Cuna de jaraneros, decimeros
y bailadores
* Se
realizarán más de 130 actividades del 30 de enero al 9 de febrero.
* A su
vez, el XXXV Encuentro de Jaraneros y Decimistas.
Tlacotalpan, Ver. | 29 enero de 2014
Tribuna
Libre.- Con una
tradición de más de 200 años, la ciudad de Tlacotalpan se viste de fiesta para
celebrar a la Virgen de La Candelaria y enmarcar el encuentro de la música
tradicional de la cuenca del Papaloapan, el son jarocho, durante el Trigésimo
Quinto Encuentro de Jaraneros y Decimistas.
Este año, durante la celebración se realizarán más de 130
actividades e iniciará desde el 30 de enero y concluirá el 9 de febrero; sin
duda, los días más importantes son el 31, el 1 y 2, cuando la tradición se hace
presente con las mañanitas a la Virgen de la Candelaria, el encuentro de
jaraneros y los fandangos que se realizan a lo largo y ancho de la ciudad.
Es tradicional que desde la tarde del 30 de enero los hoteles
del lugar comienzan a llenarse de visitantes, lo que obliga a los tlacotalpeños
a acondicionar sus casas como posadas para las miles de personas que acuden a
presenciar estas importantes fiestas que se realizan en los márgenes del río
Papaloapan.
El 31 de enero se realiza una importante cabalgata en donde
cientos de jinetes, provenientes de municipios aledaños a Tlacotalpan, desfilan
por las calles principales del lugar, aquí los visitantes pueden observar a los
hombres vestidos con guayabera blanca, paliacate rojo al cuello, botas de tacón
tipo sevillano y el tradicional sombrero de cuatro pedradas, el cual sirve para
atajarse un poco los rayos del sol
En esta cabalgata, las mujeres pueden verse con el
tradicional vestido blanco jarocho de tres holanes, de organdí y encaje,
acompañado de un delantal de terciopelo negro que incluye flores bordadas; el
cabello es adornado por grandes moños o flores naturales, sin poder faltar las
lujosas joyas al cuello y las muñecas.
La tradicional cabalgata se remonta el arribo de los antiguos
peregrinos que llegaban de lo profundo del Sotavento para presentar su respeto
a la Virgen de la Candelaria, con la intensión que interceda por ellos y así
obtengan un buen año en el campo y sus respectivas labores.
Tlacotalpan es considerada la Perla del Papaloapan, debido a
que por muchos siglos fue el principal acceso para comercializar con la Nueva
España, por esta importancia recibió este distintivo.
Esta es una ciudad veracruzana que floreció, creció y se
desarrolló con una identidad propia, la cual se puede constatar en sus bien
trazadas calles y callejones, su valiosa arquitectura tradicional, sus
columnas, arcos, corredores y techos de tejas de dos aguas característicos de
la ciudad, los colores llamativos y exagerados que tienen las fachadas de las
viviendas, en este lugar pareciera haberse congelado el tiempo.
Los patios de las casas están llenos de olorosas plantas
tropicales y de flores multicolores, características de la región, además, las
ventanas y balcones tienen finos diseños de herrería, lo que enriquecen la
imagen típica de la ciudad. Además de contar con muebles de cedro y caoba, sin
faltar las mecedoras en donde los lugareños toman el aire fresco por las
tardes.
Por todo esto, fue en el año de 1986 que la ciudad fue declarada
Zona Federal de Monumentos Históricos, y en 1998 se obtuvo la declaratoria como
Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Esa imagen de ciudad cultural, de atesorar y preservar un
patrimonio exclusivo, es refrendado cada año con la celebración de La
Candelaria, con el encuentro de jaraneros, los bailadores de son jarocho, las
mojigangas, además de la incursión del videomapping y espectáculos de artistas
nacionales, todo con el objetivo de dar a conocer las tradiciones que en la
Perla del Papaloapan se acostumbran.