Arturo Rodríguez revelará que México vive su momento más obscuro por cercanía del poder político con criminales
* El autor del libro “El Regreso Autoritario del
PRI” estima casos como Ayotzinapa y los asesinatos de periodistas a manos de
grupos criminales evidencian esta simbiosis entre políticos y delincuentes.
Pachuca de Soto, Hgo. | 19 agosto de 2015
Tribuna Libre.- “Vivimos una de
las etapas más oscuras de nuestra historia porque la línea que separa el poder
político formal del poder identificado con la delincuencia organizada se ha
invisibilizado”, afirma contundente el periodista Arturo Rodríguez, quien
durante años ha cubierto la fuente presidencial para la Revista Proceso y desde
esa trinchera se dio a la tarea de exhibir los procesos represivos contra
movimientos sociales, en aumento desde 2008.
En su libro “El
Regreso Autoritario del PRI”, que estará presente en la Feria Universitaria del
Libro, FUL 2015, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo
(UAEH), su Patronato y auspiciado por el Conaculta, el reportero y escritor
revisa a detalle la reedición del partido hegemónico y la prevalencia de una
oligarquía de grupos económicos, político, familiares que desde hace varias
décadas detentan el poder sin importar las siglas del partido al que
pertenecen.
“Este acoso,
hostigamiento y violencia se han convertido en marca de origen de una clase
intolerante y determinada a imponer su voluntad. Sus decisiones forman parte de
un gran proyecto, que no es un proyecto de Nación sino un gran proyecto de
negocios, asociados con los grandes capitales internacionales”, explica Arturo
Rodríguez, quien recuerda el incremento de episodios represivos contra
dirigentes sociales, periodistas, activistas y movimientos en general, que
aparentemente fueron sometidos por fuego criminal, sin embargo, terminan
favoreciendo a grupos políticos regionales.
Corresponsal en
estados del norte de México, Arturo Rodríguez fue testigo de la desaparición y
persecución de compañeros periodistas que sin importar el nivel, fueron
víctimas de actos de represión. “El ingrediente más difícil de digerir radica
en que la mayoría de las agresiones en los últimos tres años no tienen que ver
con cobertura de temas de seguridad y sí con cobertura de posiciones
políticas“, explica el reportero y precisa que la criminalización de la
protesta se ha convertido en estrategia utilizando represión física,
psicológica, linchamiento mediático, cancelación de la imagen pública y
condicionamiento económico.
Así, casos como el
de Ayotzinapa, Narvarte o Veracruz, son ejemplos de esta línea invisible que
une el poder político y el poder criminal, sin embargo en su nuevo libro
editado por Penguin Random House, bajo el sello Grijalbo, el periodista
documenta diversos episodios represivos que ocurrieron desde 2008.
Ahora bien, señala
que el primero de diciembre de 2012, México presenció la reedición del aparato
hegemónico con diversidad de siglas y los partidos de oposición forman parte de
esa hegemonía, ya que los gobernadores surgidos por el PAN y el PRI en la
mayoría de los casos son de extracción priísta, “el viejo aparato al que
llamamos la nomenklatura tuvo la habilidad de reagruparse en las distintas
expresiones políticas”, reitera Arturo Rodríguez y a modo de ejemplo recuerda
que en las elecciones de 2012 uno de los candidatos panistas era Javier Lozano
quien había tenido una notable carrera en el PRI y desde la izquierda el
candidato era Andrés Manuel López Obrador, quien también fue priísta.
Pero no sólo eso,
el periodista relata en su primer capítulo la relación genealógica que hermana
a los distintos grupos de poder político y económico que gobiernan el país, sin
importar las siglas de los partidos. Como ejemplo, también pensando en las
elecciones de 2018, Arturo recuerda que uno de los posibles candidatos del PRI
es Luis Videgaray y por el PAN una de las candidatas es Margarita Zavala,
quienes resultan ser primos políticos.
“No hay sólo una
relación política hegemónica sino que también existen una serie de lazos de
parentesco, de relaciones fáciles de identificar a través de las genealogías de
los grupos de poder. Estamos hablando de una oligarquía de familias y grupos de
poder sustentados en derechos hereditarios o cálculos muy bien hechos”, dice
Rodríguez García, quien finalmente estima que todos estos grupos han adoptado
una línea ideológica proclive al neoliberalismo, con el objetivo de realizar
negocios al amparo del poder.