José Miguel Cobián | 23 octubre 2025
Tribuna
Libre.-
Presidenta, es la primera vez que me
dirijo directamente a usted. Y lo hago
porque estoy preocupado por mi deseo de que a usted le vaya bien… Si le va bien a usted, seguramente le irá
bien a México, que es lo que a fin de cuentas realmente importa.
Todos
los tratados de política y de guerra que he consultado indican lo mismo. Hay reglas básicas para iniciar una pelea:
1. No iniciar una pelea si no se está seguro
de poderla ganar.
2. Dejar con fuerza al adversario implica la
posibilidad de una represalia con mayor poder que el ataque que originalmente
enviamos.
3. Es mejor atacar cuando se está seguro de
ganar, y no se debe detener ese ataque sino hasta lograr la victoria.
4. Siempre hay que dejarle una salida al
adversario, es mejor que huya y se rinda a tener que gastar fuerzas y energía
para exterminarlo.
5. Lo que más le duele a un príncipe es un
ataque a su ego. Si atacas a un príncipe
poderoso, debes estar seguro de destruirlo para impedir su represalia.
6. Las alianzas con los poderosos ayudan a
vencer. Si tus enemigos están aliados
con los poderosos, debes de escoger muy bien el momento y el lugar para la
batalla.
7. Debilitar poco a poco al adversario puede
conseguir fortalecerlo.
8. Un golpe contundente y certero es mucho
mejor que mil ataques débiles que no
ganan la guerra.
Todo
esto viene a colación porque en los hechos ha demostrado usted un ataque
directo contra el expresidente y las figuras que él dejó para controlar a la
presidenta y al gobierno actual.
Para
nadie es un secreto que gracias a las revelaciones en este sexenio y también a
los cambios de políticas públicas usted ha dejado en evidencia las grandes
fallas y los grandes negocios de corrupción del sexenio pasado. Y sus actos simbólicos también han demostrado
que está en medio de una guerra interna por el control del país y el control
del partido político que conserva las mayorías.
La
política de seguridad de abrazos no balazos ha demostrado que sirvió para que
las empresas criminales se adueñaran de una mayor porción del territorio
nacional. Los decomisos de drogas y la
destrucción de laboratorios han demostrado que su antecesor mentía cada vez que
afirmaba lo contrario. Lo mismo ha
pasado con la corrupción exhibida, tanto del ex secretario de gobernación como
de familiares y amigos cercanos al ex presidente. Una y otra vez, en el imaginario colectivo de
México queda en evidencia que el propio ex presidente era el jefe de la banda
que estaba saqueando al país.
Usted
ha revelado también la hipocresía de la alta aristocracia del partido,
exhibiendo sus viajes, sus compras, sus gastos, la ropa que utilizan, que por
cierto un trabajador promedio no podría comprar ni con un año de su
salario. También ha exhibido ante la
opinión pública el nepotismo de las figuras consentidas del obradorato,
logrando que los mexicanos conozcamos de todos los familiares de tal o cual
figura del partido, que trabajan en gobiernos federal, estatales y municipales,
con sueldos impresionantes, o peor aún, haciendo negocios con el gobierno, negociazos
que jamás soñaron, y todo gracias a la sombra protectora de los líderes de
morena y de figuras muy cercanas al presidente de la república.
Para
muchos mexicanos ha quedado claro que cuando menos cincuenta figuras de su
partido tienen nexos con criminales, y como resultado a ello, el gobierno
norteamericano les ha cancelado sus visas, como primer paso de algo que puede
terminar enjuiciando a las figuras más prominentes del sexenio pasado.
Los
detalles que han salido a la luz de saqueos de arcas municipales y estatales,
muestran una conducta repetitiva entre los funcionarios electos emanados de su
partido. Traicionando esa frase tan
repetida de ¨no somos iguales¨, demostrando que han resultado peores. Y sobre todo, mostrando que incluso cuando su
antecesor mostraba el pañuelito blanco presumiendo haber terminado con la
corrupción, en realidad México y en particular las más altas figuras del
gobierno, chapoteaban en un mar de corrupción.
Mar que por cierto todavía sigue azotando con sus olas de
corrupción a su propio gobierno.
Pero,
presidenta, no vemos golpes contundentes.
El propio AMLO, Andy, Gutiérritos, Dato Protegido, Adán Augusto,
Noroña, Alcalde, Monreal, Velasco, el
Almirante ex secretario de Marina, el general ex secretario del ejército,
gobernadores, ex gobernadores, funcionarios como Delgado, y otros más, todos
ellos no están mancos.
El
poder presidencial hoy está limitado, principalmente por todos los contrapesos
que estableció su antecesor. Y no son
débiles esos contrapesos. Muchos
mexicanos estamos preocupados porque usted puede perder la batalla. Andy y Adán Augusto pueden resurgir como
aspirantes a sucederla. Y así, cada uno
de los adversarios a los cuáles usted les ha dado un golpecito, pueden regresar
más fortalecidos, y lograr que usted pierda esta batalla política. Y eso no le conviene a México.
Nadie
le puede decir a la presidenta de la república que es lo que debe hacer. Es una responsabilidad personal e
intransferible, pero si podemos llamar la atención. Ya le hicieron su chamba en Poza Rica, fueron
grupos afines a Morena los que se viralizaron reclamando a la presidenta. Eso es sólo el principio.
De
usted depende que le vaya bien a su gobierno y a México y eso pasa por
deshacerse y acabar de una vez con la oposición y el intento de un
cogobierno. Hay un solo gobernante y
esa es usted.
elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

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