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mayo 30, 2011

No es delfín, es tiburón

Tribuna Libre / Aurora Pineda López / Investigadora y profesora emérita de la UNAM  
De acuerdo con los analistas todas las evidencias apuntan en el sentido de que el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, sigue avanzando con pasos firmes al interior de su partido hacia la candidatura presidencial del PAN para 2012-2018.
Dicen los expertos que así lo dejó entrever durante su discurso en la reciente reunión de los delegados federales de la República con el presidente Felipe Calderón Hinojosa, en donde fue orador estrella; lo mismo con los banqueros celebrada en Acapulco y así se conduce cada vez que INEGI, Banco de México, la Secretaría del Trabajo, la Secretaría de Economía, o la propia secretaría de Hacienda, dan a conocer una cifra positiva sobre la evolución de la economía. Es Ernesto Cordero quien se apropia del protagonismo mediático de las buenas cifras que arrojan las estadísticas económicas en el país. Otra explicación que también tiene que ver con los planes políticos de Ernesto Cordero es el mensaje del presidente Calderón ante los delegados federales de la República: difundan los resultados del gobierno federal.
Ernesto Cordero no es un improvisado, ni tampoco un hueso fácil de roer. Su cercanía con el presidente Felipe Calderón se deja ver y presumir en los eventos públicos por encima de los otros precandidatos del gabinete quienes, por cierto, no tienen la suerte de Cordero de lidiar con temas tan favorables como los que ahora se le presentan en la agenda el secretario de Hacienda. Temas para presumir y  para negociar en su ruta hacia la candidatura presidencial. Cordero tiene un fuerte equipo bien armado en todas las esferas y niveles, por ejemplo: el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, concilia intereses y voluntades todos los días a favor de Ernesto Cordero; Javier es un hábil negociador que opera con bajo perfil y tiene en la bolsa a la mayor parte de líderes sindicales y empresarios; asimismo, la diputada federal Josefina Vázquez Mota, en realidad suma votos todos los días para la causa de Ernesto Cordero; Josefina es una pieza clave que pudiera operar como coordinadora de la campaña de Cordero.
Calificado como elemento valiosísimo es el también diputado federal veracruzano José Francisco Yunes Zorrilla, quien suma también votos para Ernesto Cordero y mantiene vínculos con operadores de distintos partidos políticos para provocar un aluvión de votos el día de la elección presidencial (con los propios familiares Yunes ya tiene un buen número de votos).
Agregaríase a este compacto pero potente equipo a los cerca de 1,500 delegados federales del gobierno federal que tienen en sus alforjas una sola encomienda y un solo nombre: Ernesto Cordero.
Asimismo, los que saben de estos movimientos,  afirman que una de las señales más claras sobre el futuro político de Cordero se da al interior de la propia  secretaría de Hacienda. Llama la atención, por ejemplo, que el nombramiento de José Antonio Meade como secretario de Energía en enero pasado, no haya provocado movimientos en el equipo de la subsecretaría de Hacienda que encabezaba Meade. Es tradicional que al ser designado un funcionario en ese nivel, se lleve consigo un puñado de colaboradores cercanos. Eso no ocurrió en este ascenso del ahora secretario de Energía.
Ante el inicio de una campaña abierta por la candidatura panista, Cordero tendría que renunciar a su actual puesto en un momento delicado porque ya, desde ahora, se prevé una fuerte discusión política por el Presupuesto de Egresos 2012, y que la razón es que el año pasado los legisladores se despacharon con la cuchara grande aprobando para 2011 el presupuesto de gasto más grande de la historia con una Ley de Ingresos bastante inflada. Este año —frente a un proceso electoral fuertemente disputado— Hacienda tendrá que sopesar si está dispuesta a correr los riesgos de elevar el enorme gasto público a partir de inflar aún más los ingresos potenciales. Cuestión que sería bastante criticada por los observadores e inversionistas.
Ante un escenario así, el presidente Calderón requerirá en la silla de Hacienda a un funcionario creíble, a un buen negociador político y con la suficiente experiencia al timón como para conducir sin titubeos las finanzas públicas hasta el final de su mandato, a pesar de las turbulencias políticas internas y de las geopolíticas y financieras que amenazan desde el exterior. Ese funcionario, para Los Pinos, es José Antonio Meade. Es por ello que su ascenso a la titularidad de Energía se considere transitorio y que su equipo en la subsecretaría de Hacienda se haya mantenido intacto. De allí que su influencia en la toma de decisiones hacendarias y presupuestales se mantenga hasta ahora. Y  que su misión —casi única— en Energía se limite a resolver el asunto de los pasivos laborales de Pemex, cuestión que pertenece a la hacienda pública, su verdadero terreno.
En síntesis, el  presidente Calderón, sin aspavientos,  ya tiene candidato presidenciable,  con un equipo lo suficientemente armado para ganar en la elección presidencial de 2012. 
Mientras Calderón teje y teje, de esto sabe mucho, los vecinos peleándose entre ellos: AMLO haciéndole la vida pesada a Marcelo Ebrard; y Manlio Fabio Beltrones convirtiéndose en un verdadero dolor de muelas para Enrique Peña Nieto. Por cierto –comentario obligado-  el necio equipo del senador Beltrones deja correr la especie de que Manlio sería mejor presidente que el gobernador Peña Nieto. Pregunta: Si con un edificio cometieron excesos,  abusos, fallas  y demoras en la construcción y equipamiento, ¿usted cree que puedan con el país? ¿Cómo nos iría con estos muchachos? Que conste que es pregunta. Que Dios los coja confesados.

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