Héctor Yunes Landa | 13 octubre de 2014
Tribuna Libre.- La sociedad
mexicana no soporta un solo acto más de intolerancia que ponga en riesgo la
vida de nuestras familias. Los tiempos del “México Bárbaro” del que habló John
Kenneth Turner, deben quedar atrás. No estamos dispuestos a soportar el uso de
la violencia desmedida, ni las desapariciones forzadas.
Los inhumanos acontecimientos ocurridos los días 26
y 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, en contra de estudiantes de la Escuela
Normal Rural de Ayotzinapa, deben investigarse y castigarse. México lo clama y
por la salud de nuestra institucionalidad y los pilares democráticos de nuestro
país, debe hacerse con prontitud.
La promoción y protección de los derechos humanos
son una obligación primordial para mantener nuestro orden constitucional, de
ahí que vemos con beneplácito que el presidente de la República, Enrique Peña
Nieto, haya ordenado al gabinete de seguridad acelerar los trabajos para dar
con los responsables de este inhumano episodio y se les aplique todo el peso de
la ley, instruyendo una coordinación y colaboración con los otros niveles de
gobierno, respetando en todo momento los derechos humanos, en la aplicación de
la justicia y en la generación de condiciones de seguridad.
Este hecho atroz, sin duda, empaña los esfuerzos de
todos los mexicanos por hacer de nuestro México, un país con mayor desarrollo.
Por ello, coincido en que no es permisible un solo acto de impunidad en este
proceso y que los deplorables hechos en contra de los normalistas de Ayotzinapa
requieren esclarecerse con prontitud, eficiencia, objetividad y transparencia,
a fin de identificar y castigar a quienes resulten responsables.
Hoy, como nunca, se requiere coordinación,
colaboración y transparencia en la prevención y combate a la inseguridad.
Cabe destacar, que el actual gobierno federal ha
demostrado voluntad para el diálogo, tolerancia, respeto pleno a los derechos
humanos y el compromiso por hacer valer la ley, ejerciendo su facultad de
atraer el caso, sin interferir con las obligaciones del gobierno del estado de
Guerrero.
Desde este espacio me uno a las millones de voces
que expresan su indignación, consternación y pena por el acto de barbarie
contra estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. México está de
luto.