* Caso Veracruz: el PRD rojo no pudo *
Basave: la renuncia y la podredumbre * La alianza va * Alerta en el
PRI * Acuerdo de cuatro * El Pato Silva y Erick, metidos con
calzador * El pepeyunismo de Edgar * Candidato independiente en
Coatza * Otro que compra avión * Eva Cadena por Morena en el
distrito 30
Mussio Cárdenas Arellano | 14 enero de 2016
Tribuna Libre.- Mínimo, que Javier
Duarte reserve su crujía y su celda. Le esperan días en la sombra, enfrentado a
la justicia por el saqueo a Veracruz, por el desgobierno con el que atropella y
reprime, por la ola de sangre, acosado por Yunes azul, que promete refundirlo
en la cárcel y desterrar del poder al priismo fiel.
Lunes crítico en
el Partido de la Revolución Democrática. Martes fatal en el PRI. Fatal para el
duartismo pues ese día despertaron los priistas con una alianza, la del
PAN-PRD, que se suponía ya habían frustrado y que amaga con llevarse la
elección de gobernador y el Congreso de Veracruz.
Lunes 11. Capotea
el PRD su última crisis. Ante el embate de las tribus antagónicas a Nueva
Izquierda, corriente controlada por los Chuchos Ortega y Zambrano, y la
embestida del senador Héctor Bautista, esquirolazo de marras, retirándole
facultades para suscribir alianzas, su líder nacional, Agustín Basave, se
inmola en una renuncia que coloca al PRD al borde del colapso. Esa noche es
crucial para el caso Veracruz.
Basave juega con
el perredismo y les dice que se va, y esgrime que su proyecto de alianzas es
vital para rescatar del infierno al PRD. Y los llena de reproches. Dimite el ex
seguidor de Luis Donaldo Colosio y les dibuja un escenario de traición,
entreguismo al PRI, prostitución política, cobrando por sabotear al partido del
sol azteca y sometiéndose a los caprichos de los gobernadores del tricolor.
Son los
perredistas las corrientes más enconadas entre todos los partidos políticos de
México, “plagadas de animadversiones tribales”, precisa.
Áspera, la
renuncia describe al PRD mercenario —“aves carroñeras”, les dice—, perredistas
que gustan de la calumnia y la descalificación, sátrapas que se placen de “no
contrariar al PRI-gobierno”.
Basave retrata al
PRD y lo que las tribus suelen hacer: “Sabía de las heridas de guerra —planteó—
que han marcado a sus corrientes, de las pugnas entre dirigentes, de la
cercanía al priismo de algunos de ellos, de las corruptelas en varios de
nuestros gobiernos”. Algo así como el PRD rojo de Veracruz.
Pero una cosa era
lo que sabía y otra lo que terminó viviendo.
ADN, la tribu de
Héctor Bautista, la que con mayor fuerza impulsó la llegada de Agustín Basave a
la presidencia nacional del PRD, fue la que lo orilló a la renuncia. Le
cuestionó su política de alianzas, pese a haber conseguido igual número de
candidaturas que el PAN para contender en las elecciones que habrá de
celebrarse este 2016.
Es renuncia pero
huele a chantaje. Fue el arma de Agustín Basave para conducir a las corrientes
maiceadas hacia un callejón sin salida. Y ahí las obligó a ceder.
Decía el líder del
PRD que sus enemigos se reirían, que lo tildarían de ser un académico temperamental,
que se excedió en su antipriismo y su aliancismo, “y los peores, los que están
al servicio de este PRI-gobierno que ha elevado la corrupción a niveles
históricos, me seguirán calumniando y recurrirán a todo tipo de
descalificaciones”.
Luego lanzó dos
frases demoledoras: “Las aves carroñeras, por desgracia, abundan en el entorno
político. Eso sí, voy a dejar muy claro cuáles son las razones de mi decisión”.
Agustín Basave a
medias profundizaba. Sabía quiénes y cuánto cobraron, la mecánica del sabotaje,
pero se centró en el contrasentido de haberle autorizado a negociar alianzas
con el PAN y simultáneamente desvirtuar el resultado de esa negociación hasta
retirarle el apoyo.
El 7 de enero 15
miembros del CEN del PRD suscribieron un comunicado descalificando la política
aliancista de su líder nacional. Votaron y lo hicieron público en el momento en
que Agustín Basave trababa acuerdos con el PAN. Era la mala leche amarilla. El
otro punto fue el caso Puebla, que el dirigente condicionó a que el gobierno
estatal panista liberara a miembros del PRD detenidos en cárceles y que la
alianza en Tlaxcala sea encabezada por el sol azteca. Si no les cumplen, el
PRD no le entra.
Agustín Basave fue
objeto de una filtración. El 22 de diciembre dijo que si el perredismo le
rechazaba las alianzas, renunciaría. El caso Veracruz estaba en el centro del
conflicto.
“El audio de esa
sesión —sostuvo— que en un acto de traición se filtró a los medios tenía como
propósito precisamente reventar las alianzas que el priismo quiere impedir a
toda costa, primordialmente la de Veracruz y secundariamente la de Hidalgo y,
de paso, beneficiar al gobernador poblano”.
Hacia las 8 de la
noche, el PRD se sumió en la incertidumbre. Agustín Basave entregó su renuncia
al Comité Ejecutivo Nacional y convocó a debatirla y a votar sobre la
viabilidad o no de alianzas en los casos Veracruz y Oaxaca. Se estableció un
receso.
Cuatro horas
después, a medianoche, la cúpula del PRD nacional retomó la discusión. Ya de
madrugada, cerca de las 2 de la mañana del martes 12, el caso Veracruz pasó. Lo
aprobó el consejo por abrumadora mayoría: 24 a uno.
¿Qué reventó al
PRD rojo? ¿Qué lo hizo cambiar radicalmente de posición? ¿Qué o quién lo
doblegó?
Una versión
obtenida en el PRD nacional sostiene que Agustín Basave y su círculo más
estrecho contaban con información clave del maiceo de gobernadores priistas a
sectores estatales del PRD para oponerse a las alianzas con el PAN.
Danzan los
millones hacia el perredismo oficialista. Hay evidencia de quién operó la
compra de conciencias, cómo y cuánto pagaron, y qué consejeros se prestaron al
plan del PRI para descarrilar la alianza.
Entre las 8 y las
12 de la noche se les corrió la película. Y ahí acabó la asonada.
Por la noche del
martes 12, Agustín Basave desechó su renuncia. Logró, dijo, un buen acuerdo con
el CEN del PRD; le respetaron sus facultades para negociar alianzas con el PAN,
y se queda en el cargo.
Era show. Usó la
renuncia como arma de presión, obligadas las tribus a replegarse para no
agravar la crisis interna, el caos en que se mueve el PRD. Si Basave dimite
sería el último clavo en el ataúd del sol azteca.
“Por respeto a mí
mismo debo renunciar”, expresó al colosista amarillo. Y faltándose al respeto
se quedó.
Veracruz es clave
en la próxima elección. Quien gane controla la tercera reserva electoral del
país, que será determinante en los comicios presidenciales de 2018.
Y es clave la
alianza PAN-PRD para frenar el fidelismo y su versión degradada, el duartismo.
Del proyecto de
alianza hablaban con desprecio Javier Duarte y su pandilla. Entre ellos, el más
rasposo ha sido Alberto Silva Ramos, alias El Pato de Tuxpan, que todo el
tiempo la dio por muerta.
Cuando se
constituyó, vía el acuerdo de los consejos estatales del PAN y el PRD, lo menos
que expresó era que se trataba de una alianza de odio y que el PRI la
derrotaría en las urnas.
Al dejar Juan
Bueno Torio las filas panistas, acusando que hay dedazo y que ese dedazo
favorece al diputado federal Miguel Ángel Yunes Linares, la inquina de Silva
Ramos no dejó de significar su discurso.
Pronosticó una
desbandada que no se dio. Partió el ex senador Bueno Torio, pero sus
estructuras permanecieron al interior del PAN.
Yunes Linares
fraguó la alianza, se allegó el respaldo de diversas corrientes al interior del
PAN y pactó un acuerdo que les garantiza a todos espacios en el gobierno de
Veracruz y el Congreso estatal. Lo otro era buscar al PRD y sacar el acuerdo
nacional, como fue.
Vengativo mas que
justo, Yunes Linares libra su propia batalla contra Fidel Herrera y Javier
Duarte, sus obsesiones seniles, sus fantasmas de cabecera. Les pinta un
infierno si llega al minigobierno de Veracruz, el de los dos años, y advierte
que el gordobés estará en la cárcel en diciembre de 2016, apenas deje el cargo.
Vía la alianza
PAN-PRD, ofrece llevar a Javier Duarte a prisión, que pague por el saqueo a las
arcas públicas, por el enriquecimiento descomunal de él y su pandilla, por el
hundimiento del gobierno de Veracruz, atrapado en un endeudamiento sin freno, el
derroche y el dispendio, el pacto con las mafias criminales y la impunidad que
deriva de la complicidad.
Que Javier Duarte
vaya reservando su crujía y su celda.
Archivo muerto
Fraude hasta en el
acuerdo de los cuatro. Lo suscriben Pepe y Héctor Yunes, creídos que serían los
únicos aspirantes priistas al gobierno de Veracruz —domingo 10— y minutos
después ven sus nombres junto a los de Alberto Silva Ramos, alias el Pato de
Tuxpan, y Erick Lagos Hernández, los hijos de la fidelidad y el duartismo. Lo divulga
en Twitter Javier Duarte cuando se suponía era algo interno, un formato del
PRI. Así encarta a los suyos el gobernador, metiendo la cuña, orillando a
negociar espacios en el Congreso y en el próximo gabinete si es que el PRI gana
la elección de junio. Obvio, se encrespa Pepe Yunes. Héctor no, pues anda en
brazos del duartismo, sin brío, sometido. “Los candidatos del gobernador —le
dice a XEU— son el presidente del comité directivo estatal del PRI (Alberto
Silva Ramos) y el coordinador de los diputados federales (Erick Lagos). Ellos
son fichas del gobernador. Como lo hemos dicho, Héctor por su lado y yo por el
nuestro representamos dos expresiones distintas dentro del PRI que estamos
compitiendo por tratar de ganar el respaldo y apoyo y confianza de la base de
la militancia”. Agrega: “Erick Lagos siempre estuvo en la imaginaria, es una
dinámica y es un ejercicio que hace el CEN del PRI”. Pepe Yunes reitera que
sólo Héctor o él se registrarán como candidatos: “Vamos a ponernos de acuerdo
para competir con los restantes que hay (…) Uno de los dos tendrá que
registrarse; o me registro yo o se registra Héctor Yunes una vez que salga la
convocatoria”. Dicho en cristiano: Javier Duarte se las volvió a hacer…
Pepeyunista declarado, Edgar Hernández ve en el senador oriundo de Perote a un
político fresco, de buena fama, que no negocia impunidad para el duartismo, que
no paga ese precio por ser gobernador. Lo reportea a diario el autor de la
columna Línea Caliente, lo consulta y lo cuestiona. No por ello niega la realidad
política. Pepe Yunes despuntó y fue el líder en la carrera priista hacia la
nominación, el de los mejores referentes, Videgaray y Meade, pero para ser
candidato del PRI al gobierno de Veracruz debía negociar. Y prefirió no ser.
Así lo reporteó Edgar Hernández. Ungido Héctor Yunes, porque el senador choleño
sí pactó con el duartismo, Edgar lo dijo y lo sostuvo, pese a su pepeyunismo.
No abandonó el barco. Así es el periodismo, reflejo de la realidad. Y la
realidad, aunque no agrede, hay que decirla. “¡Es Héctor!” cabeceó Edgar en su
Línea Caliente, aunque los pepeyunistas imaginaran que habían saltado a otra
nave y los hectoryunistas crean que les anda quitando la chamba. “¡Es Héctor”!,
dijo aunque ya otros lo habían afirmado, sólo que el impacto del análisis de
Edgar Hernández prendió mucho más. Y es Héctor porque fue el que sí quiso
negociar. Pero Edgar, premio nacional de periodismo, sigue concibiendo a Pepe
Yunes como la mejor opción para el PRI… Raúl Ojeda Banda va como candidato
independiente. Se postula el ex líder de la Cámara de Comercio para contender
por el distrito de Coatzacoalcos urbano, apoyado en las estructuras panistas de
Juan Bueno Torio. Anuncia que se registrará el 19 de enero y de ahí recabará
las más de 6 mil firmas de ciudadanos que lo respaldan. Ojeda Banda fue un
férreo crítico del sistema cuando lideró la Canaco, su índice señalando el mal
ejercicio de gobierno, a funcionarios sin compromiso o que incurrían en actos
de corrupción. Fue director de Desarrollo Económico en el ayuntamiento de
Coatzacoalcos y forjó un grupo que se insertó en diversas cámaras de servicios.
Actualmente es vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial en el estado
de Veracruz… ¿Quién es ese aspirante a diputado local que recientemente
adquirió un pequeño avión de segunda mano, algo desvencijado, con el cual se
suma a aquellos que una vez que se trepan al ladrillo o se montan en los
avioncitos de la feria ya se sienten El Señor de los Cielos? Dos pistas: no es
Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— pero sí es del sur de Veracruz, y el
vendedor es un polémico priista que presume de ser veracruzano pero es un
veracruzano postizo… Eva Cadena será la candidata del Movimiento de
Regeneración Nacional a diputada local en el distrito Coatzacoalcos rural, el
distrito 30. Ex panista, regidora en tiempos de Antonio Pouchoulén Cárdenas en
Las Choapas, empresaria de la industria del hule, operadora del Peje López
Obrador, se enfila hacia una postulación que dará mucho de qué hablar. Ya fue
palomeado su nombre por el alto mando de Morena en Veracruz. Crítica de Renato
Tronco Gómez, el ex cacique choapense, a Eva Cadena la hicieron víctima de un
atentado cuando fungía como edil: un día su camioneta recibió el impacto de una
bomba molotov y se incendió en su totalidad. El hecho quedó ahí, impune…