Jaime Ríos Otero | 25 noviembre de 2014
Tribuna Libre.- Por qué algunas
instituciones convierten en clandestino algo que debería ser público y
transparente, es uno de los caracteres de un sistema que está diseñado para
ocultar y mentir, y para favorecer por encima de lo legal y honesto.
En el caso de los
presupuestos millonarios que son destinados a medios de comunicación, se
procede exactamente en oposición a la naturaleza propia que se supone deberían
tener los destinatarios, que es la publicitación (palabra nueva en la RAE) de
todas sus operaciones, porque esa es la función que presuntamente estos
desempeñan, que es contribuir a transparentar las acciones de las entidades gubernamentales.
Al no informar
hacia donde canalizan sus recursos destinados a comunicación social, las
propias autoridades activan el resorte de la sospecha y transforman en
perversión algo que, en muchos casos, es quizá perfectamente legal. Un ejemplo
es el Ayuntamiento de Xalapa.
Ante la solicitud
de un ciudadano mediante los mecanismos de transparencia, la Tesorería
municipal le advierte que no puede proporcionarle los montos pagados y los
medios de comunicación favorecidos, en virtud de que tal información “se
encuentra reservada en términos de los artículos… de la Ley de Transparencia y
Acceso a la Información Pública… y puntos (tales y tales)…. de los Lineamientos
Generales que deberán observar los sujetos obligados por la Ley de la materia
para clasificar información reservada y confidencial; así como los artículos 8
y 9 de la Ley Federal de Competencia Económica…”
Es decir,
operaciones mercantiles que implican el uso de recursos fiscales para hacer
pagos a particulares, son clasificadas como reservadas, top secret,
inaccesibles para los gobernados, que son los que realmente están pagando,
mediante sus impuestos, esas transacciones comerciales, como si tal reserva
implicara un secreto de estado de tal índole que su develación pudiera desatar
la tercera guerra mundial.
Por fortuna, en
medio de esta opacidad pareciera haber un poco de luz, porque la Tesorería
aparentemente ha descubierto la fórmula para conocer la penetración real de los
medios de comunicación. Al menos así lo hace ver en la explicación (falaz, por
supuesto), con que intenta convencer al ciudadano inquisidor de que ese
oscurantismo que guarda respecto de los convenios con los periódicos, portales
y estaciones radiales y televisoras, es lo mejor que le puede estar pasando. No
tiene desperdicio esta explicación. Dice el Ayuntamiento: “Lo anterior obedece
a que en estos gastos se incluye el costo de los servicios de promoción,
publicidad y difusión de las acciones del H. Ayuntamiento de Xalapa, en los
diversos medios de información, para difundir ampliamente las acciones y obras
de Gobierno que en beneficio de la sociedad se realizan, aplicando los recursos
públicos mediante la exhaustiva selección de los medios de comunicación idóneos
y más convenientes, según el grado de penetración, tiraje y cobertura de los
mismos (¡!) ; verificando también cuáles son los que cuentan con mayor
audiencia y disponibilidad (¡¡!!), garantizando la oportuna difusión de las
obras, acciones y la salvaguarda de la vida y el patrimonio de la sociedad; por
lo que el proporcionar dicha información traería como consecuencia una ventaja
indebida entre los propios medios de comunicación, de acuerdo a los principios
económicos que rigen la Ley de la Oferta y la Demanda, como el Derecho de la
Competencia(¡¡¿!!), por lo que la atención a la sociedad quedaría en riesgo si
no realiza la adecuada selección de los medios para la cobertura de la
información” (¿¿¡¡!!??).
¡Sopas de perico
marinero!, como dijera Pepe Valencia.
(Los signos de
exclamación e interrogación son míos).
¿Usted entendió en
qué dañaría a los propios medios saber quiénes de sus competidores son
favorecidos por la publicidad oficial del Ayuntamiento, y en qué afectaría esto
la atención a la sociedad?
Hay muchos puntos
en esta misiva oficial que ameritarían reflexión, pero esa se la dejamos a
usted, inteligente lector. Nos concretaremos a mencionar que los gastos en
propaganda para las acciones municipales han aumentado, de 24 millones que se
gastaban en 2008, a 45 millones que fueron gastados en el año 2013, y en el
actual ejercicio fiscal de 2014, aún sin cerrar, ya “llevamos” gastados 34
milloncejos.
Aunque sin montos
sobre lo que se paga a cada quien, pero el ayuntamiento nos hace el gran favor
de proporcionar una lista de 52 personas físicas y morales hacia donde canaliza
los recursos fiscales de los xalapeños. Que conste: este servidor no insinúa
siquiera que esos dineros sean malhabidos por los medios, al contrario, afirmo
que son legales. Repito lo dicho líneas arriba: es la secrecía con que la
institución maneja estos datos lo que hace parecer ilegítimo algo que quizá no
tiene por qué ser manejado en el clandestinaje.
Al contrario de
este procedimiento de opacidad, los periodistas y medios deberían aparecer en
una lista pública de proveedores de servicios municipales, con sus nombres y
montos convenidos.
Como la lista de
los 52 proveedores no maneja cantidades, la lógica hace presumir que quienes
aparecen primero son los que han logrado los convenios más jugosos. Su propia
importancia lleva a Diario de Xalapa hasta la cima, así que Compañía
Periodística del Sol de Veracruz es el primero; le siguen Diario AZ,
Comunicación en Medios de Veracruz; Portal Comunicación Veracruzana; Periódico
Marcha; Froylán Flores y Cancela; Garciver, Centro Radiofónico de Xalapa, TV
Azteca, Televisión de Puebla (¿?); María de los Ángeles Velazco Cañizal
(Revista Tlacuilo, colada en el lugar 11); Editorial Hidalgo; Grupo
Editorial Líder, etcétera… y así hasta los 52.
También de la
lista, suponiendo que estén ordenados en cuanto a la importancia del monto, se
pueden establecer algunas reflexiones, porque algunos que son medios
importantes o consolidados, aparecen muy lejos de los primeros lugares, como es
el caso de Editora La Voz del Istmo, Avan Noticias y Grupo Avan Radio, Periodismo
Trascendente del Golfo Veracruzano o José Luis Poceros Domínguez (este en 45avo
lugar, casi al último).Bueno, pues así se manejan los recursos municipales
destinados a medios de comunicación.