La denuncia que pondrá Nahle contra el gobierno de Cuitláhuac es un obús que manda Ricardo Monreal y con la firma de Javier Herrera
* Con
el VoBo de Sergio Gutiérrez Luna y de Adán Augusto
* Es
una denuncia con una carga de ajuste de cuentas de varios actores políticos
Marco A. Aguirre Rodríguez| 07 mayo 2025
Tribuna
Libre.- Este lunes la gobernadora Rocío Nahle García anunció que se puso una
denuncia contra el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez por un presunto daño
patrimonial superior a los 1 mil 600 millones de pesos.
En
primera instancia parecería que es Rocío Nahle quien apunta con el dedo
acusador a Cuitláhuac García, pero no es así.
Es una
denuncia que tiene toda una carga de ajuste de cuentas por parte de varios
actores políticos: La misma Nahle, Javier Herrera, Ricardo Monreal, Sergio
Gutiérrez Luna y Adán Augusto López Hernández.
Porque
además la amplia protección que Andrés Manuel López Obrador le daba a
Cuitláhuac García, hoy ya no es tan fuerte.
Rocío
Nahle, o su gobierno -más bien-, son sólo el conducto para que las denuncias se
interpongan.
Porque
las denuncias tienen como sustento los resultados de las revisiones a la cuenta
pública del gobierno del estado de Veracruz correspondientes al año 2023,
hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Y de
Rocío Nahle será la obligación de vigilar que las denuncias prosperen, que no
se guarden, que no se escondan, como gobernadora de Veracruz, porque como ella
misma dijo, no va a encubrir actos de corrupción, porque “mi labor es cuidar el
patrimonio de Veracruz”.
Aquí
ella es quien lanza el obus, pero no lo prepara.
El
misil lo arma, en primera instancia, Javier Herrera Borunda, quien es el
presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la
Federación (ASF) en la Cámara de Diputados.
O sea,
que es quien en primera instancia conoce las auditorías que realiza la ASF y
quien por lo mismo alienta o desalienta estos ejercicios de revisión.
Pero él
no lanza el misil, si no que este lo coloca en posición de disparar el
presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de
Diputados, el morenista Ricardo Monreal Avila, con quien Cuitláhuac García tuvo
múltiples enfrentamientos cuando fue gobernador y a quien menospreció.
Pero
para que el misil saliera debió tener el visto bueno (o Vobo, como gustan de
llamarlo en la administración pública) de Sergio Gutiérrez Luna, quien también
fue agredido por Cuitláhuac García muchas veces, cuando intentaba posicionarse
rumbo a la candidatura para el gobierno de Veracruz.
Vaya,
Cuitláhuac hasta vetó que Sergio Gutiérrez fuera candidato por Veracruz a la
Cámara de Diputados.
Si
Sergio Gutiérrez no dio el visto bueno, por lo menos se hizo el disimulado y
dejó correr las auditorías y los resultados, con el correspondiente fincamiento
de responsabilidades.
E igual
debió ocurrir con Adán Augusto López Hernández, de cuyo grupo es parte Sergio
Gutiérrez Luna, también confrontado con Cuitláhuac García, desde mucho antes de
que el tabasqueño apadrinase o cooptase a los Yunes de El Estero.
Pero
cierto es que Rocío Nahle le puso sabor al caldo, porque ella fue quien
difundió que su gobierno va a demandar a los responsables por irregularidades
administrativas en los Servicios de Salud de Veracruz por más de 1 mil 600
millones de pesos.
Y lo
hizo porque también tiene cuentas pendientes con Cuitláhuac García y quien fue
su administrador todo el sexenio en esa dependencia, Jorge Sisniega Fernández,
a quien todo el tiempo se le señaló por actos de corrupción en esa dependencia.
Rocío
Nahle, es quien apadrinó al primer secretario de salud en el gobierno de
Cuitláhuac García, Roberto Ramos Alor, el doctor besucón -como lo conocen
algunos-, o al que cualquier chile le embona -como lo identifican otros-.
Por eso
es que hoy la misma Nahle lo promueve como delegado del IMSS-Bienestar para Veracruz.
Supuestamente,
Jorge Sisniega armó el entramado para la renuncia de Roberto Ramos como
secretario de Salud, la cual se dio el 19 de mayo de 2022, después de que el
Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) notificó el 11 de mayo de ese año
que en el almacén central de abasto de Xalapa, se encontraron 884 mil 822
piezas de medicamentos oncológicos con caducidad menor a nueve meses.
Ramos
Alor también fue señalado por devolver 237 millones de pesos a la federación.
Eso y
otras cosas, además de que también fue mencionado de tolerar la corrupción de
personas allegadas a él.
Todo
eso cuando los reclamos por la calidad de los servicios de salud eran bastante
intensos.
Rocío
Nahle bien pudo mantenerse en silencio sobre la denuncia, como ha ocurrido en
otras ocasiones con situaciones parecidas.
O pudo
dejar que el titular de la Contraloría del Estado, Ramón Santos Navarro,
hiciera el anuncio, para que no tuviera tanta vista mediática.
Pero
no.
Prefirió
hacer ella la revelación y decir que la denuncia ya estaba interpuesta y que
ella misma le daría seguimiento.
Así
pues, la denuncia contra el gobierno de Cuitláhuac García, no es algo
corriente, si no que además trae toda una carga política de ajuste de cuentas
por agravios pasados.
El
carnicero del ayer puede ser la res de mañana.
O sea,
puede convertirse en el nuevo Duarte.
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