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octubre 31, 2013

Anecdotario...Bicentenario de la declaración de independencia de la américa septentrional: 6 de noviembre de 1813

                                                                     Ángel Rafael Martínez Alarcón | 31 octubre  de 2013

Tribuna Libre.-  La historia política del virreinato de la Nueva España, es muy compleja como interesante, y en particular todo lo relativo de la lucha contra  la autoridad. Es el conquistador Hernán Cortés, quien con la quema de sus naves daba la señal de rompimiento con el Gobernador de Cuba, Diego de Velázquez. Al finalizar el siglo XVI, es Martín Cortés Zúñiga, segundo Marqués del Valle de Oaxaca quien encabeza la primera gran rebelión ante las autoridades del virreinato. Con un grupo de criollos encabeza la rebelión en el año de 1565, rebelión que fue sofocada rápidamente por el segundo virrey don Luis de Velasco, el viejo. El objetivo principal era coronar al II marqués del Valle de Oaxaca, como Rey de la Nueva España. Las sanciones fueron el exilio a Madrid, así como la incautación de sus bienes materiales. La otra gran rebelión de la población se efectúo en el año de 1767, cuando el rey Carlos III, decreta la expulsión de los miembros de la Compañía de Jesús, quienes controlaban en los territorios del Nuevo Mundo la educación de los criollos.

Con motivo de la intervención militar de los ejércitos de Napoleón Bonaparte, en el año de 1808, a la península Ibérica, situación que motivó que los criollos de los virreinatos americanos se organizarán para iniciar los procesos de independencia, en la Nueva España, es el propio virrey  José  de Iturrigaray, inicié con un grupo de criollo la rebelión contra las nuevas autoridades francesas instaladas en la capital del reino, Madrid. El 15 de septiembre de 1808, la conspiración es descubierta y abortada.  Siete años más tarde, por la misma fecha del 15 de septiembre, es descubierta la conspiración que planeaban criollos, tanto civiles como militares, funcionarios reales y comerciantes.

El proyecto más acabado fue el encabezado por José María Morelos y Pavón, sacerdote y alumno del Padre Miguel Hidalgo y Costilla, a su fusilamiento en 1811, Morelos se asumen como el continuar de la lucha de su antiguo mentor. Con la instalación del Congreso de Anáhuac, la insurgencia mexicana tuvo nuevos rumbos más certeros. Esta declaración de independencia, sólo tuvo efecto en el universo de los insurgentes. Tendrán que esperar ocho años para el acta final  de la independencia, firmada en septiembre de 1821, un caso interesante los firmantes eran criollos y que en el año de 1810, eran realistas. A continuación presento tan importante documento para la historia de nuestra nación:

El Congreso de Anáhuac, legítimamente instalado en la ciudad de Chilpancingo, de la América Septentrional, por las provincias de ella, declara solemnemente, a presencia del Señor Dios, árbitro moderador de los imperios y autor de la sociedad, que los da y los quita según los designios inescrutables de su providencia, que por las presentes circunstancias de la Europa ha recobrado el ejercicio de su soberanía, usurpado; que, en tal concepto, queda rota para siempre jamás y disuelta la dependencia del trono español; que es árbitro para establecer las leyes que le convengan para el mejor arreglo y felicidad interior, para hacer la guerra y la paz y establecer alianzas con los monarcas y repúblicas del antiguo continente, no menos que para celebrar concordatos con el sumo pontífice romano para el régimen de la Iglesia católica, apostólica, romana, y mandar embajadores y cónsules; que no profesa ni reconoce otra religión más que la católica, ni permitirá ni tolerará el uso público ni secreto de otra alguna; que protegerá con todo su poder y velará sobre la pureza de la fe y de sus dogmas y conservación de los cuerpos regulares; declara por reo de alta traición a todo el que se oponga directa o indirectamente a su independencia, ya sea protegiendo a los europeos opresores, de obra, palabra o por escrito, ya negándose a contribuir con los gastos, subsidios y pensiones para continuar la guerra hasta que su independencia sea reconocida por las naciones extranjeras; reservándose al Congreso presentar a ellas por medio de una nota ministerial, que circulará por todos los gabinetes, el manifiesto de sus quejas y justicia de esta resolución, reconocida ya por la Europa misma

Dado en el palacio nacional de Chilpancingo, a 6 días del mes de noviembre de 1813 años. Licenciado Andrés Quintana, vicepresidente. Licenciado Ignacio Rayón. Licenciado José Manuel de Herrera. Licenciado Carlos María de Bustamante. Doctor José Sixto Berdusco, José María Liceaga. Licenciado Cornelio Ortiz de Zárate, secretario.
En la Imprenta Nacional del Sur.[1]




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