan de los compadres de Nahle, los Quintanilla, los Fong, los
Suárez, los Vadillo, los Pintos. El atraco fue, en conjunto, de 13 mil millones
de pesos. Y Chiquiyunes los tiene en la mira.
De la
nada prudente boca de Nahle ha brotado rabia y reclamo. Que en Morena Veracruz
los Yunes no tienen cabida. ¿Qué es eso de Morena Veracruz? ¿Acaso otro partido
político porque el que fundó Andrés Manuel lleva por nombre Movimiento de
Regeneración Nacional, Morena a secas, y ahí no manda la zacatecana que
gobierna Veracruz.
La
altanería de Nahle se vierte enviando a sus mascotas a la zona de guerra. Juan
Javier Gómez Cazarín, delegado de Bienestar en Veracruz, eructando diatribas
contra el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara, que también tiene lo suyo,
por olvidarse de su combate a los Yunes, su desmemoria sobre la carpeta azul,
un ardid que ni el propio López Obrador usó para encarcelar al jefe del clan.
El
enanito Gómez Cazarín olvidó que la investidura es la investidura, que un
delegado federal representa al gobierno federal, que su voz, su alharaca,
resonando en los drenajes morenistas salpica a Claudia Sheinbaum, la presidenta
que lo designó.
Otro
miembro de la recua es Esteban Ramírez Zepeta, líder etéreo, intangible, de
Morena en Veracruz, usado también por la atribulada gobernadora para levantar
el muro que impida que los Yunes se les cuelen en esa aldea de odios y pasiones
que es el partido de López Obrador.
Todo
iba mal y se puso peor. Ahora Nahle ya no increpa sólo a Adán Augusto, ni lo
arenga a asumir las consecuencias de la afiliación de Chiquiyunes, sino que
dirige un coro contra Andy López Beltrán. Mañana quizá le mienten su madre al
Peje.
Manuel
Huerta, en cambio, le puso el cascabel. Si se trata de mandar a revisión la
afiliación de Yunes Márquez a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia, de
una vez que se revisen las afiliaciones previas porque la peste a pantano no se
puede disipar.
Habría
que revisar, por ejemplo, el pasado priista de Ricardo Ahued, secretario de
Gobierno de Nahle; la de Anilú Ingram, hoy aspirante a alcaldesa de Veracruz
por Morena, quien siendo diputada priista hace un año denunciaba corrupción en
el gobierno morenista; el pasado priista, fidelista y duartista de Pepín Ruiz,
quien también quiere la candidatura de Morena por el puerto jarocho.
Si Nahle
quiere hurgar, que le busque a la historia panista de Domingo Bahena Corbalá,
ex diputado local que luego se fue con Duarte y ahora es peón de Morena como
secretario general del Congreso de Veracruz. O las trapacerías del
multipartido, Paul Martínez Marié, figura detestada en Perote pero útil para
Morena.
La
desmemoria de Rocío Nahle es selectiva. Olvida cómo Morena se confabuló para
hacerla candidata al gobierno de Veracruz pisoteando la Constitución local.
Morena,
el Peje, Andy, Sheinbaum, Luisa María, Adán, Monreal, Noroña, todos fueron
cómplices cuando la hicieron candidata de Morena al gobierno de Veracruz
sabiendo que era inelegible, que violaba la Constitución local, que no es
nativa del estado ni hija de veracruzanos. Pero entonces no les lanzó a la
jauría. La mafia la acuerpó.
Nahle
es tremendamente osada y profundamente ignorante. La purificación de los Yunes
no se tejió en los mandos medios o en la cúpula de Morena. No es obra de Andy,
ni de Luisa María, ni de Adán Augusto. La bendición llegó desde “La Chingada”,
el rancho del maximato de López Obrador.
Y ahora
le muerde la mano a Andrés Manuel.
METADATO
Tercer
intento, tercer negocio. Y Carlos Vasconcelos juega de nuevo al rival más débil
o a ganar perdiendo. Ya es de risa que el pseudolíder obrero, magnate de los
contratos con Odebrecht y Braskem, le tire a ser alcalde de Coatzacoalcos por
el PRI. Lleva dos derrotas al hilo y quiere más. No se inscribe en el proceso
interno para ganar la elección del 1 de junio porque lo suyo, en realidad, es
negociar y perder, ser oposición a modo, comparsa de carnaval, el que convalida
la elección amañada, un árbol seco que cae a pedazos. Vasconcelos es el
opositor ideal, a la medida de la 4T, el que presume que con Rocío Nahle hay
manera de estar bien. Más tardó en ser barrido en las primeras dos elecciones
–2017 y 2021– que los contratistas cetemistas se enchufaron a las obras
faraónicas e inservibles de la 4T, algunos de ellos en Dos Bocas donde Nahle
construyó la única refinería del mundo que no refina. Al PRI sólo le falta un
empujón para pasar a mejor vida y en Coatzacoalcos Vasconcelos ya está puesto
para retirarle el respirador… Una avalancha desciende sobre el Itesco y no es
de nieve sino de lodo y corrupción. Arrastra a Lorena Martínez Cabrera, su
directora, de quien se esperaba luz y lustre, el rescate de la institución
luego del mundo de trapacerías vivido con Bulmaro Salazar Hernández, cuando se
agolparon las broncas y hasta un presunto daño patrimonial de 70 millones de
pesos, según reveló Lorena Martínez. Días después, la bola de nieve comenzó a
crecer y se volvió avalancha, y desciende a velocidad de ráfaga, siendo acusada
de abusar de su posición, de conculcarle a los alumnos el derecho a vender
alimentos en el interior del plantel, que servía para que estudiantes, sobre
todo foráneos, se ayudaran con sus gastos y así poder cursar su carrera
universitaria. Y le reclaman el destino de los recursos producto de
inscripciones. Y le echan en cara la falta de servicio del sistema de aire
acondicionado. Y se actualizan aquellos contratos otorgados por el nefasto
rector de la Universidad Tecnológica del Sureste, en Nanchital, Miguel
Hernández Linares, que suman casi medio millón de pesos al mes, en los que el
beneficiario sería un pull de empresas ligado a un familiar de Lorena Martínez.
La crisis mediática, sobre todo en redes, ha estallado las minas explosivas en
el Itesco. Este lunes 3 los estudiantes tomarán acciones. Alzarán la voz.
Exigirán la educación de calidad que se les prometió. Y la avalancha arrollará
a Lorena Martínez. Todo por no escuchar… Doble fracaso del notario Alejandro
“D”: pierde custodia de su hijo y pierde demanda por daño moral. Salió
maltrecho del juicio de amparo que invalida el depósito judicial que le
permitía mantenerse a su cargo a su hijo, arrancado con triquiñuelas a su
madre. El Juzgado 14 de distrito –juicio 672/2024– le regresa la custodia a la
mamá del menor. Alejandro “D” ha venido violando los horarios fijados por un
juez, Luis Daniel Ruiz Guerrero, que lo consintió y al final se declaró
incompetente para continuar con el caso. Otra sentencia, ésta en la Segunda
Sala del Tribunal Superior de Justicia, determinó que Alejando “D” no sufrió
daño moral por la denuncia que le interpuso su ex pareja por violencia intrafamiliar.
Alejandro “D” se dejó pedir 10 millones de pesos –originalmente en su demanda
la cifra era de 30 millones– por un daño moral que nunca existió. También
interpuso otra denuncia por robo de un anillo de compromiso y por robo de su
patente como notario, que decía tener en su domicilio y no en la notaría como
indica el protocolo. Ambos casos los perdió. Su caso es insólito. Alejandro “D”
está vinculado a proceso y aún así no lo han retirado de la notaría; está
vinculado a proceso y un juez balín le concedió tener la custodia de su hijo.
Los agravios contra su ex pareja son de escándalo proviniendo de un fedatario
público, pero las aguas comienzan a volver a su nivel… ¿Quién es ese aspirante
a alcalde de Coatzacoalcos sobre quien pesan cuatro denuncias, una por
sustracción de menores y otras por daño en propiedad ajena, daño en bienes
públicos y amenazas? Una pista: no es de Morena…
https://mussiocardenas.com/nahle-ahora-embiste-al-hijo-de-lopez-obrador/
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