* Desde los recuerdos de una familia, el escritor
reconstruye la guerra de Líbano y revisa la construcción de identidad y
asimilación de los inmigrantes llegados a México en "La casa de las once
puertas", presentada en la FUL 2015
Pachuca de Soto, Hgo.| 15 septiembre de
2015
Tribuna Libre.- La nostalgia del
hogar, la reconstrucción de identidad y la asimilación en una tierra nueva se
convierten en los hilos conductores de la novela “La Casa de las Once Puertas”,
donde Carlos Martínez Assad se adentra en el conflicto armado del Líbano y los
procesos de integración y asimilación que enfrentaron los inmigrantes libaneses
a su llegada a México, a principios del siglo XX, a partir de los recuerdos
familiares y de infancia de su protagonista.
La novela editada
por Océano y presentada en la Feria Universitaria del Libro, FUL 2015, que
organizó la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y su patronato,
forma parte de una trilogía, junto con las obras “En El Verano, La Tierra” e
“Historia del Líbano”, donde el investigador y académico aprovecha los recursos
novelísticos para revisar desde una perspectiva más humana el conflicto armado
del Líbano y sus implicaciones en quienes decidieron dejar su patria para
buscar suerte en otro continente.
“Es una trilogía
sobre el vínculo, sobre la relación que tiene México con Líbano, un país
distante y muy pequeño, pero con una relación que los hermana y tiene mucho
sentido por la cantidad de inmigrantes que proporcionó a México ese país”, dice
el autor, tras recordar que esta influencia libanesa sigue presente en la vida
cotidiana de los mexicanos, a través de su gastronomía, símbolos masones, la
forma de hacer negocios e incluso los nombres y descendencia de algunas de las
familias más importantes del país.
"’En el
Verano, La Tierra’, habla del movimiento de migración, las dificultades que van
a tener los migrantes en el trayecto de Líbano a México y del trayecto del
nieto para conocer la tierra de la que han hablado sus abuelos. Es la pérdida
de la inocencia. En ‘La Casa de las Once Puertas’ tenemos al mismo personaje
pero en su infancia; ya no es el proceso de movilidad sino el asentamiento, la
integración de los libaneses a México”, precisa Martínez Assad y resume que
dichas características le dan unidad a la obra y van más allá, la superan.
“El descendiente
de inmigrantes rememora parte de una identidad que hace coincidir en tiempo y
espacio en parte de una conformación familiar de la que es heredero. ‘La casa
de las once puertas’ reconstruye una historia familiar a partir de los
recuerdos de un personaje (maestro rural, patriarca y abuelo del protagonista)
que se asimila a un contexto de voluntad, esfuerzo y liderazgo para marcar su
herencia de aculturación en su descendencia”, explica el investigador, quien a
lo largo de sus relatos hace una revisión del conflicto armado en Líbano, desde
las últimas décadas hasta su situación en el siglo XXI, dando como resultado un
país dividido con una sociedad terriblemente afectada.
Así pues, explica
que el objetivo de la novela es ofrecer una mirada cercana sobre el proceso de
asimilación de las comunidades inmigrantes a su llegada a México, sobre la
forma en que los viajeros se van fusionando con la realidad nacional y el
proceso de construcción de identidad propia en una tierra nueva que rápidamente
incorporó su descendencia dentro de la cultura mexicana.
“Hubo factores que
ayudaron a su incorporación, el hecho de ser cristianos; la facilidad con la
que adoptaron el español en lugar del árabe (lengua impuesta durante el proceso
de conquista en el Líbano) y la forma de crear una identidad propia al asimilar
la cultura nueva con sus propias tradiciones. Todo ello permitió que la
comunidad libanesa tuviera una asimilación más rápida que la de otras comunidades
de inmigrantes”, explica Martínez Assad, luego de señalar que está obra donde
la realidad y la ficción se mezclan para dar testimonio de una etapa histórica,
los migrantes libaneses se convierten en testigos de los procesos de imposición
religiosa sobre las comunidades indígenas mexicanas, de las luchas agrarias, de
la pobreza y de la desigualdad.
“’La casa de las
once puertas’, muestra once entradas y salidas por donde deambulan historias y
costumbres, olores y sabores, almas y espíritus, pensamientos y visiones que
son parte de la identidad, de una familia libanesa y un lugar que forman parte
indiscutible de la identidad”, precisa y subraya que los recuerdos de ese
patriarca libanés fueron pretexto justo para crear un reencuentro con el pasado
histórico, recurrir a los sitios originales de la emergencia familiar y generar
un encuentro íntimo que permite el reconocimiento de la identidad de los
descendientes de inmigrantes.