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noviembre 19, 2014

Las elecciones se definen en las urnas, sin presiones ni violencia: luna ramos

*Al calificar los comicios de 2015 no defraudaremos a la ciudadanía, afirmó el Magistrado Presidente del TEPJF.  
*Presenta, ante los Plenos de la SCJN, CJF y del TEPJF su IV Informe Anual de Labores.  
*Anuncia el lanzamiento del primer canal electoral de televisión por Internet.


México, D.F. | 19 noviembre de 2014
Tribuna Libre.- La justicia electoral se ha consolidado como la mejor vía para defender los derechos político-electorales de  la ciudadanía y conservar la paz social, ya que gracias a ella las elecciones se definen en las urnas, sin presiones, ni violencia afirmó José Alejandro Luna Ramos, magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). 

Al rendir su IV Informe Anual de Labores ante los Plenos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) así como del Tribunal Electoral, refrendó el compromiso del organismo por tutelar la voluntad popular que se exprese en las urnas, en los comicios que tendrán lugar en 2015.

“Somos servidores públicos, nos debemos a las y los mexicanos, a quienes no defraudaremos en el proceso electoral federal que ha dado inicio, ya que son la razón de ser de nuestras acciones, pues no hay democracia sin ciudadanía”, dijo.

Refrendó que el máximo Tribunal electoral del país está listo para enfrentar un proceso comicial sin precedentes, ya que jamás habían concurrido 17 elecciones locales con una federal. Agregó que las nuevas atribuciones constitucionales de las que fue dotado el organismo favorecerán la igualdad en las contiendas.

“La sociedad debe estar tranquila: la ciudadanía tomará la decisión en las urnas, nosotros la protegeremos. Informaremos, con transparencia, como siempre, en cada una de las etapas del proceso. Generaremos la confianza y la certeza que requiere toda elección democrática”, sostuvo el Magistrado.      

Nuestra justicia es de carácter ciudadano
En el mensaje, presentado a nombre de las Magistradas y los Magistrados que integran la Sala Superior y las Salas Regionales, destacó que el Tribunal Electoral imparte una justicia moderna y eficiente, que resuelve, bajo el principio de máxima publicidad los asuntos, en un promedio de tan sólo 11 días.

Esto ha motivado que, en los últimos tres años, los ciudadanos recurran en mayor número al organismo jurisdiccional para solicitar el amparo de sus derechos, pues son ellos quienes promueven 87% de los medios de impugnación resueltos, en ese lapso, por el TEPJF.

“En los últimos tres años hemos resuelto más de 60 mil asuntos, donde los derechos político-electorales se consolidaron como la única prioridad. Nuestro régimen de libertades es una realidad, no hay marcha atrás”, dijo.

El TEPJF protege la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas
En su mensaje, el Magistrado Presidente aseguró que a través de sus sentencias, el TEPJF ha protegido la autonomía y la libre determinación de los pueblos y comunidades indígenas, al mismo tiempo que ha garantizado la armonía entre los sistemas normativos internos y el régimen constitucional.

Además, con el fin de acercar las resoluciones a los verdaderos destinatarios el Tribunal tomó la determinación de traducir extractos de las sentencias a la lengua de la comunidad involucrada en un juicio. También se elaboró una guía de actuación para los juzgadores en materia de derecho electoral indígena, en la que se indican las buenas prácticas internacionales que deben seguirse al tramitar sus demandas.
  
Luna Ramos subrayó que, en los últimos tres años, el Tribunal Electoral ha capacitado a dos mil mujeres y jóvenes indígenas de 68 pueblos originarios del país, para que conozcan y defiendan sus derechos.

Los criterios del Tribunal Electoral contribuyen a consolidar la paridad de género
Al referirse a la participación de las mujeres en la política, el Magistrado Presidente dijo que aún cuando el camino ha sido largo y desgastante, la paridad de género comienza a ser efectiva y paulatinamente se incorpora a la sociedad y a las instituciones.

En ese proceso, destacó el papel del TEPJF que ha emitido sentencias propiciando que un mayor número de mexicanas ocupen cargos públicos en los Congresos federal y estatales, así como en los órganos públicos locales electorales.

“Los criterios del Tribunal Electoral son fuente real de Derecho y se hacen presentes: motivan cambios a la legislación e impactan en la vida ciudadana para seguir avanzando hacia una paridad sustantiva y efectiva”, aseguró.   

Anuncia el lanzamiento del primer canal electoral de televisión por Internet
Subrayó que los integrantes del Tribunal Electoral tienen el compromiso de contribuir a la construcción de una ciudadanía informada y participativa, pues el mejor voto, es el voto informado. Por ello, anunció que la próxima semana se presentará un ambicioso proyecto denominado Plataforma Electoral. Se trata del primer canal de televisión por Internet.

En ella se aprovecharán las herramientas digitales para transmitir, todos los días, contenidos de alta calidad, incluyendo las sesiones públicas de resolución, seminarios, congresos y demás foros especializados en materia electoral.

Al evento asistieron representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, de órganos autónomos y desconcentrados, así como magistrados electorales locales.

El Magistrado Presidente del TEPJF rindió su IV Informe Anual de Labores, con lo que dio cumplimiento a lo dispuesto por la fracción XXI del artículo 191 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
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Discurso:
En mis manos se encuentra más que un discurso, más que un informe sobre el desarrollo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, un testimonio de vida.

Varios años han transcurrido, pero al paso del tiempo todo parece un instante.

Las palabras trascienden momentos, al parecer fijos, en tiempo y espacio. Trascienden, porque más allá de los contextos donde se expresan, crean realidades tangibles, a través de nuestros actos.

Las palabras condensan no sólo episodios y hechos, también aquellas emociones que los significaron.

Don Juan Silva Meza, ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal.

Señoras y señores ministros integrantes de nuestro más Alto Tribunal.

Señora y señores consejeros integrantes del Consejo de la Judicatura Federal.

A ustedes me dirijo observando a cabalidad lo dispuesto por el legislador, a nombre de mis compañeras y compañeros magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, integrantes de la Sala Superior y las Salas Regionales Guadalajara, Monterrey, Xalapa, Distrito Federal, Toluca, así como la Sala Especializada.

Es la cuarta, y última ocasión en la que tengo el privilegio de hablar por el máximo órgano judicial electoral de nuestro país, en este ejercicio de rendición de cuentas.

Pero es algo más: la crónica de una institución madura y de quienes le han dado vida con su esfuerzo cotidiano.

En este acto, hablarán todos los momentos y protagonistas de la historia reciente de la justicia electoral.  Sin ellos, el informe estaría incompleto, pues cada uno de los aprendizajes del pasado, se manifiesta en el actuar, en el presente.

La memoria vincula, los recuerdos construyen.

Nuestra institución está viva.

Nació en cuna administrativa, donde no existía siquiera un lugar físico para resolver los conflictos electorales. 

Con cuidados y atención, los primeros pasos mostraron que, a pesar de las dificultades, un futuro promisorio aparecía en el firmamento para la defensa de los derechos político-electorales.   

Al paso de los años, el Poder Legislativo, nutrido de opiniones valiosas, dio al Tribunal la posibilidad de resolver las controversias como órgano jurisdiccional autónomo. Sus integrantes respondieron al voto de confianza con responsabilidad y entrega.

El destino, sigiloso y discreto, trajo nuevos retos. Retos a los que el Tribunal hizo frente, convirtiéndose en la máxima autoridad jurisdiccional en el terreno electoral.

Lo que siguió en la historia, para muchos de ustedes conocida, constituyó el paso más importante y razón esencial de nuestro encuentro el día de hoy. El Poder Judicial de la Federación recibió al Tribunal Electoral en su estructura, brindando, desde entonces, su respaldo incondicional a toda nuestra labor institucional. 

Gracias a seres humanos excepcionales como don Juan Díaz Romero, descanse en paz.

Diversas han sido las ocasiones en que este Poder Judicial nos ha respaldado. La última, hace unos meses, cuando esta Suprema Corte de Justicia de la Nación nos apoyó presupuestalmente para la puntual instalación de la nueva Sala Regional Especializada. Don Juan, señoras y señores Ministros, muchas gracias.

La integración inicial del Tribunal se distinguió por el arduo trabajo y profesionalismo, bajo los cuales se calificó por primera vez una elección presidencial.

Después, tras la renovación, los latidos han sido, a la vez, efecto de aquellos esfuerzos encomiables, y causa de los logros por aparecer.

La semilla de hace algunos años es hoy un roble fuerte, nutrido por el consenso entre pares.

Así, bajo el faro de la máxima transparencia, la racionalidad en el gasto y el apego a la ética judicial, se ha fortalecido nuestra principal encomienda, la impartición de justicia electoral.

Somos una institución que responde al nuevo paradigma de derechos humanos, anteponiéndolo a todo obstáculo, a todo límite.

Hoy, al crecer la demanda de justicia electoral, el Tribunal aumenta en estructura, y sus nuevas responsabilidades vigorizan su vida interna y enaltecen su esencia: la constitucionalidad y convencionalidad de la vida electoral de la nación están garantizadas.  Lo aseguro.

Lo asegura alguien que viene de la frontera sur de nuestro país.

Mi vida en Chiapas me enseñó que la riqueza de México radica en su carácter pluricultural.

Crecí con la dicha de convivir entre tzotziles y tzeltales, de entender que el tiempo no es el de las prisas citadinas, sino el de las cosas importantes. Me instruyeron a respetar a la Madre Tierra, porque no hay manera de que las próximas generaciones prosperen sin ella.

Y esa conciencia, forjada desde la infancia, encontró a sus mejores aliados en quienes integran el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.  

Nuestras sentencias son muestra del compromiso que hemos asumido con nuestras hermanas y hermanos indígenas, pues en ellas se ha protegido la autonomía y libre determinación de sus pueblos y comunidades, al mismo tiempo que se ha garantizado la armonía entre los sistemas normativos internos y el régimen constitucional.

Así sucedió en este año, cuando se ordenó realizar una consulta en San Luis Acatlán, Guerrero, para conocer si la mayoría de la población estaba de acuerdo con celebrar sus elecciones mediante usos y costumbres.

O, por ejemplo, cuando declaramos la nulidad de la elección en las comunidades de San Bartolo Coyotepec y Santo Domingo Nuxaá, en Oaxaca, por no apegarse al principio de igualdad de género, lo que permitió que más mujeres participaran en las asambleas comunitarias.

Además, iniciamos una nueva práctica para acercar las resoluciones a los verdaderos destinatarios: se traducen extractos de las sentencias a la lengua de la comunidad involucrada.

También, presentamos una guía de actuación para juzgadores en materia de derecho electoral indígena, indicando las buenas prácticas internacionales que deben seguirse.

De igual forma, al cumplir con la obligación de promover el valor y la importancia de los derechos humanos, en los últimos 3 años hemos capacitado a casi 2 mil mujeres y jóvenes indígenas de todas las entidades federativas, que representan a los 68 pueblos originarios del país.

Una de nuestras últimas acciones en la materia, es la transmisión de un curso donde, a través de sus propias radios comunitarias, y traducido a 34 diferentes lenguas, se difundirán prácticas concretas para la defensa de sus derechos político-electorales.

Así, reducimos una deuda histórica con nuestras hermanas y hermanos, al generar un diálogo efectivo entre distintas visiones del mundo, que construye puentes y supera obstáculos.

Obstáculos que se nos presentan como sociedad, como aquél que enfrentamos por llegar tarde a otra cita. Sí, México llegó seis décadas tarde al concierto de naciones que reconocieron los derechos de la ciudadanía femenina.

El camino ha sido largo, desgastante. Pero hoy, la paridad de género comienza a ser efectiva. Poco a poco se incorpora a la sociedad e instituciones.

Para ello, ha sido necesario implementar acciones afirmativas que garanticen el ejercicio igualitario de los derechos entre mujeres y hombres. Los criterios interpretativos de la actual integración del Tribunal Electoral han impulsado la evolución de dichas medidas.

Gracias a ellos, hoy, un mayor número de mexicanas ocupa cargos públicos. Mujeres como las que legislan en el Congreso de la Unión, como aquella que presidió el Tribunal Electoral de Tabasco, como las regidoras en el ayuntamiento de Nava, Coahuila, o como las que se desempeñan como consejeras en los órganos públicos electorales locales.

Los criterios del Tribunal Electoral son fuente real de derecho, y se hacen presentes: motivan cambios a la legislación, e impactan en la vida ciudadana para seguir avanzando hacia una paridad sustantiva y efectiva.

Para acompañar nuestras resoluciones, durante este año realizamos una intensa campaña por la no discriminación y la igualdad; promoviendo la perspectiva de género en la ciudadanía y la militancia partidista. De la misma forma que incidimos en la sensibilidad de quienes prestan un servicio público.

Este es un desafío cultural que pronto superaremos como nación, y en la que la justicia electoral tiene mucho que decir y hacer, para que cualquier ciudadana o ciudadano pueda participar en los asuntos públicos de su comunidad, de su estado y del país.

Que mujeres y hombres, jóvenes y personas adultas, en la ciudad o en el campo, con independencia de su origen, raza, ideología o situación económica cuenten con la posibilidad de ejercer plenamente sus derechos político-electorales en igualdad de condiciones.

Esa es la encomienda dirigida al Tribunal Electoral y a ello se orienta el compromiso asumido por sus servidores públicos.

Somos un Tribunal constitucional; por ello, ante la ausencia de legislación secundaria hemos aplicado de manera directa el texto fundamental para garantizar el ejercicio pleno de los derechos.

El control de convencionalidad que realizamos maximiza los derechos de la ciudadanía.

Las tesis y jurisprudencias aprobadas, que en este período alcanzaron su máximo histórico al rebasar el centenar, aseguran la interpretación más benéfica para las personas que acuden a la justicia electoral.

Así, por ejemplo, garantizamos el efecto reparador y aclaratorio del derecho de réplica, en favor de quien ha sido afectado por la propaganda política.

Y derivado de la nueva legislación, resolvimos durante este año para que las candidaturas independientes sean una realidad y puedan competir en condiciones equitativas. 

Garantizamos, también, el derecho de auto organización de los partidos, así como los derechos de su militancia, durante los procesos de renovación de la dirigencia de dos de los principales partidos políticos nacionales.

Somos servidores públicos, nos debemos a las y los mexicanos, a quienes no defraudaremos en el proceso electoral federal que ha dado inicio, ya que son la razón de ser de nuestras acciones, pues no hay democracia, sin ciudadanía.

La justicia electoral federal se ha consolidado como la mejor vía para defender a la ciudadanía en el disfrute de sus derechos y conservar la paz social. Las elecciones se definen en las urnas, sin presiones, ni violencia.

La impartición de una justicia electoral moderna y eficiente, que resuelve, además, bajo el principio de máxima publicidad los asuntos en un promedio de tan sólo 11 días, ha hecho que en los últimos 3 años, las y los mexicanos acudan en mayores cantidades ante nuestras Salas.

Basta decir que es la ciudadanía quien promueve, directamente, el 87% de los medios de impugnación resueltos.

Por eso, las y los magistrados electorales hemos querido coadyuvar a la construcción de una ciudadanía informada, participativa. Pues el mejor voto, es el voto informado. 

Empoderar a las y los mexicanos para que no olviden que la Constitución y sus derechos les pertenecen,  que respiran y crecen con su paso.

Por ello, en los últimos tres años hemos capacitado a más de 20 mil personas, en todas las entidades federativas, para que conozcan mejor sus derechos y la manera de hacerlos valer.

Y lo hacemos por todos los medios posibles. Tan es así, que la próxima semana lanzaremos un ambicioso proyecto: Plataforma Electoral, el primer canal electoral de televisión por Internet.

Una nueva ventana de difusión, que se ha concretado con una inversión moderada, pero que se aprovechará por un inmenso número de personas, gracias a las mejores herramientas del mundo digital.

Transmitiremos, todos los días, contenidos de alta calidad, incluyendo, por supuesto, las sesiones públicas de resolución, seminarios, congresos y demás actividades especializadas.

Producto del rumbo claro y firme que sigue nuestra institución, su administración eficiente fue reconocida con un histórico dictamen limpio por parte de la Auditoría Superior de la Federación, al revisar nuestra cuenta pública.

Además, la obra pública ejecutada permitirá contar con instalaciones funcionales y amigables para toda persona, siempre cuidando el medio ambiente.

Hemos modernizado nuestra tecnología para sistematizar procesos judiciales y administrativos,  afianzando una política de cero papel, como lo demuestra esta primera ocasión en la que entregamos un informe electrónico, de menor costo y con mayor alcance.                     

La inversión realizada permitió, entre otros proyectos, la digitalización de nuestro archivo histórico que comprende más de 40 mil expedientes. Con lo que se facilita la consulta pública y se conserva de mejor manera la información.

Este desempeño responsable, fue el que nos colocó entre los diez primeros lugares en el último estudio sobre control interno, realizado entre 290 instituciones públicas del país.

Lo digo con claridad: somos una institución modelo.

En los últimos tres años hemos resueltos más de 60 mil asuntos, donde los derechos político-electorales se consolidaron como la única prioridad. Nuestro régimen de libertades es una realidad: no hay marcha atrás.

Por ello, nuestras resoluciones y nuestro desempeño institucional han recibido distinciones de la Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia y del Centro Internacional para Estudios Parlamentarios.

Algo que nos llena de orgullo es que órganos locales y extranjeros piden que compartamos con ellos nuestro sistema de gestión de juicios de la Secretaría General de Acuerdos.

Por nuestro liderazgo en la región, este año fuimos sede de la Sexta Conferencia Iberoamericana de Justicia Electoral. Además, constantemente recibimos misiones electorales de los cinco continentes  debido a la inquietud de conocer nuestro modelo jurisdiccional.

Somos la principal editorial electoral. Publicamos un promedio de 52 títulos al año y todo nuestro catálogo se distribuye de manera gratuita y puede descargarse libremente en línea.

Nuestros desarrollos tecnológicos, como el Metabuscador jurisprudencial, o los micrositios especializados en la reforma política y en las sentencias acerca de Derechos Humanos, logran que miles de personas de todo el país, de América, Europa y Asia, nos consulten en busca de información útil y confiable.

Desarrollos que permiten, también, que cada vez más personas con alguna discapacidad puedan acceder a la información de nuestro portal de Internet, como pocas instituciones en el país lo hacen.

Bajo este escenario comienza una etapa reluciente para la democracia mexicana.

El Poder Legislativo decidió dotar de mayor fuerza y consistencia al Tribunal. Nuestra estructura crece, los objetivos también.

Enfrentamos un proceso electoral federal sin precedentes: jamás habían concurrido 17 elecciones locales  con una federal. En ellas se elegirán dos mil ciento setenta y nueve cargos públicos.

Las nuevas atribuciones favorecerán la igualdad de condiciones en las contiendas electorales.

Las novedosas formas de participación de la ciudadanía en los asuntos públicos gozarán de fuerza real.

Las renovadas reglas lucirán desde la fuente de los derechos humanos.

Todo, por el bienestar democrático de nuestra nación.

Y quiero subrayarlo: estamos listos.

La sociedad debe estar tranquila: la ciudadanía tomará la decisión en las urnas, nosotros la protegeremos. Informaremos con transparencia, como siempre, en cada una de las etapas del proceso.

Generaremos la confianza y la certeza que requiere toda elección democrática.

Señoras y señores:
He sido testigo de la evolución de nuestra democracia, gracias al empuje ciudadano.
He sido testigo de un ejemplo incansable de servicio público, en el que las extenuantes horas de trabajo  no han sido obstáculo para el cumplimiento del deber.
He sido testigo de mujeres y hombres entregados a mejorar la vida democrática de México.
He sido testigo de cómo la justicia electoral florece cuando existe compromiso y propósito: verdadero sentido de patriotismo.
He sido testigo de la fortaleza de una gran institución del Estado mexicano.
SÍ:

Más mujeres ocupan cargos públicos.

Comunidades y pueblos indígenas eligen a sus autoridades de acuerdo con sus propias normas. 

Las candidaturas independientes son una realidad.

Miles de niñas y niños se han acercado al fundamento de la ciudadanía, en sus parques y escuelas,  comprendiendo que si somos iguales, somos mejores.

Oportunidad única que he tenido gracias al lugar que, por la confianza de mis pares, tengo el honor de ocupar.

Maricarmen, Constancio, Flavio, Manuel, Salvador, Pedro. De corazón, muchas gracias por su aliento y respaldo en tantos proyectos que han permitido que nuestro país avance en el horizonte democrático.

En estos complejos días que vivimos como país, anhelo un México sin divisiones, pero con una firme pluralidad de proyectos de vida, unidas por el amor a la patria.

Habrá de prevalecer una justicia sin adjetivos, completa en sí misma.  

La vida de nuestro país se fundamenta en quienes decidimos, como ciudadanía, el futuro de nuestra convivencia.

La legitimación parte de la reconciliación con lo humano, donde la justicia se dirige a respetar los sueños de la gente.

La judicatura debe mostrarse sensible ante los derechos de las mexicanas y mexicanos que, día a día, buscan plenitud en sus vidas.

Necesitamos que el diálogo constante entre cada una de las esferas que componen la diversidad de México, sea nuestro camino. Consolidando, así, un panorama democrático.

México se compone de hermosos paisajes  y seres humanos excepcionales.

Trabajemos para nutrir los vínculos profundos de nuestra nación multicultural, con la finalidad de acrecentar su grandeza.

Siempre admiraré las victorias de la justicia, de la paz y de la dignidad humana.

Yo soy del sur. Arropo en mí cientos de años de historia de nuestro país. El testimonio que dejo, desde este lugar, es una sencilla muestra de mi gratitud.

La voz estará ausente, mi presencia pieza de un recuerdo.
Pero tú, Justicia eterna, extiende tu mano hacia el otro, donde me reflejo y entiendo.
Ahí reconoceremos al fin la unidad, la humanidad.


Muchas gracias.   

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