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enero 31, 2014

Si en el PAN Cordero y Josefina no pueden, y Madero no debe, la opción parece ser Oliva

Federico Arreola | 31 enero de 2014
Tribuna Libre.-  Ernesto Cordero es un político que no ha ganado nada. Es decir, por las buenas, en la dura competencia electoral. Lo que tiene se lo han regalado. Su benefactor, el que le ha dado todo, es Felipe Calderón, lo que obviamente desprestigia bastante a don Ernesto.

Cordero fracasó cuando, con todo el apoyo de Los Pinos, buscó la candidatura del PAN a la Presidencia de la República. Josefina Vázquez Mota, con menos recursos, lo aplastó.

Después de esa derrota su amigo y jefe político, Felipe Calderón, convirtió a Cordero en senador. El señor Cordero, en el Senado, ha hecho muy mal las cosas, no solo por su falta de capacidad para la negociación política, sino por sospechas de mal manejo de dinero.

Cordero, que sigue la línea de Calderón, se ha enfrentado abiertamente al presidente nacional del PAN, Gustavo Madero. En este pleito, alguien grabó una conversación telefónica en la que Cordero maniobraba para hundir a Madero. Fue una espectáculo mucho muy lamentable.

Es un enfrentamiento que ha dejado mal parados tanto a Cordero como a Madero y que, sin duda, ha perjudicado excesivamente al PAN.

Para complicar las cosas en el panismo, se ha anunciado que Felipe Calderón ha decidido volver a México. A grillar, que es lo suyo. Ya ha anunciado que trabajará en su Fundación Desarrollo Humano Sustentable.

El desarrollo humano, sustentable o no, es lo que menos le importa a Calderón, un hombre que durante su vida lo único que ha hecho es politiquería de la más vulgar.

Hoy anuncia el diario Reforma que Calderón “sostuvo encuentros con altos directivos de grupos empresariales regiomontanos, para tratar de convencerlos de que apoyen -en cash, por supuesto- su proyecto”.

Ese pase de charola, de muy mal gusto sin duda, lo que pretende no es fortalecer financieramente algunos proyectos de desarrollo humano, sino conseguir recursos para sus grillas, empezando por aquellas que le sirvan a Cordero en su lucha con Madero.

No se ve cómo podría Ernesto Cordero vencer a Gustavo Madero. El actual dirigente del PAN ha hecho su trabajo y cuenta con apoyos de sobra, en las estructuras panistas y en el gobierno federal, para acabar con las ambiciones de los calderonistas.

El problema es que Madero ha perdido tanto prestigio que no es la figura capaz de sacar al PAN de sus crisis actuales.

Si Madero y Cordero estorban, tampoco la ex candidata presidencial Josefina Vázquez Mota se ve como una opción para que el PAN recupere la fuerza y la autoridad moral que algún día tuvo. Josefina no solo perdió en las elecciones de 2012, sino que ¡se fue al tercer lugar!, muy lejos de Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto.

Un candidato derrotado, si cae dando la pelea, como AMLO, mantiene su liderazgo muchos años después de las elecciones. No es el caso de Josefina. En 2012 demostró que ella no está hecha para las grandes batallas.

Si Josefina y Cordero no pueden –la primera por su fracaso electoral y el segundo por su fracaso electoral y por sus escándalos–, ¿hay alguien capaz de dirigir al PAN en vista de que, claramente, el señor Madero ya muy poco aporta a su partido?

Hay, por fortuna para los militantes azules, otro aspirante a la dirigencia panista. Es el ex gobernador de Guanajuato Juan Manuel Oliva. Se trata de un operador electoral muy hábil (fue fundamental para que Vicente Fox en su momento llegara a la Presidencia) y ha sabido ganar elecciones internas y constitucionales.

Es menos conocido que los otros, pero eso le ayuda para hacerse de una imagen positiva. Ha empezado por rechazar los escándalos y la confrontación. Dijo en Milenio que no le interesa una candidatura “anti Madero”, pero tampoco va a chocar con Cordero y Josefina, con quienes no deja de dialogar: “Yo les he planteado que no comparto el tema de un proyecto anti. Que yo comparto un proyecto propositivo, pero las pláticas se mantienen, con Ernesto Cordero, con su equipo, con Josefina y mantenemos el diálogo. El objetivo es sacar lo mejor del PAN”.

Que las posibilidades de Oliva son reales lo prueba lo que pasa en las redes sociales de internet cada vez que alguien menciona su nombre: con ofensas y mentiras se le acusa rápidamente de pertenecer al Yunque, es decir, a la ultraderecha clandestina.

El mito del Yunque es tal vez el obstáculo mayor que enfrentará Oliva en su carrera por la dirigencia panista. Si lo supera, es decir, sin con toda claridad explica su trayectoria política y su verdadera ideología, convertirá al mito en un mitote que hasta podría servirle de plataforma para consolidar su popularidad.


Habrá tiempo de analizar al verdadero Juan Manuel Oliva, el único panista que parece capaz de regresar al PAN a sus orígenes, aquellos tiempos en que era un partido absolutamente democrático encabezado por personas de intachable moral.  (@FedericoArreola )

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