Ángel Rafael Martínez Alarcón | 16 octubre de 2015
Tribuna Libre.- El pasado trece de
octubre del 2015, se conmemoran el 60 aniversario de la muerte del general
Manuel Ávila Camacho, a quien le correspondió ser el segundo presidente de la
República en encabezar el sexenio de 1940 a 1946, también en ser el último
presidente militar que haya gobernado a nuestra nación; es importante señalar
que desde octubre de 1824, en que el general Guadalupe Victoria instauró el
régimen presidencialista en México hasta 1946, encontramos un número importante
de titulares del ejecutivo federal procedentes del ejército mexicano, no todos
ellos fueron de formación sin no que por los más diversos motivos obtuvieron
los grados militares. Fue el único candidato presidencial del Partido de la
Revolución Mexicana, en 1939.
El General Manuel
Ávila Camacho, continuó la tradición de sus antecesores en vivir en el
territorio nacional, alejado de la política y dedicado al campo, en particular
en sus propiedades cercanas a las costas del Golfo de México, en compañía de su
esposa Soledad Orozco (1904-1996). Una regla no escrita del sistema político
mexicano, los ex presidentes de la nación, al concluir su mandato presidencial,
se jubilan de la política públicamente, pero lo privada continúan incidiendo en
la política, amén que el Estado les asigna una jugosa pensión vitalicia. Desde
1976, el gobierno tienen pensionado a Luis Echeverría Álvarez, Carlos Salinas
de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quezada y Felipe
Calderón.
La revolución de
Madero, convocada para el 20 de noviembre de 1910; tuvo una gran variedad de
reproducciones, cabe recordar la revolución maderista, terminó en febrero de
1913, con el asesinato de su líder Francisco I Madero; se pueda de hablar de
las diversas revoluciones según el Estado de la república. Es este momento en
que joven Maximino Ávila Camacho, se incorpora a la llamada Revolución
Mexicana, siendo el primer integrante de la familia Ávila Camacho en
incorporarse al movimiento maderista. Esto permitió que sus hermanos menores
siguieran los pasos del hermano mayor; así Manuel, Rafael, se sumarán a la
bola, aunque el último ya pasó por el Colegio Militar.
La familia Ávila
Camacho, tienes sus orígenes en la ciudad de Teziutlán, Puebla. En el siglo
XIX, parte de este territorio perteneció al estado de Veracruz. Fueron sus
padres el comerciante Manuel Ávila Castilla y Eufrosina Camacho Bello, nacida
en el pueblo de Altotonga, Veracruz. Una tradicional familia de finales del
siglo XIX porfiriano, procrearon a nueve hijos: Maximino, María Antonieta,
Manuel, Miguel, Ana María, Rafael Gabriel y Eulogio. La revolución mexicana
produjo una nueva clase gobernantes, la cual nació y se educó durante los años
del régimen porfirista entre 1876 a 1911.
Rodrigo Fernández
Chedraui, director de la editorial Las Ánimas, fundada hace un poco más de una
década, con una de línea de sus publicaciones sobre materiales biográficos de
los integrantes más importantes de la familia Ávila Camacho, quienes fueron
funcionarios en los tres niveles de Gobierno del sistema político nacional, en
lo político y lo militar. Rodrigo Fernández Chedraui y Arturo Olmedo,
2007.Vivir de pie. El tiempo de don Maximino. Editorial Las Ánimas. Xalapa, 359
pp.; Los hermanos, Generales y Gobernantes: Los Ávila Camacho. 2010. Editorial
Las Ánimas. México.
El 10 de
septiembre de 1940, se instaló en el Congreso de la Unión, el Colegio Electoral
para dictaminar los resultados del proceso electoral, donde se declaró al
general Manuel Ávila Camacho como Presidente de la República, para el segundo
sexenio de 1940 a 1946; con los siguientes resultados: 2,476,641 votos para el
candidato del Gobierno, para Almazán tan sólo 151, 101 votos y 9,840 voto en
favor del General Rafael Sánchez Tapia.
A continuación
presento algunos fragmentos de los discursos pronunciados por el Presidente
Caballero; el primero de diciembre de 1940, en su toma de posesión: Tendremos,
pues, que fortalecer la moral pública; los gobiernos de los Estados y mis
colaboradores directos harán sentir a la nación que sólo con equidad se pueden
servir los intereses comunes; nos esforzamos por que las virtudes
características de la familia mexicana, de honor, de devoción filial, de
fraternidad, se mantengan incólumes, haremos que en todos los hogares subsista
el sentimiento de la buena voluntad como expresión de auténtico espíritu
democrático[1] El 1º informe de Gobierno de 1 septiembre de 1941: La oposición,
cuando es bien intencionada, despierta en los hombres de gobierno el sentido de
la autocrítica, los orienta respecto de los diferentes matices de la opinión,
los que no deben tener más límites que la conservación del orden público y el
rechazo enérgico de influencias extrañas a nuestra nacionalidad. Mensaje
extraordinario del 28 de mayo de 1942, declaración de Guerra contra el Eje:
Roma, Berlín, Tokio: Desde la época precortesiana y durante las luchas de la
conquista, nuestros antepasados se caracterizaron con el épico aliento con que
supieron vivir y morir por la defensa de sus derechos. El 2º informe en 1942:
Un pueblo débil e incoherente no es un aliado útil en el combate ni un
colaborador efectivo en la organización de la paz. El 3º informe 1943, afirmó:
No hemos ingresado en la lucha para abdicar del honor de nuestro pasado y,
mucho menos aún, para renunciar al honor de nuestro futuro. El 4º informe 1944:
Se vigiló la salida de braceros a los Estados Unidos y se continuó permitiendo
la inmigración de refugiados políticos. Para el 5º informe 1945: La Biblioteca
Enciclopédica Popular ha publicado sin interrupción los pequeños volúmenes que
prometimos distribuir todas las semanas, al precio de veinticinco centavos por
ejemplar. Un millón setecientos veinticinco mil libros han sido puestos así en
circulación. En su 6º y último informe de 1946, en su mensaje afirmaba: Una
sola advertencia quiero hacer a vuestra Asamblea: por enconadas que sean las
controversias y complejas que resulten las situaciones que se os presenten,
pensad siempre en la Patria. Con razón el sexenio avilacamachista se le conoció
como el sexenio de la Unidad Nacional.
Baja la terminación
del número cinco en la vida del General Manuel Ávila Camacho, en diciembre de
1925, contrae matrimonio con la señorita Soledad Orozco; en febrero de 1945,
muere inesperadamente el primogénito de la familia Ávila Camacho, el General
Maximino, en marzo de 1975, falleció el General Rafael Ávila Camacho. El 13 de
octubre de 1955, justamente en el cumpleaños de su señora esposa, fallece el
Presidente Caballero, en el Estado de Mèxico, a la edad de 58 años. Sus restos
fueron sepultados en su rancho La herradura, desde 1997, ya reposan en el
panteón francés de la ciudad de México, junto con los de su esposa.
Por último una de
las historias infantiles que escuche en el hogar, fue precisamente sobre el
fallecimiento; por la participación de mis familiares en los actos fúnebres en
su rancho de la Herradura del General Manuel Ávila Camacho.
El General Lázaro
Cárdenas del Río, escribió sobre su amigo: Durante toda la noche estuvo
presente, velando el cadáver, el señor presidente Ruiz Cortines…México pierde a
un hombre que prestó importantes servicios al país. Fue un gran amigo mio, con
el que me ligó honda amistad. El año de 1920 nos conocimos en la Colonia de San
Rafael, Barra de Nautla, Ver. Cfr. CÁRDENAS, L. 1986. Obras. I.- Apuntes
1941/1956. Toma II. UNAM. México. 620-621 pp.