Roma | 01 marzo de 2013
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Tribuna Libre.- EP/EFE Roma. A partir de las
ocho de la tarde hora central europea la renuncia del papa Benedicto XVI se hace
efectiva y el Vaticano tiene vía libre para organizar el Cónclave que elija a
su sucesor.
A pesar de dejar
de ser de facto la cabeza de la Iglesia, no volverá a su nombre de cardenal,
Ratzinger, sino que conservará su nombre papal.
“Ya no soy el Sumo
Pontífice de la Iglesia Católica. Simplemente un peregrino que empiezo su
última etapa de peregrinaje en esta Tierra”, ha dicho Benedicto XVI ante miles de fieles.
Simbólicamente
seguirá vistiendo de blanco y su anillo pontifical, que habitualmente es
destruido a la muerte del Papa, será conservado por él aunque anulado.
Los expertos
describen la nueva situación con dos papas, uno emérito y otro en funciones,
como una incógnita de cara a tomar decisiones importantes en la organización de
una de las religiones más importantes del mundo.
Su salida triunfal
en helicóptero puede no ser el final de su influencia en la curia y en el
Estado vaticano. Desde su retiro espiritual parece que aún tendrá mucho que
decir. (farodevigo.es)