* Dejó su huella y lo fueron a buscar * Hacia
el culpable fabricado * ¿Y las amenazas duartistas? * Duarte,
apabullado en el Congreso * La complicidad del PRI * Rentería,
detenido y liberado * Hugo Ríos, Ricardo Alor, Flavino Ríos * El
diputado del alemanismo * Tres notarios y un nuevo fraude
Mussio Cárdenas Arellano | 08 agosto de 2015
Tribuna Libre.- Hay un nuevo
modelo de sicario: el que caza a su víctima, la sorprende, la viola, la
tortura, le descarga el arma y le da el tiro de gracia; sus huellas por todas
partes, vuelve a su guarida y aguarda ahí a que llegue por él la autoridad.
Algo así como matar y dejarse encarcelar.
Es único el
procurador de justicia del Distrito Federal, Rodolfo Ríos Garza, en el thriller
de la Narvarte, la ejecución del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, la
activista social Nadia Vera Pérez y tres mujeres más, una de ellas la
colombiana Mile Virginia Martín, cuya identidad por días se encubrió con el
apelativo de “Nicole”.
Fantasiosa su
mente, infinita su imaginación, vendía primero el fiscal capitalino la
hipótesis del robo, luego la del narco en un ajuste de cuentas y mañana quién
sabe.
Ríos Garza exhibe
a Daniel Pacheco Gutiérrez como uno de los participantes en la masacre ocurrida
en el departamento 401 del edificio marcado con el 1909 de Luz Saviñón, en la
colonia Narvarte, la tarde del viernes 31 de julio.
Lo halló por un
detalle que pareciera tan banal como insólito. Su huella digital aparecía en
algunos sitios del departamento. Cotejada en los archivos de la Procuraduría,
dio la identidad del rufián, un ex convicto que purgó condena por robo y
violación.
Daniel Pacheco es
un sicario, pero no tan sicario. Según el procurador Ríos Garza, estuvo
presente en la ejecución del periodista Rubén Espinosa, Nadia Vera, Yesenia
Quiroz, Mile Virginia Martín y la empleada doméstica Alejandra N.
Ahí estuvo pero él
no jaló gatillo alguno. Tampoco golpeó. Tampoco violó. ¿A qué fue entonces
Daniel Pacheco al domicilio donde se perpetró en multihomicidio? A robar y
seguro a dejar su huella para ser reconocido y luego a esperar pacientemente a
que el procurador Ríos Garza lo encontrara y detuviera.
Daniel Pacheco, de
41 años, pasado por la cárcel, dice que él no participó en la ejecución y según
las versiones difundidas en la prensa nacional, el procurador de Miguel Mancera
le cree. “Estuvo presente, pero no disparó”, dice.
Eso sí, cantó a la
sola instrucción de los agentes ministeriales, persuasivos como son, con el
tehuacán en una mano y la picana en la otra. A ellos les reveló la identidad de
los otros dos sujetos que participaron en el ataque, sus cómplices, ellos sí
responsables de las violaciones y de accionar las armas. Se les busca en las
delegaciones Iztapalapa. Tláhuac y Tlalpan. Daniel Pacheco fue detenido en la
delegación Coyoacán.
Según el
comunicado de la Procuraduría del DF, “el presentado tiene el carácter de
probable responsable, que no implica responsabilidad penal hasta que, en su
caso, lo determine la autoridad jurisdiccional”.
Según el portal de
Proceso, “el sujeto aceptó su participación en los hechos. Agregó que la
dependencia a su cargo tiene evidencias de que tres hombres involucrados en el
multihomicidio llegaron a las dos de la tarde al departamento y se fueron una
hora después.
“Tenemos evidencia
—dijo el procurador Ríos Garza— de que los probables responsables llegaron
minutos después de las dos de la tarde. Es decir, tenemos la evidencia donde
ellos salen poco después de las tres de la tarde, es decir, no estuvieron las
tres horas, sino estuvieron aproximadamente una hora en el departamento”.
A los tumbos va el
procurador capitalino, quien en el tema de armar telenovelas inverosímiles
compite con el fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, alias “Culín”.
Centra su pesquisa
en la ruta del narco, en la hipótesis de que los sicarios iban por la mujer
colombiana, la supuesta “Nicole” o “Simone” y que resultó ser Mile Virginia
Martín, y también en el robo.
No descarta
ninguna línea de investigación, incluida la de las amenazas que recibieran
Rubén Espinosa y Nadia Vera de parte de agentes policíacos del gobierno de
Veracruz. Pero en los hechos, nada apunta a que la investigación retome el
clima de hostilidad contra la prensa provocado por el gobernador Javier Duarte.
Una semana
después, la represión, la violencia, el hostigamiento, la amenaza, la
intimidación que sufriera Rubén Espinosa por su trabajo periodístico no se
traduce en acciones por parte del gobierno del DF, que permitieran conducir a
las razones del crimen.
Dice el procurador
Ríos Garza que “todas las líneas de investigación están abiertas”. Eso afirma
pero no se acredita con hechos, no se ve, no se percibe.
Suscita, pues, la
repulsa. Lo cuestionan y lo condenan en las redes sociales, en los espacios
libres, donde destaca el activismo social que era captado por la lente de su
cámara fotográfica, entre ellos el ataque a los ocho jóvenes alumnos de la
Universidad Veracruzana, el 5 de junio, a manos de un grupo parapolicíaco del
que se sabe fue entrenado en la Academia de Policía El Lencero. Sirve pues el dinero
del pueblo para financiar el porrismo de estado y que esos porros tengan
licencia para golpear y matar.
Hay simulación
cuando para dar con los asesinos de un periodista se omite su línea de trabajo,
cuando el impacto de lo que escribe, habla o difunde no es el eje de una
investigación judicial.
Dice Ríos Garza
que sigue los hechos ocurridos en Veracruz, pero centra la atención en el robo
y en la línea de la vendetta entre bandas dedicadas al narcotráfico.
Así va el fiscal
de Mancera, diluyendo la hipótesis de que a Rubén Espinosa, como a Nadia Vera
los mataron por su línea crítica hacia el gobierno de Javier Duarte, por
advertir que la prensa no sometida en Veracruz vive en un estado de represión
permanente, hostigada, espiada o comprada a través del chayote o el convenio de
publicidad.
Se advierte el
carpetazo, la salida fácil, las piezas unidas en un rompecabezas inaudito,
inverosímil, donde el robo se combinó con el narco y produjo un multihomicidio
en el que nada tuvo que ver el trabajo periodístico de Rubén y la actitud
crítica y contestataria, organizando a grupos sociales de Nadia.
Al depa de Luz
Saviñón llegó la muerte. Tres de sus emisarios irrumpieron en él. Dos dieron
paso a la bestialidad que brotaba de su interior. Sometían a sus víctimas, a
Rubén, Nadia, Yesenia, Alejandra y Mile Virginia. Lanzaban una descarga de
violencia, golpes a granel, tortura brutal.
Tres de las
mujeres –Nadia, Yesenia y Mile Virginia— pasaron por la agresión sexual,
violadas, ultrajadas. Luego recibirían por lo menos un disparo, el tiro de
gracia. Rubén y Alejandra también fueron ultimados con una descarga.
Dos de los
delincuentes actuaron como bestias. El otro no. Daniel Pacheco dice que estaba
ahí pero que él sólo fue a robar. Sus cómplices abusaron de las mujeres, él no.
Sus cómplices las tundieron a goles, él no.
Nuevo modelo de
sicario el que vende el procurador del DF: con principios, con ética, con
respeto, incapaz de violar pero sí de matar. Bruto el sicario, deja huellas
para después ser atrapado.
¿Difícil de creer?
Imposible.
Archivo muerto
Nadie como Javier
Duarte. Nadie tan imputado en el Congreso federal, hecho trizas por la
oposición, los panistas, los perredistas, PT, Movimiento Ciudadano, Morena,
acusando indolencia oficial, incapacidad, complicidad, pues corre sangre de
periodistas en Veracruz como en ninguna otra entidad, la última el asesinato de
Rubén Espinosa Becerril, de AVC, Proceso y Cuartoscuro. Que explique, pide el
PAN, por qué se han dado 14 asesinatos de comunicadores en el tiempo en que
Javier Duarte ha reinado en Veracruz y si hay implicación de funcionarios
públicos en el clima de hostilidad, la represión y en la muerte misma de los
periodistas. Advirtió en PRD que la semana próxima solicitará juicio político
al gobernador. “El juicio político no implica que sea ‘autor intelectual’.
Basta con que incumpla su responsabilidad constitucional de proteger a los
periodistas. Y lejos de protegerlos, los criminaliza”, afirmó Fernando
Belaunzarán, de la fracción parlamentaria del partido del sol azteca. Obvio,
PRI y Partido Verde fueron a mostrar que en complicidad no tienen rival.
Argüían las rémoras tricolores que a Rubén Espinosa, Nadia Vera y cuatro
personas más lo mataron en el DF y no en Veracruz y que todo indica que es obra
del crimen organizado y no asunto que tenga que ver con la libertad de
expresión. Bloquea el PRI que la investigación del crimen de Rubén Espinosa y
las cuatro mujeres en la colonia Narvarte sea atraída por la PGR. ¿Por qué? Si
se supone que no hay nada que esconder, que el móvil es el narco, no las
palizas que le daba el gobierno de Javier Duarte a los periodistas críticos y a
los activistas sociales, qué caso tenía negar que el caso lo tomara en sus
manos la PGR. Sea como sea, Javier Duarte fue masacrado como nunca... En su
auto, con su esposa y dos hijos, subido a una grúa, llegó Enrique Rentería
Zavaleta a Coatzacoalcos. No se bajó del vehículo cuando intentaron ejecutarle
una orden de aprehensión por falsificación de documento. Así lo trajeron a
Coatzacoalcos. Grotesco el nuevo ardid del fiscal “Culín”, alias Luis Ángel
Bravo Contreras, que sabía del amparo concedido en suspensión provisional al
abogado Enrique Rentería por el embuste de que falsificó el certificado médico
que demuestra que al procesado José Armando Salinas Linares lo torturaron
agentes policíacos en Las Choapas, que sufrió lesiones en el cuerpo, que lo
tuvieron retenido e incomunicado durante nueve días. A eso, tácitamente, se le
llama violación del debido proceso y con ello cualquier juez otorga la libertad
del detenido. En redes sociales difundía Enrique Rentería la imagen del portal
del Poder Judicial de la Federación en que consta la suspensión provisional.
Dice la subfiscal Samyra del Carmen Koury Colorado que ella oficialmente no
estaba notificada cuando se armó el sainete contra el abogado. Rentería
defiende a José Armando Salinas Linares, acusado de haber participado en el
secuestro de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes. Salinas Linares, alias “El
Panadero”, acusa tortura para incriminarse, y el médico Mario Poblete Hipólito
certificó que lo atendió en la Cruz Roja de Las Choapas, constando el hecho en
un certificado y en la bitácora ministerial. Asoma la corrupción, la vejación,
la tortura, la violación a la ley. Rentería llegó con su familia en el auto a
Coatzacoalcos. Pretendieron abrirle el auto con cerrajero. Fue internado,
impedido el paso a la prensa en otra más de los atropellos de Fisculín. Horas
más tarde, Enrique Rentería estaba libre bajo fianza, violado el amparo que le
concedió un juez federal. Deja ahí el mensaje el fiscal del duartismo: aún con
amparo, si así lo quiere, aprehende y encarcela. Pasan el Poder Judicial
Federal por un episodio de infamia, de vergüenza pura, pisoteados los jueces
por la arbitrariedad y prepotencia del fiscal del gobernador Javier Duarte. Que
habrá sanción, puede ser. Que habrá que pagar multa, la que sea al fin que sale
del erario público. Veracruz sin ley, en manos de filibusteros... Atropella Hugo Ríos y lo festina su padrino uno, Ricardo
Orozco Alor, y más su padrino dos, Flavino Ríos Alvarado. Atropella el líder de
la Red de Jóvenes por México, versión dirigencia municipal del organismo
priísta, a otros dirigentes que deseaban ser diputados en el Parlamento Juvenil
del Congreso de Veracruz y que hoy acusan que la elección fue una farsa. A
todos irritó Hugo Ríos, proyectado a un cargo de corte estatal sin mérito
alguno, acaso acarreando borregos del Instituto Tecnológico de Coatzacoalcos a
los mítines priístas y pepenando uno que otro voto en cada elección. Otros
jóvenes trabajan de tiempo atrás en el PRI, pegando propaganda, haciendo
gestión, ligados a las promotoras sociales. De ahí la ira de los líderes
juveniles del PRI que amagan con denunciar que la elección del diputado juvenil
fue una mascarada. Dejó pasmado al marcelismo y a su líder, Marcelo Montiel
Montiel, que no atina a ver que ya lo desplazan en su feudo. Ricardo Orozco
Alor es el guía del futuro diputado juvenil pero quien coloca esas piezas hacia
la sucesión en la gubernatura, es Flavino Ríos Alvarado, a favor del alemanismo
para quedarse con el gobierno de dos años... Irredentos, tres notarios gustan
del fraude con efecto a largo plazo. Dan fe de un fideicomiso en los 80;
certifican operaciones de compraventa en los 90, y avalan la reventa hace unos
meses. Si fueran del montón, ni en cuenta. Pero no. Son notarios con pedigrí,
acaudalados y afamados, así venga de la delincuencia lo que tienen y lo que
ostentan. Ya casi les cursan oficio de que enfrentan una denuncia, el fraude en
el horizonte judicial, un escándalo en el jet-set...
twitter:
@mussiocardenas