Juan Bueno Torio | 28 agosto de 2014
Tribuna Libre.- El anuncio
reciente hecho por el gobierno de Estados Unidos de aplicar un arancel a las
exportaciones de azúcar hacia ese país, es un tema bastante complejo que
requiere analizarse desde diferentes perspectivas.
Para Veracruz, entidad que represento como diputado
federal, es innegable que los posibles efectos negativos que pueda traer esta
medida unilateral por parte del gobierno norteamericano son de gran
trascendencia ya que la
agroindustria azucarera veracruzana se compone de 22 ingenios que representan
al 36 por ciento de la planta azucarera nacional, los cuales se abastecen de
una superficie industrializable de 233 mil 11 hectáreas de caña de azúcar y
dan ocupación directa e indirecta a 145 mil personas en campo y 22 mil en
fábrica, lo que hace un total de 167 mil empleos; en Veracruz, una población
de un millón de personas depende de esta actividad económica.
Sin embargo es preciso dimensionar el
anuncio hecho por las autoridades norteamericanas bajo las siguientes
consideraciones, no sin dejar de señalar como bien lo expresó el Presidente
Nacional del PAN, Gustavo Madero “que esta medida proteccionista afectará a
mediano y largo plazo ambas economías y es contraproducente porque afecta la
relación y confianza del Tratado de Libre Comercio para América del Norte
(TLCAN) e involucionan para poder avanzar en la construcción de más puentes
comerciales entre ambas naciones”.
Aunque se habla en la determinación de
EEUU de imponer cuotas compensatorias al azúcar mexicana de importación entre
2.99 por ciento y 17.01 por ciento, se menciona que sería hasta enero del 2015
cuando el Departamento de Comercio de ese país la ratificaría, por lo que desde
mi punto de vista ese primer anuncio de 2.99 por ciento de arancel no tendrá un
efecto inmediato demasiado nocivo sobre el precio del azúcar al consumidor
mexicano, dando tiempo y oportunidad también a que el “caso” sea defendido por
el panel conformado por el Gobierno
Federal, que a través de la Secretaría de Economía ( con su Unidad de Prácticas
Comerciales Internacional) y la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y
Alcoholera, establecerán los argumentos de defensa, entre ellos que no sólo
México apoya sobre todo la comercialización del azúcar, sino que todos los
países productores del edulcorante lo hacen, una de las razones aducidas por
EEUU para justificar el impuesto referido.
Cabe señalar también que en los
últimos tres años, nuestro país no ha importado azúcar, pero sí fructuosa, y
que solamente en el 2013 las exportaciones mexicanas de azúcar a los EEUU fue
de un millón 700 mil toneladas y en este años vamos ya por arriba del millón de
toneladas exportadas, lo que nos da un panorama sobre la movilidad que ha
tenido este producto mexicano.
Creo importante destacar -porque veo
con optimismo que el asunto será bien defendido y ganado por nuestro país- que
también se presenta un área de oportunidad para la industria azucarera nacional
y en específico la veracruzana, es decir, retos que debemos afrontar juntos en
esta materia
Desde mi punto de vista es el momento
idóneo para que las políticas públicas tanto del Gobierno Federal como del
Estatal de apoyo al campo mexicano –y en específico a quienes están
relacionados directa o indirectamente con el campo cañero- se enfoquen a tener
una industria más competitiva para obtener, entre otros resultados, el logro de
nuevas semillas y variedades de caña de azúcar que ofrezcan mayor rendimiento,
la construcción de más distritos de riego, el financiamiento directo al cultivo
para que la caña de azúcar tenga más sacarosa y en general el apoyo al
desarrollo tecnológico para que la industria azucarera sea verdaderamente
rentable y que quienes viven de ella directa o indirectamente se ven
beneficiados en su actividad.
Finalmente como diputado federal
veracruzano y originario de Córdoba - municipio enclavado en una zona cuya economía
gira en gran medida de la siembra, cultivo y comercialización de la caña de
azúcar- enfatizo que este tema es de suma importancia y porque conozco sus
diversos ángulos e implicaciones estaré atento como legislador para poder
defender los intereses de los cañeros mexicanos y veracruzanos, no sólo ante
esta controversia planteada por el gobierno de EEUU, sino en general para
lograr el desarrollo y la mejor calidad de vida de las familias que dependen de
esta noble actividad.