¨ ¿Cómo hacer un México
diferente con mexicanos tan indiferentes?¨ Florestán.
José Miguel Cobián | 27 diciembre de 2013
Tribuna Libre.- Tú
y yo en lugar de quejarnos, debemos preguntarnos: ¿Qué hacemos? Ser ciudadano
no implica nada más ir a votar, es más importante participar en actividades
cívicas, involucrarse y no consentir ni la corrupción ni los abusos de
autoridad.
Por
primera vez en más de quince años, el gobierno de México tendrá un déficit
elevado. Ese déficit puede ser usado para mejorar la infraestructura y la
inversión con beneficios a mediano y largo plazo para los mexicanos, pero
también puede ser usado para populismo político o gasto corriente. ¿Tú qué
haces para vigilar que se use correctamente y no se desvíe con el consecuente
incremento de precios y desestabilización de la economía?
Recuerda
que el corrupto lleva pan sucio a la mesa de sus hijos y familiares. El bien es
bien aunque nadie lo haga, y el mal es mal aunque todos lo practiquen. ¿Actúas en favor del bien o del mal? ¿O con
tu indiferencia permites que el mal avance y permee en toda nuestra estructura social?
Sabemos que la corrupción y la impunidad son los grandes males de México.
Sabemos también que los ciudadanos unidos somos más poderosos que cualquier
gobierno. Sabemos que hoy gozamos de más libertades que nunca. Sabemos que
quejarnos con el vecino, el amigo, el familiar, o en las redes sociales no
sirve para nada. Sabemos que tenemos que unirnos y luchar por que el bien reine
en México, y sin embargo, ponemos mil pretextos para no hacer nada. Para que la indiferencia triunfe.
Somos
el segundo lugar a nivel mundial en desigualdad social. Mientras los de arriba
tienen demasiado, a los de abajo les falta todo. Y a pesar de ello, nos desentendemos de la
hipoteca social, que cada uno de nosotros tiene. Esa deuda que tiene como pago el que tú que
hoy lees esto, te preocupes por que aquéllos que menos tienen, puedan tener
más, un mejor nivel de vida, y una mejor esperanza para su futuro. Si crees que haces el bien, actuando bien en
tu trabajo, estás equivocado, eso es sólo parte del compromiso que tienes con
tu país. Tú que entiendes los problemas a que se enfrenta nuestro país, tienes
una hipoteca que pagar, una deuda social, con todos aquéllos menos afortunados
que tú, y tienes la obligación de hacer algo por ellos. Mientras no lo hagas,
serás parte de ese México que es parte del problema y no de la solución.
La
felicidad consiste en trascender, en crear valor y valores. El egoísta no ama,
el egoísta sólo se ama a sí mismo, y tiene como destino la depresión y la
soledad. Tu religión (cualquiera que ésta
sea) te obliga a amar a los demás, a cuidar de ellos, a velar por ellos. Tú que
eres privilegiado si quieres seguir conservando tus privilegios, tienes que
buscar que los demás estén bien, y también se conviertan en privilegiados.
La
indiferencia y la apatía nos llevan a que unos cuantos tomen decisiones que
convienen a ellos y a sus amos. México no es de unos cuantos, no es de los
líderes sociales, políticos, económicos, religiosos, etc., ni del presidente de
la república, ni de los militares, ni de los políticos, ni de los burócratas,
ni de los gobernadores, ni de ningún grupo de poder en particular, México es de
todos, y por ello es responsabilidad de todos, tuya y mía.
Continuamente
leo quejas de amigos, conocidos, periodistas, etc., respecto del rumbo que
lleva México, pero no veo que esos que se quejen hagan algo (que valga la pena
hacer y que dé resultados), para cambiar el rumbo, o cuando menos analizar y
entender el rumbo que se lleva y a dónde se desea llegar. El qué hacer y el
cómo hacerlo, para lograr un desarrollo sostenido para bien de todos, y no
conservar la dictadura perfecta, la tiranía que se aprovecha de la ignorancia,
del hambre, de la necesidad, pero sobre todo de la indiferencia y apatía de los
propios mexicanos.
Tienes
una sola vida. Puedes hacer de ella una obra maestra, o también una obra
mediocre y oscura. Para que valga la
pena tu vida, para que valga la pena haber vivido tu vida, tienes que hacer que
tu vida sirva, no sólo para ti, sino para los demás.