Ángel Rafael Martínez Alarcón | 21 agosto de 2015
Tribuna Libre.- En al año de 1821, fue muy importante para la
revolución de independencia del virreinato de la Nueva España, para poner fin a
los once años de la lucha fratricida entre padres e hijos, o más bien entre
españoles y criollos.
Las principales fechas: el abrazo de
Acatempam del 10 de febrero, entre Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide;
posteriormente se firma el Plan de Iguala con fecha del 24 de febrero; posteriormente se firman los tratados de
Córdoba del 24 de agosto, y finalmente
se firma el acta de independencia, 27 de septiembre, justamente en el
cumpleaños de . Agustín de Iturbide, se día cumplía 38 años de vida.
Cabe destacar que la traición fue la única de
la constantes durante los once largos años que duro el conflicto. Primero fue
una traición al interior del grupo de los conspiradores la que dio origen al
movimiento, adelantándose por espacio de 15 días antes. Finalmente el conflicto
llego a su fin, gracias a otra traición por parte de militares novohispanos del
ejército realista. Así el destacado militar Agustín de Iturbide, quien diseño
toda una estrategia para abandonar el bando realista para pactar el fin de la
guerra, con los insurgentes, eran ya una minoría militar desorganizada, sin
ninguna figura representativa de dicho bando; en las montañas del hoy estado de
Guerrero, Vigente Guerrero y por el centro de la intendencia de Veracruz,
Guadalupe Victoria, eran los únicos líderes de lucha que continuaba en favor de
la independencia. En la metrópolis; la Corona del Reino había regresado a su
titular Fernando VII.
El 21 de febrero de hace 194 años, se firma el Plan de Iguala,
diseñado por el genio militar de Agustín de Iturbide y avalado por Vicente
Guerreo. Eran los momentos políticos y
jurídicos encaminados para alcanzar la independencia.
Fernando VII, envía a mediados de 1821, a un representante de
la Corona a la
Nueva España, gobernada por espacio de tres
siglo desde 1521; el nuevo enviado ya no llega con el título de Virrey de la
España y demás atribuciones propias del cargo. Juan José Rafael Teodomiro
O’Donojú (1762 – 1821)
El 3 de agosto de 1821, arriba al puerto de
Veracruz, con el nombramiento deJ efe Político Superior y Capitán General de
Nueva España; una vez que prestó juramento al cargo en la ciudad de Veracruz,
inmediatamente establecieron los contactos así como las condiciones para pactar
con el grupo insurgente encabezado por Agustín de Iturbide y Antonio de Padua
María Severino López de Santa Anna, y Pérez Lebrón; se fijó la Villa de Córdoba
de la intendencia de Veracruz, la fecha
del 24 de agosto.
El joven Antonio López de Santa Anna, tuvo un
importante rol en el desarrollo de la firma de los tratados de Córdoba. Antiguo
militar realista, en 1821, se pasó al mando insurgentes, como lo hicieron un
bueno número de militares criollos, para finiquitar once años de una larga
guerra.
Antonio López de Santa Anna, se convirtió en el político militar de los
primeros 25 años del México Independiente, militar vencedor de fuerzas extranjeras, gobernador
de Veracruz y su libertador, once veces presidente de la República entre los
años de 1833 a 1855, sumando todos los once periodos presidenciales nos dan un
total de seis años. La historiografía oficial ha satanizado a: Agustín de
Iturbide y Antonio López de Santa Anna,
Porfirio Díaz, los malos y villanos del siglo XIX mexicano. López de
Santa Anna, escribió en sus memorias: El Virrey pretendía un tratado basado en
las condiciones contenidas en el Plan de Iguala, para así facilitar entre los
beligerantes la buena inteligencia. La proposición me agradó, juzgándola
adecuada a las circunstancias, mas me abstuve de serios compromisos de esa
clase sin conocimiento del primer jefe. Me reduje, pues, a inculcar al Virrey
la necesidad de entenderse con el señor Iturbide, primer jefe del Ejército
Trigarante, a fin de obtenerse un buen resultado. Mis observaciones parecieron
al Virrey fundadas y convino en ellas. Yo me encargué de comunicarlo todo al
señor Iturbide. Consecuente con lo ofrecido, escribí extensamente al primer
jefe manifestándole la buena acogida que mis ideas habían tenido en el ánimo
del señor O'Donojú y la importancia de su aproximación a Veracruz rápidamente.
En su solicitud destiné al capitán don José Mariño, ayudante de mi confianza,
quien puso mi comunicación en sus manos, en la hacienda del Colorado, a tres
leguas de Querétaro. El primer jefe, sorprendido agradablemente con mis
noticias, encomió mis servicios hasta la lisonja y dispuso en consecuencia
marchar luego a la villa de Córdoba. En su contestación me recomendó las
mayores atenciones al señor O'Donojú y que lo acompañara a Córdoba, donde
habían de verse. El general O'Donojú mostróse dispuesto a trasladarse a
Córdoba. Para inspirarle confianza, le aseguré que yo quedaba responsable de la
seguridad y consideraciones que su persona merecía. Su respuesta única fue:
estoy resuelto, nada temo escoltado por el valiente que asaltó esas murallas,
señalándolas. Los señores Iturbide y O'Donojú llegaron a Córdoba en un mismo
día. Concurrí a sus conferencias llamado por ellos y tomé una parte muy activa
en el feliz resultado que tuvieron. El 24 de agosto del mismo año firmaron el
célebre Tratado de Córdoba, que terminó la guerra e hizo concebir lisonjeras
esperanzas. Cfr: López de Santa Anna,
Antonio. 1905 Mi historia militar y política:.
1810-1874. Memorias inéditas. Vda de Bouret. México. 287 pp.
En el Archivo Histórico Municipal de Xalapa
“Rubén Pabello Acosta”, se encuentran una par de cartas informado sobre la
reunión del 24 de agosto de 1821. El
documento encontrado dice a la letra: 30 de agosto 1824. Acompaño a V. S. el impreso de los tratados celebrados en la Villa de Córdova entre los
señores teniente general de los ejércitos de España, Don Juan O` Donojú y D.
Agustín de Iturbide, primer jefe del ejército imperial mejicano de las tres
garantías: esperando que si lo tiene a bien se sirva disponerse celebralas
demostraciones de júbilo correspondientes a tan consecuencias resoluciones.
Dios . Cfr: AHMX. 1821. Vol 32 f386. El ejemplar señalado
no se encuentra en dicho volumen.
Los tratados firmados en la Villa de Córdoba,
constan de 17 apartados muy específicos para la declaración de independencia
así como el sistema de gobierno para la nueva nación, llamándose Imperio
Mexicano, así como la invitación al rey
Fernando VII o sucesores en línea directa para gobernar la imperio Mexicano.
Dando puntual cumplimiento a los signado el Plan de Iguala.