José
Miguel Cobián | 30
octubre de 2013
Tribuna Libre.- Su
excelencia el Rey Enrique I a través del ministro del tesoro Conde (nado) Don
Luis Videgaray y Caso, se dirige a la plebe, para enterarlos de sus próximas
obligaciones impositivas para el año de nuestro Señor 2014.
Ustedes
como siervos fieles y amorosos entienden perfectamente que los compromisos del
reino y el mantenimiento de la burocracia administrativa nos han obligado a
ejercer mayor vigilancia en el ingreso de los siervos, con el fin de recaudar
más y mayores impuestos el próximo año, con la venia de su Majestad.
Sabed
pues pueblo de México, que a partir del próximo enero, estaremos vigilando y
enterados de cualquier transacción de índole bancaria, tarjeta de crédito
(bancaria o de empresa), tarjeta de débito, transferencia y monedero
electrónico.
Estaremos
enterados perfectamente de los gastos que ustedes realicen, y les cargaremos la
mayor cantidad de impuestos posible, sin matarlos de hambre. Es necesario para el reino que ustedes
subsistan, (pues quien trabajaría entonces), y por ello, Su Majestad y Quien
Esto Suscribe El Conde Don Luis Videgaray, hemos decidido con la Voluntad de
Dios Nuestro Señor, llevar a cabo esta reforma fiscal que ya ha sido aprobada
tanto en la cámara de los comunes como en la cámara de los Lores.
Es
nuestro deber informar a quien a la fecha lo desconozca, que los actuales
cortesanos son denominados políticos, y los puestos de nobleza han sido
sustituidos por nombres más actuales como Gobernador, Presidente Municipal,
Director, Funcionario, etc., y que nuestros recaudadores de rentas, hoy se
denominan auditores fiscales.
En
lugar de tener una casa real a la cual mantener con vuestro trabajo, del cual
alegremente nos entregaís buena parte, hoy denominamos nobleza a la
partidocracia. Por ende, es ilógico pensar
que la propia nobleza mexicana dejará de percibir sus rentas, y de gozar de sus
privilegios conforme a las peticiones que los plebeyos han expresado mediante
distintos medios de comunicación.
Que
quede claro: ¨Jamás vamos a renunciar a las prebendas y beneficios que nos
otorga el ser miembros de la sociedad de sangre azul¨. No vamos –de ninguna manera- a modificar las
leyes para que la plebe se entere del uso que hacemos de los impuestos que nos
otorgan. Por ningún motivo vamos a
enjuiciar a personajes de la nobleza por malversación de fondos, pues es
derecho divino el que quien aplica los dineros del pueblo, se quede con una
buena parte de dichos dineros. Y no estáis de acuerdo, ateneos a las
consecuencias de ser quemado en la hoguera y excomulgado por opinar en
contrario a la opinión real.
Se
me informa que ya no quemamos en la hoguera, y que la inquisición como
instrumento de control gubernamental ya desapareció. Esto no obsta para que
quien esté en contra de nosotros, pueda ser usado como medio de catarsis para
el pueblo, -que de todas formas seguirá manteniendo a la partidocracia-, o en
el mejor de los casos ¨desaparecido¨ por grupos fuera de la ley que dependen de
nosotros (la nobleza) para continuar con su labor en perjuicio de la sociedad.
Su
Majestad y un Servidor, disfrutaremos conjuntamente con el resto de los
funcionarios públicos de los impuestos que ustedes –por la buena o por la mala-
paguen cada año. Dejaremos sin trabajo a más personas, y será su problema
encontrar otra forma de vida. Si con
nuestras reformas, algunos inversionistas dejan de invertir en nuestro (NUESTRO
no de ustedes) país, peor para ellos… Nosotros ofrecemos un mercado de 110
millones de siervos, sometidos a nuestros designios y trabajando para nosotros.
La
cámara de los comunes, promulgará las leyes que a Su Majestad complazcan (y a
nuestros acreedores extranjeros), y la cámara de los Lores protegerá los
intereses de la clase social que se encuentra en la cúspide de la pirámide
social. El resto, cuídese por sí
mismo, cumpla con su pago de impuestos, y dedíquese a servir a Enrique I. ¡¡¡¡¡ VIVA EL REY ¡!!!!! ¡¡¡¡ VIVA NUESTRO REINO!!!!! (que quede claro, NUESTRO México, no su
México, pues ese no existe, es nuestro y no soltaremos la propiedad del mismo).
Escrito
en el año de nuestro señor 2013, con la bendición de la alta curia romana
asentada en el territorio llamado México, con el apoyo de la alta aristocracia
Industrial y Comercial, y sobre el edificio social construido sobre las
espaldas de miles de nobles hoy conocidos como burócratas.
Cumplidas
vuestras órdenes Grandes Señores Extranjeros y Grandes Potencias
Extranjeras. Habrá más dinero para
ustedes, sin que la nobleza burocrática tenga que hacer ningún sacrificio de honestidad
o buen manejo de los recursos públicos.
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