Córdoba, Ver. (Zona Centro) / 26 de mayo de 2012
Tribuna
Libre.- A través del DIF Municipal, el Centro de Equinoterapia
Córdoba becará a niños con discapacidad, a fin de que reciban el tratamiento
terapéutico y mejoren su calidad de vida.
Este viernes se llevó a cabo una demostración de lo que
significa una curación a caballo, con la presencia de la presidenta del DIF
cordobés, Susana Díaz Bonilla, de Ana Laura Ortega Rosales, coordinadora de
Atención a Personas con Discapacidad, y de Hugo Puig, director del Centro de
Equinoterapia.
En la muestra participaron niños con secuelas de
parálisis cerebral infantil, síndrome Down y autismo, provenientes de
diferentes Centros de Atención Múltiple y Fundaciones.
Uno a uno los menores fueron subidos a los caballos en un
rancho ubicado en la Calzada Morelos. Sobre los corceles, los pequeños
olvidaron sus miedos, se relajaron e incluso un niño con autismo sonrió por
primera vez.
Este tratamiento con caballos será ofrecido con una cuota
de recuperación de 100 pesos, cantidad mínima en comparación a lo que cuesta
una terapia de este tipo que oscila entre 500 y 700 pesos, manifestó Díaz
Bonilla.
“Ha sido un evento emotivo, constatamos físicamente que
los niños recibieron un beneficio al tratar con los caballos del Centro de
Equinoterapia Córdoba”, comentó.
Dijo que de forma muy altruista el señor Hugo Puig ha
puesto a disposición de todos los niños que sean canalizados por medio de DIF
el Centro de Equinoterapia.
La equinoterapia es un tratamiento terapéutico, educativo
y creativo. Contribuye a mejorar significativamente las condiciones del
desarrollo psico-físico-social de las personas con discapacidad y con
necesidades educativas especiales para una mejor calidad de vida.
La equinoterapia está indicada en cualquier disfunción
motora, sea de origen neurológico, traumático o degenerativo como: parálisis
cerebral, esclerosis, síndrome Down, tortícolis, escoliosis, enfermedad de
Parkinson, entre otros.
Asimismo, atiende enfermedades en el área de la
psicología, pedagogía y psiquiatría tales como: autismo, disfunción cerebral
mínima, problemas conductuales, de atención y concentración mental, de
lenguaje; neurosis, psicosis, esquizofrenia, anorexia nerviosa, bulimia,
adicciones.
“Se nota el cambio del rostro de un niño, podemos saber
que está teniendo emociones positivas gracias al contacto con el caballo y con
la terapia”, dijo la presidenta del Sistema DIF Córdoba.