José Miguel Cobián | 27
marzo de 2015
Tribuna Libre.- Por qué? Esa es la pregunta básica que me
hago una y otra vez. Misma que hoy quiero transmitirle a ud. En temas múltiples y variados. En principio el primer ¿Por qué? Se
relaciona a ¿Por qué no se ha dado usted cuenta que no es lo mismo gobernar un
estado, en dónde el gobernador tiene poderes omnímodos y poca rendición de
cuentas, a ser Presidente de la República con responsabilidades diferentes y
con una estrecha vigilancia tanto del interior como del exterior del país, y
por ende, usted sigue gobernando como si México fuera un estado y no una
Nación?
¿Por qué no ha aplicado correctamente la tan
presumida reforma educativa? ¿Acaso
fueron tan ingenuos que pensaron que no habría resistencias, y a pesar de ello
insistieron en legislar algo que no podrían cumplir? ¿Nadie en su gabinete se da cuenta de que el
desarrollo del país pasa por educación de calidad, misma de la cual carecen la
mayoría de los mexicanos? ¿No se dan
cuenta del descrédito y el ridículo a nivel mundial en el que caen tan sólo por
no poder censar a los empleados públicos dedicados al magisterio en tres
estados del país? ¿No percibe usted y su gabinete la indignación de los
mexicanos ante el pago de más de doscientos mil salarios a ¨maestros¨ que no se
paran en un aula?
¿Hoy todavía nadie del gabinete económico ha
percibido que la reforma fiscal vino a traer mayor sufrimiento y pobreza a la
mayoría de los hogares mexicanos? ¿En su gabinete son incapaces de corregir el
rumbo y enmendar sus errores? ¿ Nadie
percibe que la economía mexicana va directamente a una nueva crisis como las
recurrentes y acostumbradas en los gobiernos del PRI? y no vemos
que se tomen las medidas adecuadas.
Esperamos una reducción real del gasto público sin importar que venga un
período electoral. Exigimos que no se
endeude más al país y que no se reduzca el gasto de inversión ni el gasto
social, sino el gasto corriente. Allí dónde se han duplicado los puestos en la
burocracia nacional, ahí dónde se ha duplicado en menos de doce años el gasto
total del gobierno. Esperamos de usted
que actúe como estadista, y no como politiquillo que busca crear una bonanza
parcial previo a las elecciones y que posterior a ellas, todos paguemos el
precio de una crisis más grave. No nos
importa lo que digan los banqueros en sus reuniones anuales allá en Acapulco, los
mexicanos estamos muy asustados ante el panorama económico actual y el que
vislumbramos a futuro. Sabemos que el
ingreso per cápita real en los cinco deciles inferiores de la población
económicamente activa ha disminuido hasta un 77% comparado con su mejor momento
en el siglo pasado en 1987. ¿Hará usted
y su gabinete económico algo para revertir dicha tendencia?
¿Por qué su partido en el Senado de la
República ha detenido el avance legislativo de las leyes anti corrupción? ¿Por
qué, el ejecutivo no recrimina al legislativo que los senadores se tomen dos
semanas de vacaciones, cuando sólo les queda hasta el 30 de abril para avanzar
con esta y otras leyes que urgen al país?
¿Por qué se tuvo que elegir a su compadre,
Medina Mora para la suprema corte de justicia (así con minúsculas) a pesar del
repudio de la población en general? ¿Por qué hasta el día de hoy no se ha
castigado a quien desde el gobierno federal operó el ataque a la libertad de
expresión en la forma de ataque al programa de Carmen Aristegui? ¿Por qué se justifica el crimen de estado en
que se convirtió Tlataya, con la corrupción de los jueces y se afirma que es
mejor un criminal muerto que uno en prisión? ¿Acaso no es usted presidente de
la República y puede promover leyes y luego vigilar su cumplimiento que eviten
la corrupción en el poder judicial?
¿Por qué no se ha hecho un esfuerzo serio por dar con los desaparecidos
tanto del sexenio de Calderón como del suyo, con bancos de adn, investigaciones
serias en todos los estados, búsqueda incansable de fosas clandestinas, investigaciones
exhaustivas con cada criminal ¨pozolero¨, etc. Para darle tranquilidad a tantas
familias?
¿Por
qué seguimos solapando tanto monopolio en México? Monopolios que por la falta
de competencia venden bienes y servicios de mala calidad y caros a los
mexicanos. Monopolios que impiden el desarrollo de México como país. Monopolios
como los de los bancos extranjeros y nacionales (oligopolio en sentido
estricto), que cobran no sólo intereses elevadísimos sino también cuotas,
recargos, sanciones, etc., y no hay autoridad que los sanciones y vigile por el
bien de los propios mexicanos. Aquí surge la pregunta de ¿Por qué seguir
solapando desde el gobierno a quienes abusan del pueblo de México? ¿Por qué
convertir al gobierno en cómplice de quien daña a México?
¿Cuándo será aclarado el asunto de la casa
blanca, o la de malinalco? ¿Y si no se pueden aclarar porque son errores
cometidos por usted y su secretario de hacienda, ¿cuándo pedirán una disculpa
al pueblo de México y donarán esas casas a mejores causas? ¿Cuándo se va a transparentar todo el
embrollo de concesiones de obras a empresas allegadas a usted desde que era
gobernador del estado de México? Los mexicanos queremos conocer las razones por
las cuales a Higa y a otras empresas ¨amigas¨ se les han asignado miles de
millones de pesos en obras. Y si se
cometió un error legal al asignar esas obras ¿Cuándo les serán retirados dichos
contratos? ¿Cuándo se dará usted cuenta
que no sólo manchan su imagen estos presuntos actos de corrupción, sino que
también manchan una imagen mucho más sagrada: La de México? Y eso, manchar la imagen de México es algo
que muchos mexicanos jamás le perdonaremos.
Se que en nuestro sistema político el
presidente jamás se equivoca. Sin embargo, el pueblo de México es tan noble que
perdonaría uno o varios errores, siempre que fueran reconocidos y se corrija el
rumbo. La principal reforma estructural
que falta por llevar a cabo, es la que termine con el régimen patrimonialista
del país. La que evite que los funcionarios públicos hagan uso de los fondos
públicos como si formaran parte de su patrimonio personal. Esa que combata la impunidad y la corrupción
–Pero de verdad-, esa que abra por fin el camino de la transparencia y la
rendición de cuentas.
¿Cuándo señor presidente evitaremos la compra
de votos, el tráfico de las necesidades humanas en tiempos de elecciones? ¿Cuándo será castigado de verdad un empleado
de ¨prospera¨ que intimide a los ciudadanos beneficiarios, orientando el sentido
de su voto? ¿ Cuando veremos justicia en
todos y cada uno de los escándalos financieros que hemos vivido en México en
los últimos tres sexenios? Y no me
refiero exclusivamente a tener un chivo expiatorio, ¡No!, me refiero a realmente hacer justicia y
restituir los bienes de la Nación que han sido desviados a bolsillos de
particulares, tanto de su propio partido como de los otros partidos políticos.
¿Tendremos que esperar un sexenio más para
tener un presidente patriota que verdaderamente ame a su país y se involucre en
la solución de los problemas de fondo?
¿Tendremos que esperar a otro sexenio para que se inculque a cada
mexicano todos y cada uno de sus derechos, y para que desde el poder se
defiendan y respeten todos y cada uno de esos derechos que durante tantos
siglos hemos añorado?