José Miguel Cobián | 11 septiembre de 2015
Tribuna Libre.- La vida te da
sorpresas… Sorpresas te da la vida… Fui al DF a ver un asunto con mi hijo, y se
me ocurrió llamar a un amigo periodista para conocer los últimos detalles de la
vida política en el Olimpo nacional. Nos citamos en una cafetería de Polanco, y
allí llegamos mi hijo y yo, caminando sofocados… Estábamos en el sabroso chisme
de la política nacional, midiendo causas y efectos, y sobre todo, en el
maravilloso arte de resolver los problemas del mundo ante una taza de café, y
que me llevo la sorpresa de la vida…
Vestido de traje
oscuro de rayas, con corbata roja que se aparece por allí el ex gobernador
Fidel Herrera Beltrán… Y se va a sentar a una mesa solito y su alma. Después me
enteré que tenía una cita con un jorocón de la política nacional, pero se le
había hecho temprano, y como todo ciudadano víctima del DF, no le quedaba otra
más que esperar a que llegara la hora de la cita.
A mi hijo y a mi
amigo les pedí disculpas, y decidí acercarme, pues acababa de leer una notica
de un supuesto desaguisado entre Fidel y Duarte. Y quería enterarme del chisme,
para sabe si era verdad o no. Además de investigar un poco si Fidel sigue
siendo el mandamás de Veracruz, como se rumora, o es parte de las leyendas urbanas
que día con día nos inundan y desinforman.
Total que agarro
valor y que me acerco. Lo saludé y puso cara de (y tu quien chingaos eres). Le
expliqué que vivo en Córdoba y que me daba gusto saludar al ex gobernador. Me
atrevía a violar el protocolo y le pregunté que si podía acompañarlo un
momento… Supongo que era mejor estar acompañado que solito en lo que llegaba su
cita y accedió. Me explicó que e le hizo temprano y comenzamos a romper el
hielo platicando de la crisis del café en todo el sureste mexicano. Me
sorprendió que estuviera tan enterado, pues supuse que eso ya no le importaría.
Pasamos por el tema de la caña de azúcar, y allí me apantalló más todavía.
Conoce al dedillo los detalles de la industria azucarera nacional. Sus
deficiencias y áreas de oportunidad.
Me platicó que
está trabajando de abogado en México, litigando asuntos… Algo inesperado de un
ex gobernador. Y ya entrado en gastos, me atreví a preguntarle si era verdad el
asunto del pleito con Duarte. Puso cara de sorprendido y hasta siento que le
molestó la pregunta. Pero ante la opción de seguir solo, a tenerme de damo de
compañía, me contestó: ¨Es Falso, no hubo ni la comida que dice el artículo, ni
la pelea que allí se menciona¨ Y luego sonriendo me comenta ¨Sólo hemos hablado
por teléfono, y eso, muy pocas veces, porque nos graba el enemigo¨.
Yo insistí, porque
quería saber sobre el supuesto Maximato. Y le pregunté que tal estaba su
relación con Duarte. En ese momento, sentí que asumía su papel de político,
pues la respuesta fue clara y contundente, pero con un aire institucional:
¨Sana, cercana, respetuosa relación de correligionarios. A mi partido, mi voto
y mi cuota¨. Esta respuesta me hizo entender que el Maximato no existe. Que si
es verdad que se enfriaron un poco en su relación, lo cual es normal. Hoy quien
manda en Veracruz es Duarte, no Fidel. Y punto. Pero no están peleados. Me
imaginé la relación entre un padre que cede el mando a un hijo, y luego le
cuesta un poco de trabajo aceptar que otro es el que manda, y él ya no ocupa el
lugar privilegiado que ocupaba, pero sin resentimientos.
¿Entonces que hace
usted en estos días? (pregunta tonta porque ya me había dicho que litigaba),
pero quería saber que hace un ex gobernador de Veracruz en el DF. Me dice:
¨Mire, a mi gobernador mi respeto y consideración, que le quede claro¨. ¨En
cuanto a que hago, estoy dedicado a escribir mi noveno libro, a la cátedra y al
litigio. De la política veracruzana estoy un poco alejado¨… Y yo en seguida
pensé ajá ¿Y Oaxaca? Y que le pregunto.
¨Me preocupa
Oaxaca y la juventud¨. En ese momento ya lo sentí un poco tenso. Me dio la
impresión de que notó que era una entrevista, en lugar de un encuentro casual
con un veracruzano. Aunque no me ubica como columnista, seguro se dio cuenta,
pues sigue tan brillante como siempre. Y sí, aunque moleste a muchos de mis
lectores, es un hombre muy lúcido y muy inteligente.
Regresé a sus
libros, y le pregunté como se llama el último, me dice ¨El poder, del poder
legislativo¨. En eso levanta la vista, y me dice. ¨Ya llegó la persona que
esperaba, mucho gusto. Espero tener la oportunidad de volver a compartir una
mesa con usted, buenas tardes¨. Me entregó su tarjeta de presentación que por
cierto dice su nombre y debajo, solamente dice ¨abogado¨, y se despidió con un apretón
de manos.
Amable,
inteligente, perspicaz, institucional, y abierto a que cualquier persona se
acerque a platicar con él. Eso me impresionó, pues yo pensé que un ex
gobernador tendría un séquito de guaruras, y aunque seguramente tenía algún
aparato de seguridad, éste era muy discreto, pues no los encontré por más que
miraba de un lado a otro.
Regresé a mi mesa.
Y me acosaron a preguntas. Mi amigo el periodista del DF me dijo que Fidel
tiene muy buena relación con el primer círculo del poder. Que es apreciado.
Pero que se mueve entre telones, más allá de los reflectores. Pasó una
minifalda con una mujer muy guapa dentro de ella, y eso nos distrajo, para
volver después a los chismes de cortesanos.
Al ciudadano común
quizá no le importe el tema. Pero a los interesados en la política si nos llama
la atención este tipo de detalles, y el rápido desmentido a un pleito que Fidel
afirma jamás existió en la condesa.