Oportunidad de oro para jóvenes escritores, la colección literaria René Avilés Fabila para autores menores de 30 años
* Una colección que refresca el panorama literario
de México convocando a los escritores jóvenes; el mejor homenaje que ha
recibido el escritor porque su nombre tendrá permanencia al lado de los
escritores que van emergiendo.
Pachuca de Soto, Hgo. | 04 septiembre de 2015
Tribuna Libre.- Se presentó en la
Feria Universitaria del Libro, FUL 2015, la Colección René Avilés Fabila, una
colección literaria que nace de la urgente necesidad de brindarle a los jóvenes
escritores, menores de 30 años, la oportunidad de ver su obra publicada.
Al amparo de la
editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Colección vio la
luz cuando el escritor, periodista y ensayista creador del suplemento “El
Búho”—convertido hoy en una revista online—, cumplió 50 años como escritor en
2014. Por eso la Universidad Autónoma del Estado de México, de la que Avilés
Fabila es Doctor Honoris Causa, ofrece el marco de la FUL 2015 para que esos
jóvenes escritores de dicha colección ocupen un sitio en el mapa literario de
nuestro país.
La planeación y
diseño de esta colección literaria con el nombre de René Avilés Fabila fue el
homenaje que la máxima casa de estudios de Puebla le brindó “en lugar de sólo
una ceremonia y un diploma como se estila comúnmente”, dijo el escritor y
prologuista de la colección.
René Avilés
Fabila, acompañado del poeta Dionicio Morales y de la maestra Corina Martínez,
Coordinadora de Fomento a la Lectura de la Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo, institución auspiciante y promotora de la FUL 2015 (a través de su
Patronato y Conaculta), mostró orgulloso los tres primeros ejemplares, de otros
tantos autores, que ya salieron de la imprenta y reveló la aparición de otros
cinco que ocuparán las estanterías, justo al finalizar esta 28 edición de la
FUL.
Los tres títulos
son la novela "Los elefantes son contagiosos", de Jorge Jaramillo
Villarruel; el cuento "Usted quería saber", de Ivonne Vira y
"Las paredes del laberinto", poemario de Miguel Martínez. Como puede
verse, la narrativa y la poesía ocupan sitio principalísimo en su repertorio.
Cabe señalar que
en agosto de 2014 la dirección de Fomento Editorial de la BUAP emitió la
convocatoria respectiva para formar parte de la colección, a la que enviaron
sus trabajos 34 jóvenes escritores de los que quedaron los tres textos
ganadores, cuya primera presentación al público se llevó a cabo en la sala
“Adamo Boari”, del Palacio de Bellas Artes, en enero de este año.
Dionicio Morales
dijo que cuando él y René Avilés eran jóvenes, no había revistas especializadas
como las hay ahora, “los jóvenes, que éramos nosotros, no teníamos becas, no
teníamos premios; se necesitaba haber pasado por una trayectoria literaria;
tuvimos suerte porque publicamos cuando jóvenes en la revista Siempre, en
Excélsior; nosotros vivimos eso, pero hay muchos jóvenes escritores que
deambulan con sus libros terminados bajo el brazo y no hay editorial que les
publique”.
“Por ello es
saludable y ejemplar —agregó—, que una Universidad pública como la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, haya inaugurado, dentro de sus proyectos
editoriales, una importante colección de libros exclusivamente para autores
jóvenes no mayores de treinta años —dirigidos también de alguna manera a los
lectores jóvenes que hablan el mismo idioma—, quienes empiezan a
profesionalizar su vocación literaria. Y dentro de esta colección hay algunos
nombres que publican por primera vez, y otros que ya tienen cierto camino
andado”-
Y prosiguió:
“También hay que decir que estamos acostumbrados a que un artista tenga que
morirse o llegar a los ochenta o noventa años para que pueda rendírsele un
merecido homenaje, ganado en buena lid por su aportación en la disciplina que
escogió con un trabajo de tantos años. Es raro que alguna institución oficial o
particular reconozca el valor de toda una vida de un personaje, que aunque bajo
los disentimientos de tirios y troyanos de que si es bueno o malo, quieran o
no, ha contribuido al panorama del arte en México.
“Hablando en
términos generales, el artista tiene que morirse o pasar a formar parte de los
hombres y mujeres que en la actualidad conocemos con capacidades diferentes,
para que les hagan programas de televisión, para que los suplementos culturales
de periódicos y revistas llenen sus páginas, o cuando ya se están muriendo. Y
eso me parece innoble, porque no hay mayores homenajes o festejos que
celebrarlo en vida como sucede con esta serie de libros que perdurarán con el
nombre de René Avilés Fabila”, apuntó Dionicio Morales antes de cederle la
palabra a René Avilés.
Por su parte, el
creador de “El Búho”, dijo que esta colección es el mejor homenaje que ha
recibido por sus 50 años como escritor: “Todos los homenajes son así: se junta
a los amigos para que hablen bien de ti, te dan un diploma, ahí se va uno
cargando el diploma y al otro día ni quien se acuerde; en cambio, esta
colección va a dar permanencia porque estará ahí, al lado de la literatura de
los jóvenes”.
Y después, con su
acostumbrado sentido del humor y sarcasmo, explicó cómo y por qué surgió y
desapareció en su edición impresa el suplemento que ahora es revista por
internet: “Toda mi vida he sido irreverente, y algo peor… tengo sentido del
humor, cosas que son prohibidas en México; los mexicanos son de una solemnidad
que verdaderamente me asusta. He visto, por ejemplo, al presidente de la
República actual, cinco veces, en comidas en actos sociales políticos, tediosos
totalmente; las cinco veces me lo presentaron, la última vez bailé, zapateé
para hacerme notar y conseguir algún empleo y el tipo nomás me veía y decía
“mucho gusto”; dije una de dos, o soy el hombre invisible de Wells o
definitivamente soy un tipo mexicano común y corriente del que no se percata
él; yo tampoco me acuerdo mucho; el copete, bueno, yo soy mucho mayor que él y
mi copete tiene derecho de antigüedad, así me peinó mi mamá, y por respeto a mi
madrecita santa, y porque todavía tengo pelo me sigo peinando igual”.
Señaló que “El
Búho” fue resultado de la irreverencia, del sentido del humor, de una actitud
contestataria, rebelde. Hicimos un periodismo distinto. Yo no escribía para
Monsiváis, ni para Elena Poniatowska, ¡eran de hueva! son aburridísimos, (o
eran, porque Monsiváis ya se murió, y ella sigue siendo aburrida)”, dijo
mientras el Auditorio Josefina García Quintanar se llenó de la risa de los
jóvenes que lo abarrotaron.
“Y eso me atrajo
lectores —continuó Avilés Fabila— y un diálogo de 13 años con ellos. Llegamos a
ser un punto de referencia. El Búho desapareció de manera enigmática, no me
dieron tiempo a decir ‘ya me voy’; no me pidieron la renuncia, me censuraron. Y
aquí viene la parte de mi lucha siempre contestaría: si a uno lo censuran una
vez, lo censuran dos y cuatro y ya se fregó. Y me censuraron porque pedí la
renuncia del presidente de la República, que era Ernesto Zedillo, y la pedí
porque dije “este tipo es un inútil, tiene que renunciar”.
“Ahora sigo
pensando igual de los demás presidentes, pero ya no pido su renuncia; porque la
que dieron entonces fue la mía. Me fui muy digno. Estaba yo en la FIL de
Guadalajara, cuando abro el sábado el periódico para ver mi brillante artículo
en contra del presidente, lo que era rarísimo en esa época, ahora ya cualquier
pobre diablo le mienta la madre al presidente. Antes no, antes se arriesgaba
uno de verás porque los presidentes eran como Díaz Ordaz o Luis Echeverría.
Nunca he estado de acuerdo con un presidente de la República en México”.
Así, con el logro
de un contacto con los estudiantes y académicos que conformaron el público de
la presentación de los libros con que dio inició la Colección René Avilés
Fabila, editada por la BUAP, el escritor “marxista-leninista, no de izquierda”,
como se calificó, mostró su satisfacción por presentarla en la máxima casa de
estudios del estado de Hidalgo, “porque ya soy ‘Garza’, antes era ‘Puma’, pero
yo voy donde me tratan bien, y aquí me tratan bien", finalizó.