* Pavimentación con sobreprecio * De 36 a 44 millones
* Naufragio a la vista * Erick Lagos, el candidato millonario * Si
no puedes con tus enemigos, cómpralos * La promesa de Chagra *
Guillermina para CMAS * Priísta con predio en zona invadida *
Estallan los mercados * Pancho Colorado regresará por el terreno que
detenta Versteeg * Caballero y el plagio del proyecto de seguridad
Mussio Cárdenas Arellano | 14 octubre de 2014
Tribuna Libre.- Joaquín Caballero Rosiñol es un alcalde osado.
Tiene un padrino y una madrina. De su padrino, Marcelo Montiel, reniega; a su
madrina, Karime Macías Tubilla, la usa. Y del gobernador Javier Duarte se
burla.
Producto del marcelismo, ahí nació, se formó, creció
y destacó hasta alcanzar la presidencia municipal de Coatzacoalcos, que ejerce
a medias, vulnerada su autoridad por el hoy delegado de la Secretaría de
Desarrollo Social federal en Veracruz que le marca la ruta, lo instruye, lo
somete, lo cerca, le impone funcionarios y lo obliga a admitir que no gobierna
el municipio sino que ambos cogobiernan. Y de ahí parte el resentimiento.
Karime Macías, la esposa del gobernador, es caso
aparte. De su mano —literalmente de su mano— logró ser candidato a diputado federal
y luego a la alcaldía. Ella lo buscaba, perdido Caballero entre la masa de
priístas, con perfil bajo, paniaguado, grisáceo como es y tácitamente lo
llevaba consigo hasta sentarlo a su lado en el presídium del evento que fuera.
Temía el mediocre Caballero a la furia del entonces
alcalde, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, que regateaba
primero la candidatura a la diputación federal y luego la presidencia municipal
para su esposa, Guadalupe Félix Porras, alias Lu-pilla. Y así, optó por
refugiarse en las enaguas de Karime Macías.
Hoy la cultiva, la procura, la agasaja como a una
reina madre, se le rinde a sus pies, sabida la influencia de la gobernadora en
el círculo de poder. Pero el fondo sólo la usa.
Nueve meses se han ido en un destello. Caballero
patina. Se estanca en el lodo. No avanza. Vive su alcaldía de la promesa de
campaña, del anuncio espectacular, del eslogan sin sustento, del sarcasmo
popular —Por un peor Coatzacoalcos— y de la inercia theurelista que no se
traduce en desarrollo.
Ayuntamiento remendón, su obra cumbre es el
programa emergente de bacheo, una vergüenza. Saturado, el tiradero de Las
Matas, en los bordes con Minatitlán, ya no aguanta un kilo más de basura. Y en
nueve meses, Joaquín Caballero no ha logrado hallar un sitio nuevo para
confinar residuos, ni la aprobación del Congreso para el relleno sanitario.
Sucumbe ante el comercio informal. Hay caos en los
mercados. Desoye el llamado de quienes exigen seguridad. Lo apabulla la
violencia, el sello de los sicarios, el secuestro, el levantón. Su figura de
alcalde no existe. Policías y militares se le cuadran pero en los hechos no lo
pelan.
Sigue su curso el daño ambiental. La industria es
impune, bajo la sospecha de que sus emanaciones con causa de cáncer y de otras
enfermedades.
Simula que enfrenta a invasores de predios. Simula
porque su única acción decente fue impedir y echar a paracaidistas que
intentaban apoderarse de un terreno propiedad de un miembro del jet-set,
Cornelius Versteeg Zebadúa, miembro del clan social en el que se mueve el
alcalde Caballero.
Coatzacoalcos no tiene guía. Su piloto deja hacer y
permite atropellar. Sufre el efecto de los pactos políticos inconfesables.
Marcelismo y gonzalismo en una línea. El pupilo de Marcelo Montiel tolera el
saqueo de arena, la destrucción de dunas, otro delito ambiental. Sus ejecutores
son José Gertrudis y Gilberto Guízar Valladares, hermanos del líder estatal del
Partido Encuentro Social y ex diputado local y federal, Gonzalo Guízar
Valladares. Son, pues, agua y aceite, el marcelismo y el gonzalismo, que ahora
se encubren.
Nada lo salva. Ni Marcelo ni Karime son ya
salvavidas para un alcalde cuyo destino es el naufragio.
De Marcelo reniega, a Karime la usa y del
gobernador se burla.
Dejó llegar a Javier Duarte, el 6 de octubre, y lo
hizo cómplice de un fraude: la repavimentación de la carretera Transístmica, en
el tramo Puente Joroba-Puente Calzadas.
Primero dijo destinar a ese proyecto 36 millones de
pesos, cuyo origen es el Fondo Metropolitano, herencia del gobierno
theurelista, concebido en el trienio anterior pero sin ejecutar por las
incapacidades del ex alcalde Marcos Theurel.
Establecía la licitación que el “colado, vibrado y
regleado” debía realizarse con “pavimentadora y cimbra deslizante con motor de
215 HP (caballos de fuerza) de 2,220 RPM (revoluciones por minuto), con sistema
de autopropulsión por medio de tracks para garantizar el nivel del proyecto y
perfil de la superficie de rodamiento”.
Eso decía la licitación. Pero en los hechos no
ocurrió así. Lo documentó el diario Presencia, de Las Choapas. Una noche captó
imágenes de los obreros “colocando el concreto sin el triple rodillo o
pavimentadora. Usaron regla vibratoria, que según el secretario de Obras
Públicas Municipales, Fernando Ramos Torres, no está permitida para estos
trabajos”.
Realizaban la treta por las noches, con un flujo
mínimo de autos, pero sobre todo lejos de las miradas de quienes conocen del
tema.
Tres compañías realizaron la obra: Construcciones
del Golfo, Contractor y Grupo OPC (Obras Porturarias de Coatzacoalcos), esta
última integrante del pull de empresas que construyen el túnel sumergido de
Coatzacoalcos y que mantienen conflicto con el gobierno de Veracruz por los
recursos millonarios, pues se resisten a concluir la obra si nos les aflojan el
billete.
Técnicamente, la repavimentación consiste en
sustituir 50 mil 354 metros cuadrados de asfalto por concreto hidráulico con un
espesor de 20 centímetros, en un tramo de 4.8 kilómetros lineales. En teoría
así es, pero el periódico Presencia logró acreditar que en algunos tramos no se
cumplió con el espesor señalado.
De hecho, el asunto apesta. Y mucho. Originalmente,
el ayuntamiento joaquinista informaba que la obra tendría un costo de 36
millones de pesos. Sin embargo, el comunicado 543 que difunde la página oficial
municipal, de fecha 6 de octubre, advierte que tuvo un “costo estimado de
inversión de 44 millones de pesos, procedentes del Fondo Metropolitano
(FOMENTROC)”.
¿Ocho millones más de lo presupuestado?
Duarte llegó a Coatzacoalcos a ciegas. Así le
ocurre siempre. Dio el banderazo. Vertió elogios para Caballero. Anunció más
obras. Prometió que regresaría en seis meses a inaugurar la carretera de seis
carriles entre Coatzacoalcos y la congregación Las Barrillas. Y esbozó su mejor
sonrisa.
Consumada la burla, Joaquín Caballero implicó al
gobernador de Veracruz en un fraude. Técnicamente no se cumplieron los términos
de la licitación. Se alertó a tiempo, durante la construcción, y pese a saberse
la violación a las bases de la obra, siguió adelante con la complicidad de la
pandilla joaquinista.
Lo único que le faltaba al alcalde era entrampar al
gobernador.
Finalmente lo logró.
Archivo muerto
Candidato millonario, aspirante impuesto, Erick
Lagos Hernández puede no tener afectos pero sí recursos para planchar a sus
adversarios. Va por la diputación federal de Acayucan, tierra de caciques, de
ganaderos y de vivales. Con sus ahorros, compró a las hermanitas Vázquez,
Fabiola ahora subsecretaria de Agricultura cuando la nena sólo conoce la tierra
de los campos de golf; compró a Abel y José Jesús Vázquez, los hermanos del
extinto Cirilo, sangre violenta, con una alcaldía, la de San Juan Evangelista,
y una diputación local, la de Acayucan; compró a Clemente Nagasaki Condado
Escamilla, subprocurador de chueco, agente del MP de mala nota, pseudo
izquierdoso de la corriente roja fiel, con un cúmulo de acusaciones públicas;
compró a Xóchitl Tress Rodríguez, la viuda alegre de las fotos ardientes, los
pechos al aire, hoy directora de Espacios Educativos, la nueva favorita del
gobernador Javier Duarte. Por méritos propios no tendría nada Erick Lagos.
Tiene que recurrir a comprar a sus adversarios para no sufrir un descalabro en
la próxima elección... Fan del chagrismo, espera Guillermina González
Nolasco que la promesa de ser directora de la Comisión Municipal de Agua y
Saneamiento de Coatzacoalcos pronto se cumpla. Cree la seguidora de Roberto
Chagra Nacif en la palabra del ex titular de la CMAS, que un día sin más le
dijo que de llevarla al Olimpo se encargaba él. Pasó por la jefatura de
Recursos Humanos de CMAS, donde controló la nómina, los “aviadores”, y ahora
doña Guille se entretiene en otro cargo fidelista, el Instituto de Capacitación
para el Trabajo de Veracruz (ICATVER) zona Coatza, asidua a eventos oficiales,
a salir en la foto, a provocar comentarios y morbo, porque en política estar
vigente es crucial. Le toca a Beto Chagra cumplirle a Guillermina lo
prometido... ¿Quién es ese connotado político de Coatzacoalcos que posee
un terreno de amplias dimensiones en Punta Diamante y que hasta ahora no ha
dicho “esta boca es mía” ante las constantes invasiones y las demandas y
contrademandas? Una pista: es priísta, ha ocupado cargos municipales y tiene un
promisorio futuro cuando ya muchos lo daban por muerto... Estalla la
inconformidad, la crisis, el repudio a la inacción en los mercados de
Coatzacoalcos. Salen a las calles los del Morelos. Exigen servicios, atención,
infraestructura, mantenimiento. Reclaman la falta de apoyo del ayuntamiento, la
indiferencia, el abandono en que se halla el centro de abasto. Lo mismo ocurre
en el mercado Coatzacoalcos, anegado todo el tiempo su estacionamiento, casi
alcanzada la subestación eléctrica por el agua anegada, a unos metros de la
guardería y los locales comerciales, con el riesgo de una explosión e incendio
como ya antes ocurrió. Pronto saldrán los locatarios a protestar, como hoy lo
hacen los del Morelos. Y a todo esto, nada dice ni hace el alcalde Joaquín
Caballero Rosiñol, lo más cercano a un cero a la izquierda. Alcalde fallido...
¿Sabrá Cornelius Versteeg qué le vendió el gobierno de Veracruz? ¿Sabrá que el
terreno frente al Parque Jurásico es aún propiedad del empresario y comprador
de caballos para Los Zetas, Francisco Antonio Colorado Cessa, el legítimo
dueño? Documentación próxima a conocerse establece que el predio de 6 hectáreas
no ha dejado de pertenecer a ADT Petroservicios, empresa de Pancho Colorado, sentenciado
a 20 años de prisión en Estados Unidos por lavar dinero del narco. Dice el
dueño de ADT que va a apelar, que va a ganar y que cuando salga vendrá por lo
que es suyo, por su dinero, por sus tierras, por sus empresas, por sus
contratos. Uno de esos activos es el predio en que el director de Obras
Portuarias de Coatzacoalcos, Cornelius Versteeg, pretende construir una
universidad. Vaya lío en que lo metieron, y contra el narcoamigo de Fidel...
Que ahora Francisco Valencia García es también financiador de periodistas
balines. Invierte mal el director de la Comisión de Agua del Estado de Veracruz
en un sector de la prensa, la izquierda roja de las letras de molde, que ni
persuaden ni convencen. En lo que van a parar los recursos de la CAEV. A eso se
le llama peculado... ¿Quién es ese alcalde sureño, alias “Nodoyuna”, que en
breve será acusado de plagio, pues usó un proyecto de seguridad que le fue
puesto en sus manos, lo desechó para no pagar los derechos de propiedad
industrial y ahora lo aplica con sumo descaro? Dos pistas: es el mismo del
fraude cometido por la empresa Perconsa, y las siglas de su nombre son: J de
Joaquín y C de Caballero... Por cierto, ¿de dónde habrá sacado el alcalde
Caballero Rosiñol que 20 cámaras de vigilancia sirven de algo para garantizar
la seguridad de Coatzacoalcos? Lo mínimo son entre 75 y 90 aparatos; lo ideal
150...
twitter: @mussiocardenas