* Cinco años de gobierno a cambio de no tocar al
duartismo * Contractor, la constructora favorita * Baila la
diputada al ritmo de Gloria Trevi * Ahora sí despotrica la prensa
duartista * García Bringas no le cree al marcelismo * Unidad
Antisecuestro y la vergüenza del caso Karime Alejandra * Las novias de
los políticos
Mussio Cárdenas Arellano| 31 marzo de 2015
Tribuna Libre.- Asediado, cercado,
Pepe Yunes escucha las voces de aliados que no lo son, de santones del PRI que
traen el mensaje del duartismo y de personeros con propuesta que tienta y que,
si titubea, hace caer: no dos sino un gobierno de cinco años a cambio de impunidad
total.
Eso oye el senador
por Veracruz. Le hablan al oído. Le dicen los enviados del gobernador Javier
Duarte que no hay fijón. Le dicen que hay remedio. Que le da pa’ tras el señor
de palacio al minigobierno porque aún hay tiempo. Y es que puede que lo haya
aprobado el Congreso estatal, lo avalara la mayoría de los municipios, pero aún
no ha sido promulgado.
O sea, el
minigobierno de dos años aún no es caso cerrado.
José Francisco
Yunes Zorrilla aceleró la sucesión con su “destape” al gobierno de Veracruz, al
gobierno de dos años, de 2016 a 2018, sin la sombra ya del otro senador
priísta, Héctor Yunes Landa, ya doblegado por el duartismo, más lastre que
aliado.
Sacudieron ambos a
Javier Duarte, y a su patrón Fidel Herrera Beltrán, cuando el 7 de enero,
frente al Presidente Enrique Peña Nieto, abandonaron el acto de conmemoración
del primer siglo de la Promulgación de la Ley Agraria, en Boca del Río.
Diez días después,
el 17 de enero, anunciaron que irían por las dos gubernaturas, la de dos y la
de seis años.
Pepe Yunes se
mantuvo en esa línea. Héctor Yunes no. Héctor, aquel subsecretario de Gobierno
y diputado durante el fidelismo que complicó la elección de 2010, se
congratulaba que algunos de sus allegados fueran insertados en el gabinete
duartista, entre ellas la nueva secretaria de Protección civil, Yolanda
Gutiérrez Carlín.
Se vistió de
duartista y no tardaría en mostrar la piel.
Iniciaba marzo. El
domingo 8, estalló el caso Pepe Yunes. Aquel pusilánime priísta que peca de
institucional, que no quiere agitar las aguas, que en 2010 dejó que lo
atropellara el tren de la fidelidad, le hizo tres desaires al gobernador Javier
Duarte: le extendió la mano con frialdad, le dio la espalda y abandonó el
recinto donde se celebraba la convención estatal del PRI.
Provocó el azoro.
Bocabajeó a Javier Duarte. Pulverizó el poder que dice tener, pero que no sabe
ejercer el gobernador de Veracruz. Gobernar no es permitir que sus amigos
acaben con la riqueza de un estado que no se merece tener a esa pandilla en el
cuarto de mando.
No salía del
recinto Pepe Yunes cuando pudo sentir el filo de la estocada en la espalda.
Héctor Yunes Landa decía, explicaba, justificaba el abandono. Es que se le va
el avión a Pepe, dijo Héctor. Y luego expresó que con Javier Duarte no hay
problema alguno.
Respondió Pepe
Yunes a la puñalada trapera: el problema sí existe y es la gubernatura de dos
años, diseñada para alejar a los Yunes rojos de la sucesión en Veracruz; va a
“someter al escrutinio de la ley a todos los que hayan saqueado las arcas
públicas en los dos últimos gobiernos”; investigará el destino de un crédito de
10 mil millones de pesos y el dinero de la bursatilización, y enfatizó que
Héctor Yunes no es su vocero. La ruptura total.
Pepe Yunes tiene
detractores. Lo ven como producto del PRI-AN, la amalgama cómplice entre
priístas y panistas. Rojos o azules, los Yunes son lo mismo, dicen en la
izquierda, en el PRD, en Morena.
Le critican su
cercanía con Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, y sus ligas con el
canciller José Antonio Meade. Lo ven del sistema, del status quo y del mañana
quién sabe qué pasará; el político que asciende a los cuernos de la luna y
después queda en el aire.
Pero desde el 8 de
marzo, al desairar en tres ocasiones al gobernador Javier Duarte, Yunes
Zorrilla hizo entrar en crisis al PRI y al duartismo.
Le siguió una
semana difícil. Lo buscó Fidel Herrera Beltrán, el verdadero fiel de la
balanza, obvia la incapacidad de Javier Duarte para manejar la sucesión, roto
el diálogo con el senador peroteño.
Fidel lo quiso
marear. Le expresó que él sería el gobernador de seis años. Pepe Yunes dice que
eso ya lo ha escuchado. “Con todo respeto yo no puede permitir que me
sigan tomando el pelo y de paso se burle a la ciudadanía”, le respondió a
Fidel. Lo reseña el columnista Edgar Hernández en Línea Caliente.
Pierde Fidel
Herrera su capacidad para el engaño. Pepe Yunes no le cree. Por eso, el 17 de
marzo, dos días antes de su onomástico, tres días antes de su festejo en Los
Alcatraces, en Cinco Palos, Coatepec, el senador rebelde descompone la sucesión
de Javier Duarte.
Ni Fidel puede
evitar el naufragio. Achica el agua pero la nave duartista se hunde. Javier
Duarte, el piloto, no atiende la tragedia. Se le ve en lo suyo. Saca los
lingotes de oro, las joyas de la corona, el efectivo que puede; lo traslada al
bote salvavidas, y se apresta a huir.
A Pepe Yunes le
llueven, en cambio, promesas y propuestas. Su tema, como dice el maestro Luis
Velázquez Rivera, en su Expediente, es la corrupción. Sobre eso habla. Los
corruptos deben estar en la cárcel. Y no se refiere a otro estado. Se refiere a
Veracruz.
En corto, Pepe
Yunes lo resume en frases y amagos. Si llega al gobierno estatal, va a dar un
golpe de autoridad. Y el golpe de autoridad es encarcelar a la pandilla
duartista, a los peones, a los operadores financieros, a los estrategas y a los
capos.
Ya no es como en
2010, cuando Fidel Herrera lo toreó, lo placeó, lo hizo perder una senaduría,
lo engañó.
Ahora “es
institucional pero no pendejo”, como él mismo lo sintetiza. Le descompone la
sucesión a Javier Duarte, limitado el gobernador, creído con enviando
mensajitos de texto se puede aliviar el conflicto, abierto el rompimiento y
cada vez más amplia la brecha.
A Pepe Yunes se
acercan los enviados de Duarte y los operadores de Fidel. Le proponen el pacto
de la impunidad. Le ofrecen un gobierno de cinco años, desechar el minigobierno
de dos años, pero dejar intacto a la mafia del docenato trágico.
Se le acercan
también aliados de ocasión, Judas priístas que operan un acuerdo para
asegurarse también impunidad.
Pepe Yunes dice
que no los oye. Dice que los ve y los atiende. Dice que no sucumbe ni se deja
encantar. Cuenta que hay presiones, que lo quieren descarrilar. Dice que no,
que prefiere gobernar dos años, pero que no habrá impunidad.
Eso dice Pepe
Yunes. Habrá que esperar.
Archivo muerto
Contractor Mart
pavimenta y construye. Se le ve en la carretera al puente Calzadas. Se le verá
en lo que resta del cuatrienio. Para Contractor Mart hay contratos, obra y lo
que requiera. Lo que exija se le dará. Es la constructora favorita de Fernando
Ramos Torres, el secretario de Obras Públicas del ayuntamiento de
Coatzacoalcos, una de las privilegiadas, a las que le asignan los contratos en
licitaciones de dudoso manejo, que no se ajusta a las bases de la licitación,
que le son perdonadas sus omisiones porque, a fin de cuentas, de lo que se
trata es de incrementar las utilidades, así sea violando la ley. Dados
cargados, pues, en la Secretaría de Obras Públicas municipales. Todo para
Contractor Mart, S.A. de C.V., la empresa favorita de Fernando Ramos, yerno del
ex líder de la CMIC local, Jorge “El Chato” Cobos Echegaray, familiar de los
Anaya, del clan joaquinista. ¿Por qué será?... Huidiza, evasiva, Patricia
Guadalupe Peña Recio no se para por los eventos públicos. Le huye a los
reflectores desde aquella insólita y demencial declaración en que mostró que si
algo detesta son los migrantes centroamericanos —porque asaltan, matan,
prostituyen, “son un peligro”, y por ello deben cerrarse los albergues donde se
les brinda ayuda humanitaria— y se echó encima a 28 organismos no
gubernamentales que piden que se retracte y ofrezca una disculpa. No se le ve a
la diputada federal por Coatzacoalcos donde debiera estar, pero qué tal en la
Expo Feria. Ahí, en el Teatro del Pueblo, el domingo 29, baila y baila Patty
Peña al ritmo de Gloria Trevi, perdida entre la mancha humana, sin prensa que
la hostigue con sus preguntas, sin que la jodan con sus críticas. Pero lo que
es, es. Baila y se divierte la diputada federal cuando tiene encima dos quejas,
una ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y otra ante el Consejo
Nacional para la Prevención de la Discriminación, que en breve se la van a
trabar. Mientras, baila y baila Patricia Peña al son de Gloria Trevi... De mal
en peor, la prensa duartista. Se acabaron los convenios con el (des)gobierno de
Javier Duarte y se extinguieron los embutes. Y no es que no haya dinero en el
régimen duartista, sino que el que hay es para la pandilla oficial, sus
negocios, su nómina de oro, sus edecarnes, sus viajes de placer y hasta para
las tortas de La Rielera en Córdoba y el cafecito en el Starbucks del DF, a los
que es tan afecto el gordobés. Damnificada, la prensa duartista que hace unas
semanas lo elogiaba, hoy despotrica, difunde que sí, que en efecto Veracruz
está en quiebra, que sí, que los amigos del gobernador son unos pillos y que
deben ir a prisión. Ahora sí. Y no porque sean prensa libre sino porque se
acabaron los convenios y se extinguieron los embutes, el sobre, la mochada
mensual. Pobres diablos. Apenas les suprimieron el chayote, descubrieron que
Veracruz se le desmoronó en las manos a Javier Duarte... Puede ser
saltimbanqui, trapecista, se cambia de partido como de ropa interior, pero ingenuo
y novato Rafael García Bringas no es. No se traga el candidato del PRI a la
diputación federal por Coatzacoalcos que Marcelo Montiel Montiel lo pretenda
ayudar, le ofrezca el voto del marcelismo, que los operadores aterricen en su
feudo y lo lleven al triunfo en la elección del 7 de junio. Ya comió García
Bringas en el mismo plato de Víctor Rodríguez Gallegos, a quien le arrebató en
el último instante una candidatura que Marcelo Montiel, el delegado de Sedesol
federal en Veracruz, había trabajado, diseñado, comprometido para su pupilo. Ya
hablaron y escuchó promesas. Hubo operación cicatriz. Y no les creyó. Sabe que
el marcelismo juega así. Le pretenden aplicar la misma que a Iván Hillman
Chapoy en 2009. Le ofrecieron el voto, la operación y no sabotear. Y el día de
la elección Iván El Terrible fue masacrado, humillado y anulado políticamente.
Así que puede escuchar mil palabras, cientos de promesas y sentir afecto y
calor político, pero Rafael García Bringas simplemente no les cree... Aquel
caso, el de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, secuestrada y asesinada en
Coatzacoalcos, fue el antes y el después. Javier Duarte manipuló el caso.
Sabían él y su fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, que el cuerpo ya había sido
hallado. La Red, un semanario especializado en información policíaca, lo
reveló. Pero el gobernador y su fiscal lo ocultaron para no empañar la cumbre
con senadores del PRI y del Partido Verde, en Boca del Río. Violaron la ley,
torcieron las normas. Jugaron con la esperanza de los padres de Karime
Alejandra. Fueron perversos con poder, insensibles que privilegiaron la razón
política antes que la razón jurídica. Hoy llega Javier Duarte a continuar el
show. Lacerado su gobierno por el caso Karime Alejandra, sin credibilidad
alguna, inaugura al mediodía de este lunes 30 la Unidad Antisecuestro de la
Fiscalía General de Veracruz. Lo acompañan el fiscal Luis Ángel Bravo
Contreras, alias “Culín”; el coordinador nacional Antisecuestros del gobierno
federal, Renato Sales Heredia, y la presidenta de la organización Alto al
Secuestro, Isabel Miranda de Wallace. Seguro habrá Frutsis y Pingüinos para
festejar... ¿Cuáles son las dependencias del ayuntamiento que más novias para
los políticos producen? Obras Públicas y DIF, por supuesto...
twitter:
@mussiocardenas