* Tras la muerte de Jorge Mario Bergoglio, (Papa Francisco).
*La
frase implica que el proceso sagrado y secreto para elegir a un Papa no es un
concurso de popularidad, sino una elección de inspiración divina encabezada por
los príncipes de la Iglesia.
Ciudad Vaticano | 09 mayo 2025
Tribuna
Libre.- Aun así, siempre hay favoritos
—conocidos como “papables”— que acuden a un cónclave con al menos algunas de
las cualidades necesarias para ser papa.
Cualquier varón católico bautizado es elegible, aunque se han seleccionado únicamente cardenales desde 1378.
El
ganador debe recibir al menos dos tercios de los votos de aquellos cardenales
menores de 80 años y, por lo tanto, elegibles para participar.
El Papa
Francisco nombró a la gran mayoría de los electores actuales, a menudo
escogiendo a hombres que comparten sus prioridades pastorales, lo que sugiere
continuidad más que ruptura.
Cualquiera que intente obstaculizar el resultado debe recordar que Jorge Mario Bergoglio fue considerado demasiado mayor para ser elegido papa en 2013, cuando tenía 76 años, y que Karol Wojtyla no estaba en ninguna lista de favoritos para el cónclave de 1978, que lo eligió papa Juan Pablo II.
***Algunos posibles candidatos para suceder a Francisco***
Cardenal
Peter Erdo: Nacido en Hungría el 25 de junio de 1952, el arzobispo de Budapest
y primado húngaro fue elegido dos veces jefe del Consejo de Conferencias
Episcopales Europeas, en 2005 y 2011, lo que sugiere que disfruta de la estima
de los cardenales europeos que constituyen el mayor bloque de electores.
En esa
posición, Erdo conoció a muchos cardenales africanos porque el consejo organiza
sesiones periódicas con las conferencias episcopales de ese continente. Erdo
tuvo aún más exposición cuando ayudó a organizar las reuniones vaticanas de
Francisco sobre la familia en 2014 y 2015 y pronunció discursos clave, así como
durante las visitas papales a Budapest en 2021 y 2023.
Cardenal
Reinhard Marx: Nacido en Alemania el 21 de septiembre de 1953, el arzobispo de
Munich y Freising fue elegido por Francisco como asesor clave en 2013.
Posteriormente, Marx fue nombrado para encabezar el consejo que supervisó las
finanzas del Vaticano durante la implementación de reformas y un ajuste para
cuidar gastos.
El ex presidente de la Conferencia episcopal alemana fue un firme defensor del controvertido proceso de diálogo del “camino sinodal” en la Iglesia de su país, que comenzó en 2020 como respuesta al escándalo de abuso sexual del clero. Como resultado, es visto con escepticismo por los conservadores que consideraron el proceso una amenaza a la unidad de la Iglesia, dado que involucraba debatir temas como el celibato, la homosexualidad y la ordenación de mujeres.
Marx
fue noticia en 2021 cuando ofreció renunciar como arzobispo para expiar el
terrible historial de abusos de la Iglesia alemana, pero Francisco rápidamente
rechazó la renuncia.
Cardenal
Marc Ouellet: Nacido en Canadá el 8 de junio de 1944, dirigió la influyente
oficina de obispos del Vaticano durante más de una década, supervisando el
monitoreo de candidatos potenciales a encabezar diócesis en todo el mundo.
Francisco mantuvo a Ouellet en el cargo hasta 2023, a pesar de que fue nombrado
por el papa Benedicto XVI, y así ayudó a seleccionar a los obispos más
dogmáticos y preferidos por el pontífice alemán.
Incluso siendo más conservador que Francisco, Ouellet seleccionó obispos con mentalidad pastoral para reflejar la creencia del Papa de que los obispos deberían impregnarse del “olor de sus ovejas”.
Ouellet
defendió el celibato sacerdotal y mantuvo la prohibición de la ordenación de
mujeres, pero pidió que éstas tengan un papel más importante en la gobernanza
de la institución.
Tiene
buenos contactos con la Iglesia latinoamericana, habiendo encabezado la
Pontificia Comisión para América Latina durante más de una década.
Desde
2019, su oficina se ha encargado de investigar a los obispos acusados de
encubrir a sacerdotes abusadores, un trabajo que no le habría hecho amigos
entre los sancionados, pero que también podría haberle proporcionado mucha
información confidencial y posiblemente comprometedora sobre sus colegas
cardenales.
Cardenal
Pietro Parolin: Nacido en Italia el 17 de enero de 1955, ha sido secretario de
Estado de Francisco desde 2014. Veterano diplomático del Vaticano, supervisó el
controvertido acuerdo de la Santa Sede con China sobre el nombramiento de
obispos y estuvo involucrado —aunque no acusado— en la inversión fallida del
Vaticano en una empresa inmobiliaria en Londres que condujo a un juicio de otro
cardenal y otras nueve personas en 2021.
Parolin,
ex embajador en Venezuela, conoce bien la iglesia latinoamericana. Sería visto
como alguien que continuaría la tradición de Francisco, pero más sobrio y
diplomático, y que devolvería a un italiano al papado después de san Juan Pablo
II (Polonia), Benedicto (Alemania) y Francisco (Argentina).
Sin
embargo, Parolin no tiene una verdadera experiencia pastoral. Sus vínculos con
el escándalo de Londres, en el que su oficina perdió decenas de millones de
dólares en donaciones de fieles debido a malos negocios y empresarios turbios,
podrían jugar en su contra.
Cardenal
Robert Sarah: Nacido en Guinea el 15 de enero de 1945, el ex jefe —ya retirado—
de la Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice despertó por
mucho tiempo la esperanza de tener un Papa africano. Amado por los
conservadores, potenciaría un regreso a los papados dogmáticos y litúrgicos de
san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Sarah,
que había dirigido el Pontificio Consejo Cor Unum, chocó en varias ocasiones
con Francisco. La más grave fue cuando él y Benedicto escribieron un libro que
defendía la “necesidad” de la continuidad del celibato. El libro salió a la luz
mientras Francisco sopesaba si debía permitir la ordenación de hombres casados
para abordar la escasez de clérigos en el Amazonas. La implicación era que
Sarah había manipulado a Benedicto para que prestara su nombre y autoridad
moral a un libro que tenía todas las apariencias de ser un contrapeso a las
propias enseñanzas del papa actual.
Francisco
despidió a la secretaria de Benedicto y varios meses después retiró a Sarah
cuando éste cumplió 75 años. Los partidarios de Sarah lamentaron que el
episodio perjudicara sus posibilidades papales.
Cardenal
Christoph Schoenborn: Nacido en Austria el 22 de enero de 1945 y arzobispo de
Viena, fue alumno de Benedicto y, por lo tanto, parece tener las habilidades
académicas doctrinarias para atraer a los conservadores. Sin embargo, se le
asoció con una de las medidas más controvertidas de Francisco al defender su
acercamiento a los católicos divorciados y vueltos a casar civilmente como un
“desarrollo orgánico de la doctrina”, en lugar de la ruptura que sostenían
algunos conservadores. Los padres de Schoenborn se divorciaron cuando él era un
adolescente, por lo que el tema le afecta de manera personal.
También
recibió críticas del Vaticano por su negativa a sancionar a abusadores sexuales
de alto rango, incluido su predecesor como arzobispo de Viena. Schoenborn ha
expresado su apoyo a las uniones civiles y a las mujeres como diaconisas, y
jugó un papel decisivo en la edición de la actualización de 1992 del Catecismo
de la Iglesia Católica, el manual de enseñanza de la Iglesia que Benedicto
había encabezado cuando lideró la oficina de doctrina del Vaticano.
Cardenal
Luis Tagle: Nacido en Filipinas el 21 de junio de 1957, parecería ser el
elegido de Francisco para convertirse en el primer Papa asiático. Francisco
trajo al popular arzobispo de Manila a Roma para que encabezara la oficina de
evangelización misionera del Vaticano, que atiende las necesidades de la
Iglesia católica en gran parte de Asia y África. Su papel adquirió mayor peso
cuando Francisco reformó la burocracia del Vaticano y elevó la importancia de
su oficina de evangelización.
Tagle a
menudo cita su linaje chino —su abuela materna era parte de una familia china
que se mudó a Filipinas— y es conocido por emocionarse cuando habla de su
infancia.
Aunque
tiene experiencia pastoral, vaticana y administrativa —dirigió la federación de
grupos benéficos Caritas Internationalis del Vaticano antes de moverse a Roma
permanentemente—, Tagle estaría en el lado joven para ser elegido papa y los
cardenales podrían preferir a un candidato de mayor edad, cuyo papado sería más
corto.
Cardenal
Matteo Zuppi: Nacido en Italia el 11 de octubre de 1955, el arzobispo de
Bolonia y presidente de la Conferencia episcopal italiana, elegido en 2022,
está estrechamente afiliado a la Comunidad de Sant’Egidio, una organización
benéfica católica con sede en Roma que fue influyente durante el papado de
Francisco, particularmente en el diálogo interreligioso.
Zuppi
formó parte del equipo de Sant’Egidio, que ayudó a negociar el fin de la guerra
civil de Mozambique en la década de 1990 y fue nombrado enviado de paz de
Francisco para la guerra de Rusia en Ucrania.
Francisco
lo nombró cardenal en 2019 y luego dejó claro que lo quería a cargo de los
obispos de Italia, una señal de su admiración por el prelado que, como
Francisco, es conocido como un “cura callejero”.
En otra
señal de sus inclinaciones progresistas y su cercanía a Francisco, Zuppi
escribió la introducción a la edición italiana de “Building a Bridge”, del
reverendo James Martin, un jesuita estadounidense, sobre la necesidad de la
Iglesia de mejorar su alcance a la comunidad LGBTQ+.
Zuppi
sería un candidato en la tradición de Francisco de ministrar a los marginados,
aunque su relativa juventud jugaría en su contra para los cardenales que buscan
un papado breve. Su familia tenía fuertes vínculos institucionales: el padre de
Zuppi trabajaba para el periódico vaticano L’Osservatore Romano y su madre era
sobrina del cardenal Carlo Confalonieri, decano del Colegio Cardenalicio en las
décadas de 1960 y 1970.
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