Héctor Yunes Landa | 26
agosto de 2013
Tribuna Libre.- El bienestar de la población, el desarrollo de un
pueblo, un país con mejor calidad de vida y una democracia fortalecida puede
darse en la medida que exista un sistema educativo capaz de preparar a los
ciudadanos con calidad técnica y humana para ejercer plenamente sus derechos y
cumplir a cabalidad sus obligaciones.
Durante muchas décadas hemos escuchado sobre la
importancia de invertir más en educación, de vigorizar la educación pública
para hacerla competitiva, universal, integral y de alta calidad. Hoy, con
satisfacción vemos que el Presidente Peña Nieto está coordinando los esfuerzos
para hacer esto realidad, por encima de intereses partidistas o de grupos.
En días pasados, el Senado de la República aprobó
las modificaciones que la Cámara de Diputados realizó a la Ley General de
Educación, que tienen que ver con las directrices a seguir, por parte del
Estado, para brindar una educación de calidad en el país. En ese tenor, se
avaló la prohibición de cuotas que condicionen los servicios educativos, la
inclusión de escuelas de tiempo completo, con jornadas de entre seis y ocho
horas, autonomía de gestión escolar y la alimentación balanceada de los
alumnos.
Otro elemento a resaltar en la ruta del
mejoramiento educativo, es la creación del Sistema de Información y Gestión
Informativa el cual permitirá conocer, planear y mejorar el Sistema Educativo
Nacional.
Por otra parte, estos últimos días conocimos el
desafortunado proceder de aquellas voces disidentes a los esfuerzos de
modernizar y mejorar la educación en México, voces minoritarias ante la gran
mayoría de mexicanos que deseamos y exigimos calidad en la educación. Sin duda
un tema polémico para algunos, resulta la aprobación, aún pendiente, de la Ley
de Servicio Profesional Docente que permitirá establecer los medios para
reconocer el esfuerzo de los docentes, regular los procedimientos para su
ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia mediante evaluaciones
objetivas y transparentes, que además consideraría el entorno en el que cada
docente se desempeña.
Desde luego, para hacer posible la constante
superación y actualización de los docentes, las autoridades educativas
implementarán a la par programas y cursos de formación continua como repuesta a
las necesidades detectadas en la evaluación aplicada. Para ello, se aprobó la
reforma al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación con carácter
de organismo público autónomo, otorgándole facultades para emitir los
lineamientos a los que deberán sujetarse las autoridades a fin de realizar las
funciones de evaluación y que los resultados obtenidos sirvan para mejorar las
condiciones educativas en todo momento.
Lo cierto es que todos estos esfuerzos y cambios en
materia educativa necesitan ir acompañados con un rediseño y actualización del
financiamiento público a la educación. Por eso, mi compromiso como Senador de
la República es continuar haciendo lo necesario para el desarrollo del país y
elevar la calidad de vida, de ahí la importancia de contar con un sistema
educativo acorde a lo que México requiere.
Tw: @HectorYunes
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