La obligación de aplaudir todo lo que hace un gobernante del partido con el que simpatizas le hace mucho daño a México.
José Miguel Cobián | 17 octubre 2025
Tribuna
Libre.-
La rendición de cuentas es lo que hace
competitivos a los gobernantes. La
competencia es la base de la superación y la excelencia. Sin rendición de cuentas, solo podemos
aspirar a gobiernos mediocres, llenos de ineptos, incompetentes, incapaces e
inútiles. Personajes que llegan a puestos por simpatía o por haber apoyado en
una campaña pero no por su capacidad para el servicio público.
Hace
años, discutía con mis amigos panistas el gravísimo error que representaba la
filosofía de que ¨la ropa sucia se lava en casa¨. Una y otra vez les hice ver que eso lo
único que provocaría sería gobiernos efímeros a nivel federal, y una reducción
de la simpatía de la población a nivel estatal y municipal cada vez que el PAN
gobernara.
La
razón es muy sencilla. Dónde no hay
autocrítica, donde no hay exigencia de calidad de cara a la población,
automáticamente llega la mediocridad.
En muchas ocasiones escuchaba a esos mismos amigos defender lo
indefendible de los gobiernos de Fox o Calderón, cegados por una especie de
lealtad perruna que yo no entendía, pero que se incrementó brutalmente en los
gobiernos de Morena.
El
descontrol es la falta de control. Y el control en el sector público se logra
con la obligación moral de rendir cuentas.
La única manera que tiene el mexicano de obligar a sus gobernantes a
rendir cuentas, es votar en contra de ellos cuando sus actos de gobierno no le
satisfacen.
El gran
problema que dejó el carisma de AMLO, es que sus enseñanzas de 90% lealtad y
10% capacidad, se posicionaron en la psique colectiva de la mayoría de los
mexicanos, generando una imposibilidad de expresar verbalmente cualquier
crítica o queja a los gobiernos de Morena.
Con ello, logró algo increíble, que los votantes, a pesar de estar
indignados y molestos por los actos de un gobierno de morena, a nivel
municipal, estatal o federal, de todas maneras, en la siguiente elección, voten
por un nuevo gobierno de Morena.
AMLO lo
logró por la vía de la cuasi religiosa obsesión que genera en muchos
simpatizantes de morena, pero sobre todo en los que se autodenominan
¨obradoristas¨. Pero también tuvo otro
logro genial: Desprestigió tanto al PRI y al PAN, que otro gran logro, es que
entre sus simpatizantes, aquéllos que se atrevan a evaluar internamente a un
gobierno de morena, y reconozcan que no merece que se le reivindique votando de
nuevo por el mismo partido, prefieren sumarse a las filas del abstencionismo,
antes que votar por PRI o PAN. Algo que
por cierto, Dante percibió muy claramente y por eso decidió que Movimiento
Ciudadano jugara de manera independiente, ya que de esos votos de castigo a
morena, o se van al abstencionismo, o los más atrevidos y menos controlados,
votan por un partido de oposición, y el único que en su mente no está tan sucio
es Movimiento Ciudadano.
Mientras
tanto, el PRI y el PAN no han querido reconocer sus errores, con la esperanza
de que el tiempo se los lleve al olvido, sin entender que están tan arraigados
en el votante que sin hacer una buena labor de disculpa, reconocimiento y acto
de contrición, los votantes les seguirán dando la espalda, sobre todo a nivel
federal y estatal. A nivel municipal son
otras las emociones que se mueven y allí todavía tienen alguna posibilidad.
El
problema adicional para el PRI y el PAN, es que muchos de sus simpatizantes han
considerado que tienen una alianza de facto con Morena, y que por ende están al
servicio de la presidenta tal como antes estuvieron al servicio de AMLO. Algo que fue evidente para muchos
simpatizantes de la oposición en la elección presidencial pasada, donde desde
la elección de la candidata se realizó con una farsa de elección interna que al
final terminó eliminando a la más fuerte contendiente sin llegar a las
votaciones internas, y que después convirtió a Xóchitl en un pato cojo, sin el
apoyo de los partidos que la postularon.
El saqueo de los recursos destinados para los candidatos fue notorio en
la pobreza de las campañas de diputados, senadores y gobernador. Es decir, en un momento de emergencia para la
oposición, los líderes opositores optaron por seguir adueñándose de recursos
públicos en lugar de utilizarlos para su destino: Las campañas políticas de sus
abanderados.
La
visión del partido del trabajo y del Verde, es que con Morena fortalecen a los
candidatos de Morena, pero sin Morena también tienen oportunidades, ya que el
voto de castigo puede irse sin tanto cargo de conciencia a los aliados de
Andrés Manuel, el Verde y el PT. La
prueba son sus resultados en las últimas elecciones en Veracruz, elecciones en
las cuales Verde, PT y MC obtuvieron buenos resultados (para lo por ellos acostumbrado).
Volviendo
al tema principal, Morena que será el partido dominante por un tiempo, requiere
de militantes críticos, que señalen públicamente los errores de sus
gobernantes. El ciudadano no es ciego ni
tonto. Se da cuenta de Todo. Los únicos que
creen que engañan a la población con sus narrativas son aquéllos que no quieren
reconocer sus errores. Pero eso genera
un caldo de cultivo en contra del partido en el poder. Silenciosamente la
opinión pública se va calentando hasta llegar a la ebullición en la
elección. Lacayos y lamebotas son
buenos para alimentar el ego del político en turno, ya sea alcalde, diputado,
senador, gobernador o la propia presidenta.
Pero ellos, para lograr buenas administraciones, requieren tener un
contrapeso en la opinión pública, en particular dentro del propio partido en el
poder, ya que afuera, con una oposición al servicio de Morena no la van a
encontrar. Eso obligaría a rendición de
cuentas, y sobre todo, a una selección adecuada de funcionarios, para no seguir
causando daños a nivel nacional gracias a la incompetencia de los que ocupan
puestos sin tener idea de cómo cumplir con las obligaciones de dicho puesto.
La
elección está entre autocomplacencia y calidad en el servicio público.
Elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex

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