*Este 08 de mayo se dio a conocer que el Cónclave 2025 terminó y se eligió al sucesor de Francisco
Ciudad de México. | 09 mayo 2025
Tribuna
Libre.- Este jueves 8 de mayo, el mundo católico presenció uno de sus momentos
más emblemáticos: la fumata blanca emergió de la chimenea del Vaticano,
confirmando que los 133 cardenales reunidos en cónclave han elegido al sucesor
del Papa Francisco.
El
elegido fue el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez, quien
llevará por nombre León XIV.
Mientras
tanto, en la Ciudad de México, el eco de Roma resuena en las campanas de su
catedral más importante. Entre turistas, fieles y paseantes cotidianos, la
noticia del Habemus Papam llegó también como una señal de renovación para los
creyentes mexicanos.
A tan
solo dos días del inicio del proceso, el Vaticano se llenó de júbilo,
expectativa y emoción por el inminente anuncio del Habemus Papam, mientras los
ojos de millones se dirigieron hacia el balcón central de la Basílica de San
Pedro, donde el nuevo pontífice —el número 267 de la historia de la Iglesia—
saldrá a encontrarse con el pueblo católico.
México
no quedó ajeno al fervor del momento. La Catedral Metropolitana de la Ciudad de
México, símbolo histórico y espiritual del catolicismo nacional, se unió al
júbilo con una señal sonora tradicional: el repique de campanas.
Tal
como lo reportó el periodista Ricardo Vitela de Imagen Televisión, “tras el
habemus papa, sonaron las campanas alrededor de 12 a 15 campanadas, pausadas
durante 15 minutos”. Un gesto solemne y festivo que marcó el eco del Vaticano
en el corazón del Centro Histórico capitalino.
“La
gente está entrando y saliendo, la visita normal, así es como está la entrada
principal”, narró Vitela en su reporte televisivo, dejando ver que, aunque no
se trató de una congregación masiva, la solemnidad del momento fue reconocida
por el recinto con una tradición sonora que ha acompañado a la Iglesia durante
siglos: las campanas.
No es
la primera vez que la Catedral Metropolitana se sincroniza con los grandes
hitos del Vaticano.
El
pasado 23 de abril, tras el fallecimiento del Papa Francisco, también se sumó a
las exequias públicas con una ceremonia en horario paralelo al inicio del
velorio oficial en Roma. En esa ocasión, las campanas también repicaron, pero
en señal de duelo, según los protocolos litúrgicos del catolicismo.
El
nuevo pontífice fue electo en la tarde del segundo día de deliberaciones.
Aunque su identidad aún no había sido anunciada oficialmente al cierre de esta
edición, el mundo ya celebra el inicio de un nuevo capítulo en la historia de
la Iglesia Católica.
El
proceso, envuelto en secreto y simbolismo, atrajo de nuevo a los fieles a la
Plaza de San Pedro después de una mañana marcada por la segunda fumata negra.
Este
cónclave pasará también a la historia por haberse celebrado en mayo, un mes
inusual para estas decisiones. Solo dos veces en la historia moderna había
ocurrido algo similar: en 1342 con la elección de Clemente VI y en 1605 con
Pablo V.
Ambos papados fueron decisivos en la historia del catolicismo, y muchos ahora esperan que el recién elegido continúe ese legado espiritual y político.
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