“Me pregunto en qué clase de sociedad vivimos, qué democracia tenemos donde los corruptos viven en la impunidad, y al hambre de los pueblos se le considera subversiva”. Ernesto Sábato (1911-2011)
Ángel Rafael Martínez Alarcón | 05 julio 2025
Tribuna
Libre.- Desde la fundación del Estado mexicano, el derecho a elegir a nuestros
gobernantes ha sido un tema fundamental. En la Constitución de 1824, solo los
hombres que cumplían ciertos requisitos —como ser mayores de edad, tener
propiedades y estar casados— tenían el derecho de sufragar. Con el tiempo,
estos requisitos se fueron democratizando. Hasta 1953, el presidente Adolfo
Ruiz Cortines permitió el sufragio para las mujeres.
En las
elecciones intermedias del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado(1982-1988), para
elegir a los integrantes de la LVIII Legislatura (1985-1988), fue la primera
vez que pude sufragar y participar en una campaña electoral. Ya era ciudadano
desde mayo de 1984, cuando cumplí 18 años, lo que me acreditaba como integrante
del Estado mexicano.
Han
pasado 40 años desde mi participación plena en la vida política de nuestro
país. En ese momento, el país estaba gobernado por un solo partido, y un solo
hombre ostentaba la presidencia de los Estados Unidos Mexicanos. Era un México
donde la maquinaria del Estado otorgaba todas las victorias al PRI, igual que
hoy con Morena.
Hoy, en
el verano de 2025, estamos mucho peor que en las décadas de la "Dictadura
Perfecta", con un líder que los mismos Estados Unidos de Norteamérica han
catalogado como un gobernante que recibía financiamiento del narcotráfico desde
las elecciones de 2006.
Crecí
en un ambiente familiar donde siempre se habló de política, vinculado al
segundo sexenio presidencial encabezado por el general Manuel Ávila Camacho,
quien gobernó México entre 1940 y 1946. Para mí, los asuntos públicos y
partidistas nunca fueron ajenos, a pesar de mi corta edad.
En
1985, ya tenía tres años de ser integrante de las Comunidades del Camino
Neocatecumenal de la Iglesia Católica Apostólica Romana en la parroquia de
Nuestro Señor del Calvario, en la arquidiócesis de Xalapa. Ahí coincidí con
integrantes del Partido Acción Nacional, en particular con Rubén Efrén González
López, michoacano y militante del PAN; primer diputado local en el congreso
local 1976-1979.
En
1985, me sumé a un pequeño grupo de ciudadanos del PAN-Xalapa. Había que elegir
al candidato para la diputación federal del distrito de Xalapa, y salió
designado el joven arquitecto Fernando Pérez Vignola, un hombre con principios
y valores. En ese momento, pensé que sería una campaña victoriosa, pero más
tarde entendí que eran campañas testimoniales, ya que la maquinaria electoral
del PRI era imbatible.
En esa
elección federal de 1985, el ambiente era de dictadura priista, no como ahora.
El sábado 6 de julio de aquel año, circuló la noticia de que Arnoldo Martínez
Verdugo (1925-2013), último secretario general del Partido Comunista Mexicano,
diputado federal, militante del PSUM y del PRD, había sido secuestrado. El
gobierno federal ayudó a pagar 100 millones de pesos por su rescate. Fue
secuestrado por el Partido de los Pobres, fundado por maestro Lucio Cabañas
(1938-1974).
El
domingo 7 de julio de 1985, amanecí con todos los nervios del mundo: era mi
primera vez en sufragar y cuidar mi casilla, la número 1979, instalada en el
Centro Escolar Revolución. Mi compañero don Carlos Gutiérrez, panista y
católico militante, en aquellos años un hombre de 60 años. En 1986, mi vecino Sergio Benavides Marín, presidente de casilla, faltaron funcionarios,
me invitó a participar como escrutador. Ahí comprendí la importancia de estar
en una casilla y saludar a todos mis vecinos. En 1988, participé activamente en
la organización del 12 de enero, en la visita del candidato presidencial
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Ese mismo día, en el Hotel Xalapa, se fundó el
Frente Democrático Nacional, un grupo de partidos políticos que postulaba al
hijo del general Lázaro Cárdenas. Gracias a esa campaña, participé en varias
giras, junto a mi amigo Jorge Martínez Almaraz (1946-2022), “El Chale”.
El
fraude electoral de 2006 fue una de las mayores trampas en la historia del
país, y en 1988 también hubo un gran fraude en las elecciones para la
renovación del ayuntamiento, en las cuales apoyé al candidato del PPS, Ernesto
Gerardo Fernández Paredes.
En la
elección federal intermedia de 1991, con la fuerza política del PRD, que fundé
en mayo de 1989, el PRI recuperó casi todos los distritos perdidos en 1988. Fui
representante de casilla por el PRD.
En
1992, participé como observador en la elección para gobernador, en la que ganó
Patricio Chirinos Calero. Estuve cercano a ese proceso junto a mi compadre
Antonio Romero Lajud, quien el 6 de enero de ese año destapó a Chirinos como el
candidato a gobernador.
En
1994, en la elección presidencial, Cuauhtémoc Cárdenas volvió a ser candidato
por el PRD. Participé en la Alianza Cívica, un organismo de la sociedad civil
con tendencia al PRD.
En
1996, me afilié a Acción Nacional, tras haber sido testigo y participante en
procesos anteriores, incluso en momentos en que algunos excomunistas, ahora
fervientes morenistas, espían y vendían la información a la Secretaría de
Gobernación. En 1997, participe con candidato suplente a la diputación federal
con Sixto Jasso, nos bajarón de la palpitación.
En
1998, no participé en las elecciones locales porque me encontraba en España,
realizado mis estudios doctorales. Sin embargo, en 2000, en Madrid, me
incorporé a la representación del PAN en Europa, bajo la coordinación de
Gustavo Parra Noriega.
El 2 de
julio de 2000, el pueblo mexicano logró expulsar al PRI del poder tras 80 años,
gracias a la lucha democrática de figuras como Ernesto Zedillo Ponce de León.
Un grupo de mexicanos fuimos a celebrar en la Cibeles, éramos unos 20 paisanos.
El 2 de octubre de ese año participe en la coordinación de la visita al Reino
de España del candidato electo, Vicente Fox Quezada.
En las
últimas dos décadas, participé en varias elecciones federales: en 2003, en
favor de Miguel Ángel Llera Bello en Xalapa; en 2006, apoyando a Felipe Calderón
en su candidatura presidencial, quien seis años antes nos había pronosticado su
victoria en una cena en Madrid; en 2010, acompañando a Miguel Ángel Yunes
Linares; en 2012, apoyando a Josefina Vázquez Mota y Eduardo de la Torre,
candidato a la diputación federal con
Eduardo de la Torre Jaramillo, candidato independiente; en 2016,
nuevamente a Yunes Linares, quien ganó la gubernatura; y en 2018, apoyando a
Ricardo Anaya y a Yunes Márquez, ambos perdedores.
Para la
elección presidencial de 2024, en alianza con PAN, PRI y PRD, encabezada por Xóchitl
Gálvez, los resultados ya son conocidos. Apoyé a Agustín Basilio de la Vega,
candidato suplente a la diputación federal, con Américo Zúñiga Martínez como
titular, y también a la candidatura a gobernador encabezada por José Yunes
Zorrilla. Fue una elección de Estado, organizada por el presidente Manuel
Andrés López Obrador, quién viola totalmente la legislación electoral. Ese
mismo que sus campañas del 2006, la financió el narcotráficos y la República Islámica
de Iran y la República Bolivariana de Venezuela.
En las
elecciones municipales de 2025, participé activamente en las reuniones para la
elaboración de la plataforma del PAN, a invitación de Cristina Pérez Silva.
También apoyé la candidatura independiente de Eduardo de la Torre Jaramillo
para la alcaldía de Xalapa. Además, se realizaron elecciones para el Poder
Judicial, en las que solo participó el 9% del electorado; la narco-dictadura
proclamó esa victoria como legítima.
Por
falta de espacio, hay muchos datos que aún quedan en el tintero. Hoy cuando el
narco gobierno federal hace todo lo posible para convertirnos en una
narcodictadura de izquierda.
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