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enero 28, 2016

Informe rojo… “El PRI es un lastre”, le dice Ahued a Héctor Yunes

* No será coordinador de campaña  * Primer desmarque  * Héctor defendiendo a Fidel, en 2010  * Un video explosivo  * “Culín” y su show  * OPLE Coatza: desatinos que violan la ley  * “Por cortesía” participa en sesión representante del PVEM  * PRI: los que pierden en Mina  * Wade, Saúl, Flavino, Orozco y Lu-pilla, al aire


Mussio Cárdenas Arellano | 28 enero de 2016
Tribuna Libre.- Ricardo Ahued no va. Dice que sean otros, que otros le lleven la campaña a Héctor Yunes, que sea para otros el reto, y también el riesgo, los que han caminado Veracruz y pueden dar mejores resultados. Y, claridoso como es, describe el por qué: “el PRI es un lastre”.

Mal y de malas, Héctor Yunes pierde a su principal activo cuando aún no inicia la batalla por el microbierno de Veracruz, Ahued Bardahuil, el mejor alcalde de Xalapa en los últimos tiempos, el del prestigio por su actuar, aunque haya sido pieza en el ajedrez fidelista.

Despeja la duda el pachuqueño avecindado en Veracruz, cuando todos, priistas y no priistas, daban por hecho que sería el coordinador de la campaña del senador con licencia, el oriundo de Soledad de Doblado que apenas el lunes 25 se registró como precandidato del PRI.

“Lo que sí tenemos es un lastre que se llama PRI”, dice el diputado por Xalapa, por si alguna duda quedaba, con razón de sobra, ponderando el descrédito que le viene al tricolor por los engendros que ha llevado al poder: Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, responsables mancomunados del Veracruz violento, del Veracruz endeudado, del Veracruz estancado, del Veracruz atrapado en la corrupción, del Veracruz en que la pandilla en el gobierno se enriquece y el pueblo cada vez es más pobre y marginado.

De ahí que Ricardo Ahued invoque ese lastre, abunde aún más y defina al PRI en su real dimensión: el PRI “es el que está haciendo el desastre en la sociedad”.

Habla con los medios y despeja la incógnita: no va. Le preguntan sobre la coordinación de la campaña de Héctor Yunes, con el que se la jugó, del que forma parte del círculo rojo, el grupo de los 25 hectoryunistas a los que alude el portal en internet Política al Día.

Ricardo Ahued sigue en el proyecto y exalta a Héctor Yunes, pero le sugiere el viraje, que defina su propuesta en cuanto los pensionados, maestros y jubilados, los apaleados de Javier Duarte en aquella gesta del 23 de diciembre, cuando las fuerzas del orden arremetieron contra los peligrosísimos manifestantes, unos en silla de ruedas, otros con muletas, otros cargando la edad, las canas, las arrugas, lo que les queda de vida. Y todos con una demanda: el pago de sus quincenas y su aguinaldo.

Para ellos, y los maestros, y los jubilados, le sugiere Ricardo Ahued a Héctor Yunes que marque la diferencia de su propuesta y plan de trabajo.

No regatea un solo elogio para el cuasi candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, así lo circunde ya el fidelismo, el duartismo, los rivales que le disputaron el espacio, que lo sabotearon y golpetearon a mansalva con sus textoprostitutos, pero que hoy van y le estrechan la mano, lo ensalzan y se suman a su proyecto, no con ánimo de fortalecerlo sino de que su desprestigio lo contamine y lo conduzca a la derrota. Así como el leproso que contagia para que nadie se acerque.

“Yo creo que Héctor Yunes tiene una carrera política limpia. No creo que tenga negativos para que la gente le esté reclamando”, dice Ricardo Ahued del aspirante a microgobernador.



Pero no paró ahí. Primero que “el PRI es un lastre”, o sea que hunde o no deja avanzar; luego que es el partido “que está haciendo el desastre en la sociedad”; finalmente el caos generado por el gobierno de Peña Nieto.

Refiere cáustico Ahued: Enrique Peña Nieto no está realizando un gobierno exitoso en el manejo de la economía y mucho menos en el tema de la seguridad.

“Lo vemos en lo económico. Con las reformas llamadas estructurales se ha intranquilizado a la sociedad y eso también le atañe a la sociedad y que no haya crecimiento. Pero si el candidato dice que va a remontar los activos del partido, que a nadie vamos a engañar, que va ser honesto, entonces vamos a poder contender de manera exitosa”, dice Ricardo Ahued.

O sea, los activos del PRI son negativos. Peña Nieto hunde a México y Javier Duarte hunde a Veracruz. Por asociación de ideas, el PRI es un lastre que hunde todo.

Activo político, según Ricardo Ahued, lo cierto es que Héctor Yunes carga con un pasado que lo hace frágil y vulnerable, presa de sus adversarios, un flan para su primo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares, virtual candidato de la alianza PAN-PRD al microgobierno de Veracruz, el de los dos años por una “insensatez” y un “capricho” de Javier Duarte, según HYL.

Acusa Yunes azul que Héctor Yunes fue un alfil de Fidel Herrera Beltrán y un peón de Javier Duarte. Apenas el sábado 16, lo vapuleó en el episodio de la familia y la mafia:

“Él estuvo al servicio incondicional de Fidel Herrera y de Javier Duarte y sigue sometido a ambos: eso no está a discusión y mal se ve negándolo.

“Durante éstos últimos casi doce años que en Veracruz se gestó la catástrofe que hoy vivimos, Héctor no sólo fue omiso, sino que colaboró activamente o con su silencio a que llegáramos a la situación de desastre que vivimos.

“Nunca, ni en el Congreso del Estado ni en el Senado de la República se escuchó su voz para oponerse a la corrupción, al desenfreno, a la complicidad con la delincuencia organizada ni de Fidel Herrera ni de Javier Duarte; al contrario, siempre apoyó las decisiones de la banda que se apoderó del gobierno, con acciones directas o con omisiones cómplices; tan graves una como otras, por eso hoy no puede llamarse agraviado”.

Héctor Yunes, según el diputado panista, forma parte del grupo gobernante que llevó a Veracruz al desastre.

“La historia hoy se registra minuto a minuto y sus palabras están al alcance de un teclado. Quienes patrocinan su campaña a gobernador y quienes patrocinaron su campaña a senador, son los mismos.

“Mientras Héctor disfrutaba de las mieles del poder —expresa—, yo denunciaba las complicidades con la delincuencia organizada de Fidel Herrera y la corrupción de Javier Duarte.

“La diferencia es sustantiva Héctor: tú y la famiglia (mafia aunque en italiano suene familia, como en español) de la cual formas parte, quieren que Veracruz siga por el mismo rumbo, que continúe en caída libre y que se encubra a los responsables. Nosotros, los otros, los demás, inclusive la familia, queremos que Veracruz cambie, que marche por el camino de la ley, de la seguridad, de la honestidad y de la justicia”.

A Yunes azul le faltó algo: la defensa abierta, contundente, de Héctor Yunes a Fidel Herrera Beltrán al ser difundidos los audios que acreditaban la intromisión y el desvío de recursos públicos del sultán de Nopaltepec, en la campaña de 2010, para entronizar a Javier Duarte en la gubernatura de Veracruz.

Héctor Yunes era líder del Congreso de Veracruz, frustrada su intención de ser candidato del PRI. Y era fidelista. Salió así al paso de la solicitud de juicio político contra Fidel Herrera por parte del entonces senador panista, Gustavo Madero.

“Me queda completamente claro —decía Yunes Landa el 24 de junio de 2010— que el único delito que en este caso se ha cometido, tiene su fundamento en la ilicitud de las grabaciones. Valdría la pena aprovechar el ánimo justiciero del senador Madero para solicitarle que también desde el Senado se identifique al autor de este delito, o más fácil, que simplemente se lo pregunte a su correligionario Nava, presidente nacional de su partido”. 

Atribuían los fidelistas y duartistas la filtración de los audios incriminatorios a Miguel Ángel Yunes Linares. Y de ahí la defensa de Héctor Yunes a Fidel Herrera. Primero el padrino y luego el primo.

“Se están haciendo los estudios periciales —dijo—. Se están haciendo los estudios con alta tecnología y hasta este momento, antes que se hagan públicos, que se harán, se ha comprobado que efectivamente ha habido manipulación de estas conversaciones privadas”.

O sea, Héctor Yunes contra Miguel Ángel Yunes por defender a Fidel Herrera.

O sea, el delito eran las grabaciones difundidas por el periódico Excélsior y no el contenido: los diálogos con Fogoso, la expresión de “reapendejado” con que definió al candidato Duarte, el plagio del jingle de Movimiento Ciudadano, los 10 millones para la campaña de Renato Tronco, el “dale a todos” para que Marco Estrada Montiel le invirtiera a su campaña a diputado por el distrito Coatzacoalcos Rural, el Robles Martínez succionador porque lo mismo le chupa al PRI que a la oposición. 

Refería Héctor Yunes que eran grabaciones de origen ilícito y que “forman parte de la guerra sucia en contra del PRI”.

Y había que defender a Fidel Herrera y Javier Duarte, como ahora le recuerda Yunes azul.

¿Activo político Héctor Yunes? No, ingrediente del lastre llamado PRI, el que ha provocado el “desastre en la sociedad”.

No arranca aún Héctor Yunes y su PRI ya es un lastre.

Archivo muerto

Y “Culín” se pone digno. Reclama el fiscal a los medios que difundieron el hallazgo de los cadáveres de los cinco jóvenes levantados en Tierra Blanca porque hasta la medianoche del martes 26 nada había al respecto. “Es falso —vocifera Luis Ángel Bravo Contreras— que se haya tenido una cuestión como lo que se está mencionando en unas notas irresponsables, falsas y crueles, ya nosotros emitimos el boletín. Es cruel para las familias emitir esta información. Cualquier medio debe confirmar una información tan seria como ésta”. Y sí, hay que confirmar, por ética, por responsabilidad y por profesionalismo. Pero “Culín” peca de lo que se duele. Ha de recordar el caso de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, secuestrada y asesinada en Coatzacoalcos en 2014. Sabíase el desenlace fatal, difundido en redes sociales a partir de información interna de la entonces Procuraduría de Veracruz. Se conoció la identidad de los asesinos, el modus operandi, el móvil de la canallada. Y “Culín” hermético, como ahora. Daban falsas esperanzas a los padres de la niña. Jugaban con la angustia, jugaban al rescate y la salvación. Era el fiscal y el mismo gobernador Javier Duarte, a sangre fría, diría Truman Capote, sin escrúpulos. No querían que un hecho de sangre empañara la cumbre de senadores priistas y del Partido Verde que se realizaba en Boca del Río. Eso fue irresponsable y cruel, digno de hienas, propio de verdugos sin corazón. Jugar con los tiempos, y con el dolor, es el sello del fiscal. Así aterriza la tragedia. Por la mañana del martes decía “Culín” que “en un par de horas” tendría información sobre el paradero de los cinco jóvenes. Pero no. Llegada la noche sólo habló para reclamar la versión del hallazgo de los cadáveres. Algo así como “a los muertos los tengo que anunciar yo”. Qué espectáculo… Si el caos tiene nombre se llama OPLE Coatzacoalcos Urbano. Priva ahí la desorganización, inexperiencia, ignorantes los consejeros en torno a la mecánica electoral. Ni idea de que el Órgano Público Local Electoral en el distrito es sólo auxiliar; el peso de la elección lo lleva el Instituto Nacional Electoral (INE), que designa supervisores y capacitadores, y estos seleccionan a quienes serán funcionarios de casilla. Un detalle exhibe que el OPLE anda en la luna: admitió en la sesión de instalación al representante del Partido Verde, Miguel Romero Valladares, sin que el ivanista tuviera acreditación oficial de su partido. “Fue por cortesía”, esgrimieron cuando se les hizo ver la metida de pata. “Por cortesía”, pero violando la ley. Va en camino la impugnación que echaría abajo la sesión, su contenido y lo que de entonces a la fecha haya acordado el OPLE en el distrito Coatzacoalcos Urbano… Pierden todos en Minatitlán y gana Nicolás Ruiz Rosete. Pierden la nominación a candidato a diputado local por ese distrito Ricardo Orozco y su padrino Flavino Ríos Alvarado, el secretario de Gobierno que ya senil gusta de aplicar la fuerza pública a todo el que se manifieste; pierde Saúl Wade León, l’enfant terrible, tesorero y alcalde real de Minatitlán, el de las obras falsas, los 117 millones que le jodió a la Federación y el engaño al Órgano de Fiscalización Superior y a la Auditoría Superior de la Federación, y su papá, el cacique petrolero de la Sección 10, Jorge Wade González, y su mamá, Reyna León Cheluja, la reina de los casinos, que querían ver a su malandro retoño haciendo de las suyas en el Congreso de Veracruz; pierde Guadalupe Porras David, alias Lu-pilla mayor, que infla al Chatarrero, alias Javier Soberano, para meterle un gol a Miguel Ángel Yunes Linares y hacerlo candidato de la alianza PAN-PRD y así el fidelismo llegue al Congreso estatal. Destrozado el PRI, Wade y su engendro político, Flavino y su peón, Lu-pilla y su títere recoge fierro, todos terminaron cediendo la candidatura al ex síndico Nicolás Ruiz Rosete, a quien suponían ya lo habían confinado en el panteón del PRI… 


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