*Descontento y traición.
Ciudad de México | 20 marzo 2025
Tribuna
Libre.- Morena, el partido que alguna
vez prometió ser la esperanza de México, ha demostrado en Córdoba que la
simulación, el compadrazgo y los negocios sucios pesan más que la voluntad del
pueblo y los principios que tanto presume. Con total desprecio a la militancia
y a la ciudadanía, Zenyazen Escobar García logró imponer a su lavador de
dinero, Manuel Alonso Cerezo, como candidato a la alcaldía, en un proceso
manchado por irregularidades y violaciones a la convocatoria oficial.
La
indignación no se ha hecho esperar. Militantes, fundadores y simpatizantes del
movimiento han alzado la voz contra este atropello, señalando que Cerezo no
solo es un desconocido en la lucha de Morena, sino que también representa los
intereses más oscuros del exsecretario de Educación, quien busca seguir
operando en las sombras para proteger su red de corrupción.
Un
proceso lleno de irregularidades
Desde
el inicio, la designación del candidato en Córdoba estuvo marcada por la
opacidad, la manipulación y la falta de transparencia. Morena emitió una
convocatoria con reglas claras: los aspirantes debían cumplir con principios de
trayectoria política, honestidad y respaldo popular, pero todo eso quedó en el
papel cuando Zenyazen y Esteban Ramírez Zepeta negociaron la candidatura en lo
oscurito.
¿Dónde
quedó la encuesta? Nunca se mostraron los resultados, nunca hubo una
explicación clara del método utilizado, pero sí hubo una operación de Estado
para imponer a un perfil a modo.
¿Dónde
quedó la voz de la militancia? Morena ignoró las quejas, los reclamos y las
evidencias de que Cerezo no representa al movimiento, sino a los intereses de
un grupo que ha hecho del partido un negocio personal.
La
fractura de Morena: ya no hay unidad
El
descontento entre los morenistas de Córdoba es tan grande que ni siquiera se
firmó el pacto de unidad. Y no podía ser de otra manera, porque la unidad en
Morena ya no existe.
¿Cómo
pedirle a la base que cierre filas cuando los han ignorado, traicionado y usado
como meros espectadores de una farsa? Los verdaderos militantes del movimiento
saben que este dedazo no representa el cambio ni la transformación, sino la
continuidad de los vicios del pasado.
La
traición a la Cuarta Transformación
Este
golpe a la democracia interna de Morena no solo traiciona a su militancia, sino
que también traiciona los principios del movimiento. Mientras el presidente
Andrés Manuel López Obrador insistió en combatir la corrupción, en Córdoba se
premia a un personaje que ha hecho fortuna al amparo del poder y que solo busca
servir de títere para los negocios sucios de Zenyazen.
El
enojo es evidente. En redes sociales, en reuniones de base y en los propios
pasillos de Morena, el rechazo a esta imposición es absoluto.
Y lo
peor es que esto abre la puerta a la desbandada, al voto de castigo y a la
fractura de la izquierda en Córdoba, todo por los caprichos de un grupo que
cree que puede seguir manejando la ciudad como su hacienda personal.
El
costo de la traición
Córdoba
no es moneda de cambio ni botín político. La militancia no olvida y la
ciudadanía menos. La pregunta ahora es si Morena corregirá el rumbo o pagará el
precio de imponer a un candidato que nadie quiere, que nadie respeta y que solo
representa la corrupción de los mismos de siempre.
Porque
el mensaje es claro: si Morena se aleja del pueblo, el pueblo se alejará de
Morena.
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