José Miguel Cobián | 24
junio de 2013
Tribuna Libre.- El viernes del supuesto ¨debate¨ tuve que
salir de la ciudad. El domingo se me ocurrió comenzar a leer las respuestas de
los candidatos en el feisbuk. Y luego que se me ocurre leer las preguntas y
comentarios de la ciudadanía.
Allí me di cuenta de la razón por la cual
estamos como estamos. Vamos poniendo en
orden las cosas. En primer lugar no
hubo ciber debate. Lo que hubo fue la
participación de los candidatos a la municipal de Córdoba en un ejercicio de
comunicación, en el cual hubo temas conocidos de antemano, y la posibilidad de
desarrollar respuestas breves sobre preguntas de esos temas. Preguntas previamente censuradas y escogidas
por un grupo de personas, sin interés partidista, pero cuya labor es razonable
en función de la excesiva libertad que otorga la red y el anonimato, y la posibilidad
de presentar información falsa o difamatoria por parte de quien hace la
pregunta.
Partiendo de la base de que no ha habido
debates, sino un ejercicio interesante, que puede ser útil o no al ciudadano
según la perspectiva de cada quien, paso al siguiente punto.
No me queda claro porque Salvador Abella no
contestó las tres primeras preguntas, y puso una respuesta sobre basura
(siguiente respuesta) en una pregunta de vialidad (pregunta anterior). Los comentarios en el feisbuk me tuvieron a
las carcajadas.
Me
llama la atención el hecho de que reamente hubo tres candidatos que siguió la
gente con sus comentarios: Tomás, Salvador y Juan Carlos. También hubo mucha
interferencia de los partidarios, que se nota se organizaron para echarle
porras a su candidato en los comentarios del feis, y al mismo tiempo golpear a
los otros dos candidatos.
Muchos de los participantes critican la
ligereza con la que contestaron los candidatos sus preguntas, pero se olvidan
de que los candidatos tenían dos minutos para contestar. Y en dos minutos no se
puede profundizar en nada.
Algunos ciudadanos piensan que un presidente
municipal es como una sucursal de Dios. Le preguntan cómo va a resolver
cualquier tipo de problemas, lo mismo la basura, la vialidad, la contaminación,
el empleo, la economía, etc. Todo lo cual demuestra que muchos cordobeses no
tienen ni la menor idea de lo que hace un presidente municipal, sus
posibilidades reales de cambiar su ciudad, y de resolver cualquiera de estos
problemas. Nada más faltó que les preguntaran como van a resolver la
devaluación del peso que acaba de pasar.
En las redes sociales hay mucha molestia
porque ¨mi pregunta no pasó¨. Cuando por
obvias razones el formato estuvo acotado, y la selección de preguntas también.
Lo cual implica que no pasarían la gran mayoría de las preguntas.
De lo realizado creo que se sacan enormes
enseñanzas para no tener las mismas fallas otra vez.
La primera, es que se pongan temas y que cada
candidato conteste lo que le pregunten los ciudadanos directamente a él sobre
el tema. Sin censura, salvo borrar comentarios ofensivos. Allí habría diálogo
entre el candidato y los ciudadanos y se podrá medir cuánto interés despierta
el candidato entre los posibles votantes. Aunque también se corre el riesgo de
que preparen previamente preguntas a modo y respuestas ad hoc por parte de los
equipos de los candidatos.
La
segunda es dar un lapso de tiempo más amplio para cada tema. Digamos diez minutos. Y cerrar el tema
exactamente a los diez minutos. Pero
para ello se requiere más tecnología y know how por parte de los organizadores.
Así, el desarrollo del tema y la posible atención a las preguntas sería más
profundo.
La tercera es anotar previamente cuáles son
las responsabilidades de un alcalde y esperar a que los ciudadanos entiendan
eso y enfoquen sus preguntas al marco de acción del alcalde. Caso contrario,
seguramente seguiremos esperando que nos prometan imposibles, a cambio del voto
y de poder decir después, ¨ese desgraciado me engañó, me prometió bajar la luna
y no lo hizo¨
De hecho, los candidatos si no tuvieran tanto
miedo a exponerse, deberían tener un diálogo con los ciudadanos vía feisbuk. Y
allí sí, marcar seis temas y darle tres horas, para que cada tema se desarrolle
en media hora. Y si quieren, filtrar las publicaciones, para evitar las
ofensivas, pero que todo mundo vea cuando llegan y cuando las quitan. O hacer
lo ideal. Dejar un diálogo abierto, sin temas ni nada. Simplemente atendiendo a
quien pregunte, comente, acuse, etc.
Esperemos que el IEV programe un debate para
ver a los gallitos dándose picotazos los unos a los otros y que diviertan al
respetable.