Lenin Torres
Antonio | 12 febrero de 2018
Tribuna Libre.- Exactamente aquí en éste Auditorio que lleva
el nombre de un insigne intelectual veracruzano, Don Jesús Reyes Heroles. Antes
de la frustrada transición democrática de Vicente Fox, hubo un momento
histórico en Veracruz que pasó desapercibido.
Siendo presidente del PRI el actual
gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, en 1997, el PRI había perdido
más de la mitad de los municipios en Veracruz. Ante ese escenario, en un
Consejo Político Estatal con un grupo de amigos pedimos que se democratizaran
todas las instancias de decisión del PRI, siendo la respuesta de la cúpula en
el poder y de la mayoría de los consejeros, además de los exabruptos “cállate”,
“no seas irrespetuoso”, y de los pocos que decían, “déjenlo hablar”, el
silencio y la continuidad de la simulación y la retórica.
Hablo que fue un momento histórico porque
jamás en Veracruz nadie se había atrevido interrumpir la maquinaria perfecta de
simulación democrática y ejercicio del poder del PRI, siendo ésta la causa por
la que abandoné el PRI hace un buen tiempo, y me situé en los que pensamos y
tenemos la seguridad que, “así como se ejerce la política y la indecencia como
como se conducen los partidos políticos que los ha llevado a una profunda
crisis de interlocución y credibilidad”, la clase política no podrá resolver
los graves problemas que padece México.
No obstante, acudo hoy por la invitación de
una buena amiga inteligente y leal, Nohemí Brito, a quien agradezco su
invitación, además porque creo que ésta Fundación debe ser consecuente de quien
lleva el nombre, un buen y sabio político que sabía perfectamente que no tan
sólo el PRI debería democratizarse y cambiar y enarbolar conscientemente las
causas de los más desfavorecidos, sino todo el sistemas político mexicano,
causas que se abandonaron por la pragmática egoísta que denigro la política y
la hizo la vía para los intereses personales, no por nada se adelantó a sus
tiempos, y quizás por ello su muerte vil y cobarde, decía Luis Donaldo Colosio,
“veo un México sediento de justicia”, parece que estaba hablando de estos
tiempos que vivimos, tiempos en el que los mexicanos estamos ávidos de
justicia, de democracia real, de seguridad, de certeza de futuro, de paz.
Esta intervención es un pronunciamiento
político y moral desde la reflexión, desde la indignación, desde el dolor,
desde la intolerancia, Veracruz paulatinamente se desangra, su historia es
fallida, la certeza de futuro se clausura, y el miedo y el vacío son los
síntomas de sus tiempos.
Todos sabemos que las cosas no van bien,
todos esperamos las respuestas pospuestas, y todos esperamos los tiempos de la
civilidad, del bien, de la inteligencia, de la paz y el progreso, todos creemos
que los ciudadanos debemos provocar el advenimiento del nuevo Veracruz.
Hasta cuándo se entenderá que sólo la
educación puede hacer de los hombres libres e iguales, y que los fines de la
educación es formar hombres éticos que sirvan a su sociedad y a sus congéneres,
y que el de las instituciones de educación superior es proveer y garantizar
sistemáticamente las herramientas metodológicas, epistémicas y técnicas, que
sirvan para transformar el entorno de los veracruzanos, y generar un estado de
bienestar y progreso para sus pueblos; en otras palabras: nuestra sociedad
demanda mayores índices de mejoramiento de la vida cotidiana; esto se resume en
la enorme necesidad de contar con personas altamente preparadas y competitivas:
sólo la educación superior puede garantizar un mundo prospero que sirva para
una mayor felicidad de los veracruzanos, y que los que saben deben hablar de
ese saber y usar su inteligencia para resolver problemas graves que hoy vivimos.
Los ciudadanos debemos encabezar una gran
alianza en defensa de la educación superior, particularmente la popular, pues
éste modelo demostró con la UPAV su eficacia vasconcelista de llevar la
educación a los pueblos, permitiendo adecuar las enseñanzas al entorno en que
se desarrolla, y de ésta forma cambiarla de mejor manera para el crecimiento
económico, científico, y cultural de los mismo.
Tenemos que obligarnos clase gobernantes,
instituciones, y ciudadanos a resolver la deuda histórica que el Estado
mexicano tiene con la "oferta de educación superior" para los
veracruzanos, porque en materia de educación superior universitaria pública,
tan sólo se ha podido en un siglo ofertar insuficientes opciones de educación
superior: la fundación de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana
"Enrique C. Rebsamen" a finales del siglo XIX (8 de noviembre de
1886), la creación de la Universidad Veracruzana en el siglo XX (11 de
septiembre de 1944), y la creación de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz
en el presente siglo (decreto del día lunes 1 de agosto del año 2011), además
de los Sistemas Tecnológicos y las Universidades Pedagógicas, aunado a las
ofertas serias que existen de forma particular, aun así insuficientes para dar
respuesta a la creciente demanda de educación superior de calidad de los las
nuevas generaciones de veracruzanos.
Deberíamos pensar que la educación, las
escuelas y las universidades como los verdaderos cuarteles para combatir no tan
sólo la violencia sino para hacer viable un progreso cierto para todas y todos
los veracruzanos; y nuestras armas, el saber, el conocimiento, y la ética; pues
es ahí donde se construyen los hombres buenos, y se enseña de forma sistemática
a reconocer y respetar la ley; y transformar el entorno para construir una
sociedad en progreso.
Por eso hemos venido hablando del abandono
que se ha hecho de la educación, y principalmente, de la educación superior, y
de la importancia vital que tenemos para ponernos a trabajar con todo lo que
tengamos los gobernantes y los gobernados para abatir el significativo rezago
en educación superior.
En términos generales, cinco millones (Inegi
2013) de veracruzanos no tienen educación superior, es decir casi más del 70%
de la mano de obra veracruzana no es calificada ni profesional, y si queremos
progresar y salir de la precariedad social deberíamos tomar muy en serio el
problema del rezago educativo en general.
México es el país de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos gasta por cada
estudiante, 5.2% del Producto Interno Bruto (PIB).
Si el 5.2% del PIB destinado a la educación
"se distribuye entre el número de estudiantes, da como resultado que
México tiene el gasto más bajo de toda la OCDE".
62% de gasto mexicano en educación superior
se dedicó a remunerar a los profesores, cuando el promedio OCDE fue de 40%, por
lo que es imposible invertir en investigación e innovación, y menos en
capacitación docente.
Actualmente 19% de la población mexicana
entre 25 y 64 años tiene estudios de educación superior.
En Veracruz, la cobertura en educación
superior (incluyendo posgrados), entre la edad normal para estar estudiando en
ese nivel que sería entre18 a 23 años de edad, tan sólo se pudo llegar al 20.8
%durante el ciclo escolar 2014-2015, al 21.5% en el ciclo escolar 2015-2016 y
22.3% en el ciclo escolar 2016-2017, por lo que hubo un promedio durante los
tres últimos ciclos escolares de 79.5% de los veracruzanos que no tuvieron la
fortuna de tener acceso a la educación superior, es decir, que en esos periodos
tan sólo 186,979 veracruzanos pudieron tener acceso a la educación
superior:144,515 en centros escolares públicos y 42,464 en centros escolares
privados (Prontuario Estadístico SEV); por lo que Veracruz continúa a la zaga
en los últimos lugares en materia de educación superior como Chiapas, Oaxaca y
Guerrero.
Es innegable que el problema del rezago
educativo a nivel superior es grave, y amerita respuestas contundentes de todos
los actores responsables, las instituciones encargadas de la educación, la
clase política, los gobernantes y la ciudadanía.
Aprovecho aquí para proponer a la sociedad
veracruzana Instalar un Foro Permanente en Defensa de la Educación Superior, la
Asociación Académica y Docente de la UPAV que dirijo con un grupo de universitarios
de la UPAV, modestamente ya inició esa defensa y ejercicio, llevando dos
sesiones, la primera en Xalapa y la segunda en Martínez de la Torre, buscando
los objetivos:
1. Obligar a que el tema de la educación sea
trasversal en la agenda política y el ejercicio de gobierno de Veracruz.
2. Obligar a que el Estado mexicano y
veracruzano hagan una inversión histórica en educación en Veracruz, no siendo
menor al 15% del PIB.
3. Obligar a que los candidatos a diputados
locales y federales, senadores y a la gubernatura de Veracruz planteen su
visión y perspectiva sobre el fracaso histórico en educación superior que vive
Veracruz.
4. Generar desde las instituciones educativas
públicas como privadas, organizaciones educativas de la sociedad civil, académicos,
intelectuales y estudiantes un Proyecto Educativo de Veracruz que obligue a la
clase gobernantes a responder desde la educación a los graves problemas que
vive Veracruz.
No permitamos que éstos espacios de reflexión
terminen como el final del libro de Patrick Suskind El perfume: después de
devorar el origen del mal, el lugar donde estaba la felicidad de los demás, la
gente se retira vacía, ensimismada, sin nada, quizás preguntándose ¿y ahora?;
por eso vale preguntarnos ¿qué vamos hacer un día después?, ¿qué acciones
inteligentes tenemos que tomar?, ¿cómo mantener el diálogo entre el pueblo y
sus gobiernos para que el marco simbólico de nuestra idea de mundo y sociedad
se sostenga?, ¿cómo llegar a un lugar donde podamos recuperar la civilidad perdida,
y hacer que la razón sea el que define el criterio de verdad? Hay que actuar
con la Gran Política Nietzscheana.
Hablar y opinar son aptitudes sanas para la
vida democrática, y fundamentalmente para fortalecer el lazo social y la
civilidad que nos permita ir construyendo instituciones fuertes, y una vida en
sociedad en franco desarrollo y con certeza de futuro, no debiera molestar ni
espantar a la clase política ni a los gobernantes, es más, ninguna sociedad que
se llame moderna puede crecer sin que sus gobernantes tengas una escucha atenta
e incluyente de sus gobernados, y gobiernen obedeciendo, como lo plantea
Enrique Dussel.
Febrero
de 2018