*Hay que postular una
cultura humanista. Todo lo que no sea una cultura humanista es barbarie. Manuel
Gómez Morín, 1947
Ángel Rafael Martínez Alarcón | 06 febrero de 2015
Tribuna Libre.- De la grandeza de Nicolás Bravos en el pueblo
de Medellín a la vileza del asesinato de su alcalde Omar Cruz.
Desde de las primeras horas del levantón del modesto periodista Moisés Sánchez
Cerezo, el pasado viernes del dos de enero del recién estrenado año 2015;
se le responsabilizó al alcalde de Medellín de Bravo, como el
principal sospechoso, según las declaraciones del hijo de Moisés Sánchez.
Así también fueron lamentables las declaraciones del gobernador de
Veracruz de Ignacio de la Llave, demostrando que se trataba de un taxista; eso nos eficiencia que Veracruz,
no todos los periodistas reciben las grandes prebendas del Gobierno Estatal,
sino todo lo contrario en Veracruz el ejercicio periodísticos tiene muy de
apostolado, en su mayoría lo compañeros reporteros no cuentas con ninguna
garantía de la seguridad social, sólo sus efímeros salarios.
El fantasma del alcalde de Iguala, Guerrero;
recorre a los municipios del país, donde con poder que les otorga el mandato
constitucional en el artículo 115; vamos encontrando cada vez más alcalde con
síndrome de reyezuelos bananeros. Mire la gran biografía del alcalde de
Medellín de Bravo: Lic. Omar Cruz Reyes. Nací en el municipio de Veracruz,
Veracruz, el 07 de mayo de 1985. Soy Licenciado en Relaciones Internacionales y
Comercio Exterior por la Universidad Mexicana y profesionalmente siempre me he
desempeñado como empresario en la iniciativa privada, particularmente en el
ramo de autotransporte de carga federal. Desde muy joven me casé con la
licenciada Maricela Nava Seseña, con quien he formado una familia estable y
emprendedora. Hoy, como Presidente Municipal, dedico cada día de mi vida a
servir a los ciudadanos de Medellín bajo los principios de honestidad y bien
común.[1]
Hoy Nicolás Bravo, es más grande como con en
su momento al perdonarle la vida a sus enemigos, y lamentablemente que el
alcalde de Medellín de Bravo, ensucia la memoria del insurgente. Nicolás
Bravo Rueda nació el 10 de septiembre de 1786, en Chilpancingo, su padre
Leonardo Bravo se dedican a las labores del campo, se suman al eco de la
campana por la libertad, y junto con sus tíos Miguel, Víctor y Máximo,
apoya al cura Hidalgo, más tarde se incorporan a las
órdenes del Generalísimo José María Morelos y Pavón. Los Bravos,
participan en el sitio de Cuautla, entre el 19 de febrero y el 2 de mayo de
1812, que resistieron 72 días. Teniendo Nicolás Bravo una extraordinaria
actuación; posteriormente en ese mismo año de 1812, es enviado a la Intendencia
de Veracruz para organizar a la insurgencia veracruzana. Siendo de los pocos
insurgentes que van a sobrevivir a 1821, en la nueva nación por la cual
combatió, es designado el primer vicepresidente de la nación y más tarde por
tres ocasiones el titular del poder ejecutivo federal: del 11 de julio al 17 de
julio de 1839; del 26 de octubre de 1842 al 14 de mayo de 1843; y del 28 de
julio al 6 de agosto de 1846. El 22 de abril de 1854 murió en la hacienda de
Chichihualco en el hoy estado de Guerrero, junto con su esposa María Antonieta
Guevara, en circunstancias muy sospechosas.
El 13 de septiembre de 1812, su padre Leonardo
Bravo es fusilado por la autoridad virreinal, misma que quiso negociar con
Nicolás Bravo, para perdonar la vida de su padre a cambio de deponer las
armas insurgentes, pacto que no acepto Nicolás Bravo. En menos de un mes;
Nicolás Bravo, tuvo en sus manos ejecutar a 300 soldados realista, y así
vengar el fusilamiento de su padre: y me dirigí a la villa de Medellín
donde establecí mi cuartel general, y desde donde hostilizaba a Veracruz
con tres mil hombres que estaban a mis órdenes. Después de pocos días me
comunicó el señor Morelos que no había sido admitida la propuesta que hizo al
virrey, y que éste, al contrario, había mandado que diesen garrote a mi padre y
que ya era muerto, ordenándome al mismo tiempo el que mandara pasar a cuchillo
a todos los prisioneros españoles que estaban en mi poder, manifestándome que
ya había ordenado que hicieran lo mismo con cuatrocientos que había en Zacatula
y otros puntos; esta noticia la recibí a las cuatro de la tarde y me sorprendió
tanto, que en el acto mandé poner en capilla a cerca de trescientos que tenían
en Medellín, dando orden al capellán (que lo era un religioso apellidado
Sotomayor) para que los auxiliase; pero en la noche, no pudiendo tomar el sueño
en toda ella, me ocupé en reflexionar que las represalias que iba yo a
ejecutar, disminuirían mucho el crédito de la causa que defendía, y que
observando una conducta contraria a la del virrey, podría yo conseguir mejores
resultados, cosa que me halagaba más que mi primera resolución; pero se me
presentaba para llevarla a efecto, la dificultad de no poder cubrir mi
responsabilidad de la orden que había recibido, en cuyo asunto me ocupé toda la
noche, hasta las cuatro de la mañana que me resolví a perdonarlos, de una
manera que se hiciera pública y surtiera todos los efectos en favor de la causa
de la independencia; con este fin, me reservé esta disposición hasta las ocho
de la mañana… (Ortiz Escamilla, Juan. 2010. Veracruz en armas. La guerra
civil 1810-1820. Tomo I- Gobierno del Estado de Veracruz
Ante los acontecimientos que “ganamos el
gobierno y perdimos al partido” en 2000, Acción Nacional sufrió un crecimiento
de su militancia, y luego con la cultura de la corrupción que tanto se critica
al PRI, lamentablemente se cooptaron a nuevos militantes desde los
padrones de los programas sociales de SEDESOL.
Recuerdo que para ingresar al partido, tenías
que ser presentado por tres garantes que daban testimonio de la rectitud del
aspirante, luego se hacía un curso de inducción partido y finalmente presentar
una evaluación; hoy con tristeza he visto militantes adultos analfabetas, que
son acarreado al más puro estilo priístas, para ganar elecciones internas.
Esperemos que CEN del PAN y CDE- Veracruz, y
los diez diputados locales del partidos, sepan honrar el aporte de don Manuel
Gómez Morín; y nos sea cómplices de un asesino. Espero que Veracruz no sea
donde se sepulten los grandes principios de doctrina, que mucho le dieron la
diferencia de un partido moderno.