Ángel R. Mtz. Alarcón / 29 de abril
de 2012
Tribuna
Libre.- La conmemoración de la batalla del 5 de mayo de 1862,
donde las armas se cubrieron de gloria, por haber derrotado al ejército invasor
francés; unos de los mejores ejércitos de su tiempo del emperador Luis Carlos
Napoleón Bonaparte III (1808-1873).
Nuestro país llevaba casi 8 años de
conflictos internos, desde la proclamación del Plan de Ayutla, contra la
dictadura del jalapeño Antonio López de Santana, la pugna entre los dos proyectos
conservador y liberal, siendo estos últimos quienes logran imponer su proyecto,
por medio de la promulgación de una Constitución en 1857. Los mexicanos de esos
días se vieron enfrentados por ambos bandos. En la gran mayoría de los
mexicanos se encontraban unidos por la religión, la religión Católica
Apostólica y Romana. Si bien es cierto que la Jerarquía Mexicana, tuvo una
preferencia hacia el proyecto conservador. El 30 de octubre de 1861 Inglaterra,
Francia y España suscriben el Tratado para intervenir militarmente en México y
contra el Gobierno de Juárez, porque éste había decretado la suspensión de la
deuda externa el 17 de julio de 1861.
El 6 de marzo de 1862, llegan al puerto de
Veracruz 300 mil soldados franceses, al mando
Charles Ferdinand Latrille Conde de Lorencez (1814-1892), en menos de dos meses logro avanzar hasta las
cercanías de la ciudad de Puebla, previas batallas de resistencia entres los
estados de Veracruz y Puebla por parte de la guerrillas liberal y ejército de
oriente, con 4000 mil efectivos al mando del General Ignacio Zaragoza 1829-
1862).
Esta batalla del 5 mayo del año 1862, hay que
destacar la importancia que jugaron los indígenas Zacapoxtla, en la defensa del
territorio nacional que era invadido por
las fuerzas militares del imperialismo francés. Si bien es cierto que la parte mexicana tuvo más
baja que el ejército invasor.
Al Presidente Benito Juárez García
(1806-1872) se le dio parte: “Puebla, Mayo 5 de 1862. – Puebla a las cinco y
cuarenta y nueve minutos de la tarde - General Ministro de la Guerra - Las
Armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria; el enemigo ha hecho
esfuerzos supremos por apoderarse del la plaza, que atacó por el oriente de
izquierda y derecha durante tres horas; fue rechazado tres veces en completa
dispersión y en estos momentos está formando su batalla fuerte de cuatro mil y
pico de hombres, frente al cerro de Guadalupe, fuera de tiro. No lo bato como
desearía, porque el Gobierno sabe que para ello no tengo fuerza bastante.
Calculo la pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe en su
ataque, en 600 y 700 entre muertos y heridos; 400 habremos tenido nosotros.
Si
bien es cierto que el 5 de Mayo significo una victoria bélica para el
ejército y pueblo mexicano, la intervención militar de los franceses, no cambio
mucho el curso de nuestra historia nacional. Dos años más tarde arriba el segundo emperador en
la joven nación mexicana Ferdinand Maximilian Joseph von Habsburg (1832 –1867).
El 16 de septiembre de esa año de 1862, el Presidente
Benito Juárez García, decreta que el 5 de mayo como fiesta, ocho días antes
fallecía el General Ignacio Zaragoza, 1828-1862, quien fuera un héroe nacional
de los 34 años de edad. Hace 36 años el Presidente Luis Echeverría Álvarez, lo
decreto como Benemérito de la Patria; finalmente para conmemoración del 150
aniversario de la batalla de Puebla, el Gobierno Federal y del Estado de Puebla
ha venido desarrollando unos importantes números de actividades para honrar a
los mexicanos que defendieron a su patria.
Nueve meses más tarde, también el ejército
nacional triunfa en la Batalla de Camarón, el 30 de abril de 1863, las
guerrillas mexicanas al mando del jalapeño Francisco de Paula Milán, se
cubrieron de gloria en el municipio de Temaxcal-Camarón rechazando a los franceses de la Legión
Extranjera.
Finalmente el 5 de mayo de 1862, es otro mito
de nuestra historiografía nacional, sin dejar de alabar los méritos de los
ejércitos de los indígenas y del
ejército nacional, se ganó una batalla,
pero la guerra se ganó en el Cerro de las Campanas en Querétaro de 1867.
