* Reforma sacude al PRI * Jefe de plaza
habría operado su campaña * ¿Hacia una narcoelección? * Pepe Yunes:
la inseguridad puede castigar * Tonatiuh: riesgo en la conurbación
*Tres semanas y los jóvenes no aparecen * Bien pelado el PRD en Coatza
Urbano y Rural * Marcelo, a salvar a su pupilo Víctor
Mussio Cárdenas Arellano | 03
febrero de 2016
Tribuna Libre.- Algo llama a Tarek
Abdalá al bajo mundo. Y no por algo menor, implicado ahora con un jefe de plaza
del Cártel Jalisco Nueva Generación, presunto operador de su campaña,
acarreador de votantes, financiero el día de la elección. Así pues, pasó a ser
mediáticamente el narcodiputado por Cosamaloapan.
Sacude Reforma al
PRI, a los priistas, a las estructuras fidelistas y duartistas, y a Veracruz,
pues son conocidas de sobra las mañas del ex tesorero del gobierno estatal pero
era inimaginable que para llegar a San Lázaro hubiera tenido que valerse del
apoyo de los emisarios del crimen organizado.
Lo liga con el
empresario Francisco Navarrete Serna, detenido por la Gendarmería Nacional, el
21 de enero, aunque la versión de los familiares es que fue la Fuerza Civil de
la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz la que lo aprehendió y luego
incurrió en un montaje para matizar la violación al debido proceso.
Refiere Reforma
que “según testimonios… el presunto narcotraficante (Navarrete), apoyó en el
traslado de personas a mítines; la entrega de playeras, tortas y cervezas, y en
garantizar que el sufragio en la urna fuera para Abdalá en 2015”.
Tarek Abdalá
aparece en una fotografía con Francisco Navarrete Serna, supuesto jefe de plaza
del Cártel Jalisco Nueva Generación.
A Navarrete se le
imputa la desaparición de los cinco jóvenes levantados por la policía estatal
en Tierra Blanca cuando se dirigían de Veracruz a Playa Vicente, su lugar de
origen, el 11 de enero.
Una vez en las
manos criminales de la policía, fueron entregados a un grupo delincuencial, el
Cártel Jalisco Nueva Generación, y de entonces a la fecha nada se sabe de
ellos.
Ahora el escándalo
revienta en Cosamaloapan, el distrito de Antonio Tarek Abdalá Saad, fidelista
en sus inicios, a las órdenes de Rosa Borunda, esposa del ex gobernador Fidel
Herrera Beltrán, en el DIF estatal, y en el duartismo donde ocupó la tesorería
de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
Santo, por
supuesto, no es. Sobre Tarek Abdalá pesan denuncias de la Auditoría Superior de
la Federación que lo implican en la malversación de más de mil millones de
pesos, recursos provenientes del gobierno federal, presuntamente aplicados pero
sin demostrar dónde y por qué, sin solventar las inconsistencias y la
normatividad.
“De acuerdo con
los testimonios en Tierra Blanca —agrega Reforma—, el presunto capo (Navarrete,
no Tarek), de 54 años, contaba con el apoyo gubernamental, en especial, de la
Policía de Veracruz. A Navarrete se le identifica como uno de los principales
operadores del PRI en Tierra Blanca y en todos los casos apoyó a sus
candidatos”.
Dice el reportero
Benito Jiménez, asignado por Reforma para cubrir temas relativos a Veracruz,
que Navarrete Serna “es mencionado en el poblado (Tierra Blanca) como
colaborador en ‘tareas de limpieza’, es decir, en señalar a presuntos
delincuentes que operaban en el municipio para que fueran detenidos”.
Sostiene Reforma
que Navarrete Serna, en la campaña de Tarek Abdalá “apoyó en el traslado de
personas a mítines; la entrega de playeras, tortas y cervezas, y en garantizar
que el sufragio en la urna fuera para Abdalá en 2015”.
Asegura Reforma
que de acuerdo con testimonios obtenidos en Tierra Blanca, “el presunto capo,
de 54 años, contaba con el apoyo gubernamental, en especial, de la Policía de
Veracruz”. Y agrega: “A Navarrete se le identifica como uno de los principales
operadores del PRI en Tierra Blanca y en todos los casos apoyó a sus
candidatos”.
Cita que en 2013
Navarrete Serna apoyó a su cuñado Obet García Díaz, quien aspiraba a ser
alcalde de Tierra Blanca. “Era el encargado de otorgar las facilidades para los
candidatos del PRI y del PVEM”.
Dice que en la
elección de Obet García, su cuñado, “acompañado de un grupo armado, Navarrete
robó varias urnas para favorecer a su candidato, que a la postre perdió”.
Con Tarek Abdalá
fue diferente. En 2015 fueron otras las condiciones electorales y el ex
funcionario de Rosa Borunda y ex tesorero de Javier Duarte arrasó en la
elección federal.
“Navarrete lo
apoyó para juntar gente, en la entrega de playeras, tortas y cervezas, y por
supuesto, en garantizar que el sufragio en la urna fuera para el priista”, dice
Reforma.
Mal día para el
joven diputado federal, el señor de Cosamaloapan y la cuenca del Papaloapan,
donde surca las aguas el yate extremadamente lujoso de Javier Duarte y donde
los pescadores refieren que ahí, hasta donde la vista llegue, “es del señor
Tarek”.
Horas después,
Tarek aclaró, desmintió, tratando de desvirtuar el golpe y negó que tuviera
relación con Navarrete. Pero lo hizo con un mensaje en la red social Twitter.
“En relación con
la persona que publica hoy Reforma, no lo conozco ni tengo vínculo alguno.
Durante mi campaña me tomé miles de fotos”, escribió.
Casi una hora
después, envió otro tuit: “Lamentable que Reforma base su nota en una débil
investigación; niego cualquier vínculo con el ‘repartidor de cervezas’ a que se
refieren”.
Luego diría: “Ese
tipo de acusaciones no sólo me afectan a mí sino también afectan al distrito.
Creo que es importante dejar en claro que yo no tengo absolutamente nada que
ver con este personaje, no tengo vínculo alguno y él no tuvo nada que ver con
mi campaña y lo importante, tiene que quedar muy en claro, yo quiero dar un
buen nombre a mis hijos y creo que con situaciones como estas, donde con
mentiras están intentando difamarme, son totalmente muy mal recibidas de mi
parte”.
Nada convincente
el diputado federal, un rato después sintió el embate de legisladores panistas,
encabezados por el senador Fernando Yunes Márquez, hijo del cuasi candidato de
la alianza PAN-PRD al gobierno de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, quien
promete enviar a prisión a Fidel, Duarte y su pandilla, en lugar preferente
Tarek Abdalá.
“Este caso de
Veracruz —señaló Yunes Márquez— está claramente comprobado: el cuñado de
Francisco Navarrete Serna, detenido como lugarteniente del Cártel de Jalisco
Nueva Generación, fue el candidato a presidente municipal del PRI en Tierra
Blanca, apenas en el año 2013, y esta misma persona es quien el propio
gobernador Javier Duarte, la semana pasada, da como presunto responsable de los
cinco desaparecidos en Tierra Blanca, y es quien hoy queda plenamente
confirmado que fue uno de los coordinadores y quien financió y ayudó a la
movilización de la campaña del candidato a diputado Tarek Abdalá”.
El coordinador de
los diputados panistas, Marko Cortés Mendoza, instó al líder nacional del PRI,
Manlio Fabio Beltrones, a informar “qué tipo de vínculo hay en Veracruz con sus
sus operadores políticos, con sus candidatos con la delincuencia organizada”.
Y abundó:
“Nosotros
solicitamos que el presidente nacional del PRI nos informe qué es lo que está
pasando en Veracruz, ¿acaso se está preparando una narcoelección?, y también
queremos exigir que el diputado federal priísta vaya ante las autoridades”.
Otro diputado del
PAN, Fernando Herrera Ávila, expresó que Tarek Abdalá “debe responder por las
acusaciones que lo vinculan con narcotraficantes” y exigió a Javier Duarte de
convertir a Veracruz en el “reino de la impunidad”.
Y remató: Tarek
Abdalá está vinculado con una red de extorsión de empresas locales.
Respondió Tarek
Abdalá a Reforma, vía su derecho de réplica. Dice que la nota es irresponsable,
que son falsas las imputaciones, que niega cualquier vínculo con persona o
grupo delictivo, que su prestigio está a la vista de todos y que pone a
disposición de la autoridad toda información que requiera en caso de existir
alguna indagatoria.
Sólo contra el
mundo, el ex funcionario de confianza de Rosa Borunda, el señor de los dineros
de Javier Duarte, lo único que ve es que nadie mueve un dedo por él. Quizá
sientan los duartistas y fidelistas que si algo hubiera a todos los alcanzaría
el fuego.
Y algo hay. Cesar
Camacho Quiroz, líder de la mayoría priista en la Cámara de Diputados, señalaba
que no habría defensa de Tarek Abdalá.
“El Partido
Revolucionario Institucional (PRI) no meterá las manos al fuego por el diputado
federal Antonio Tarek Abdalá Saad, señalado de tener presuntos vínculos con el
Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El PRI es un partido político. Las
personas somos responsables de nuestros propios actos”, dijo Camacho Quiroz.
“Si hay alguna
investigación que siga, que se profundice, que se haga con absoluto sentido de
la responsabilidad. Y cada quien, porque las conductas penales son personales e
intransferibles, afrontará las consecuencias. Por ahora lo que hay es una
fotografía”, remató.
Qué lío. Alto como
es, Tarek Abdalá es llamado hacia el bajo mundo. Si no lo acusan de desvío de
miles de millones de pesos del erario, lo implican con un jefe narco, operador,
coordinador, mecenas, “repartidor de cervezas” en campaña, como llamó a
Navarrete.
Tiro mortal. Ha de
saber que el agravio tiene su precio. Sus palabras son un desenfreno, un
auténtico suicidio.
¿Qué habrá dicho
Navarrete en SEIDO? ¿Qué habrá dicho de Tarek y de Javier Duarte?
Archivo muerto
Si no es Pepe
Yunes, es Tonatiuh Pola. Uno y otro ven riesgo de derrota, el PRI en la lona,
ya sea por la inseguridad o porque en la conurbación Veracruz-Boca del Río
nomás el panismo es casi invencible. Refiere el senador originario de Perote:
“El proceso electoral es una oportunidad para premiar o castigar resultados de
gobierno, lo relevante de los datos como lo ha señalado Héctor Yunes, quien es
nuestro candidato y se ratificará el 13 de marzo, sin dudas es el de dejar en
claro que es una expresión distinta dentro del PRI”. Sí y no. Es una “expresión
distinta” al duartismo, pero de palabra, intentando deslindarse del lodazal que
representa el gordobés y antes el fidelismo. Y es también una falacia porque si
algo hizo el hoy candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, o sea Héctor
Yunes, fue sumirse en el silencio y, peor aún, salir en defensa de Fidel Herrera
Beltrán y de Javier Duarte de Ochoa, cuando el saqueo, la violencia de los
cárteles, la corrupción policíaca, la sangre de los inocentes, la desaparición
de veracruzanos estaba en todo su esplendor. Parafraseando a Pepe Yunes, la
violencia que agravia a Veracruz será factor determinante en la elección del 5
de junio. Eso que ni qué. Tonatiuh Pola atisba el riesgo de un descalabro
priista en los distritos de Veracruz y el de Boca del Río, ahí donde perdieron
Miguel Alemán y Javier Duarte, ahí donde Anilú Ingram y Carolina Gudiño
sucumbieron ante el PAN, ahí en el feudo de los Yunes azules y Julen
Rementería. O sea que ahí ya valió el PRI… Tres semanas ya. Tres semanas desde
aquel 11 de enero en que un grupo policíaco levantó a los cinco jóvenes de
Playa Vicente en su paso por Tierra Blanca y luego los puso en manos del crimen
organizado, del Cártel Jalisco Nueva Generación, al que el fiscal “Culín”,
alias Luis Ángel Bravo Contreras, se negaba siquiera a mencionar hasta que
ocurrió la aprehensión de Francisco Navarrete Serna, presunto jefe de plaza del
CJNG, junto con su hijo y un amigo, y a quienes Javier Duarte llama criminales
sin que un juez lo haya determinado aún. ¿Pues de qué tamaño es el enredo,
señor fiscal, como para no invocar el nombre del Cártel Jalisco? 22 días de
angustia para sus padres y hermanos, sus amigos y Veracruz entero, porque se
trata de muchachos de buena estirpe, sin tacha, sin dar de qué hablar, sin
conflicto con nadie, estudiosos y trabajadores. Tres semanas y nada, mientras
los padres denuncian que la policía de Veracruz secuestra y es la que puso a
sus hijos en manos del crimen organizado. Eso es desaparición forzada. Y por
eso conminan a Enrique Peña Nieto a actuar… Famélica, la caballada del PRD para
los distritos Coatzacoalcos Urbano y Rural en nada inquieta al PRI. De mediano
nivel, ínfimo el perfil, los aspirantes a la candidatura a diputado local no
tienen con qué ganar la contienda. Balconean para el Coatza Urbano a Armando
Rotter Maldonado, mal visto por perredistas y panistas; a Victoria Rasgado, mal
vista por la mitad de los periodistas de Coatzacoalcos y en su haber una
derrota cuando quiso ser alcaldesa de Moloacán; Homero Gutiérrez Melchor,
abogado sin trayectoria política; José Alberto Pavón David, de buena gestión cuando
digirió CMAS y hasta dinero en caja dejó, pero alejado de las lides
partidistas, y Gabriela Sosa, de la cuadra del ex regidor Alejandro Wong Ramos,
cuyo historial es garantía de derrota. En el Coatza Rural es lo mismo: lo menos
peor es Jesús Martínez Monroy, el dueño de las regidurías del PRD en Agua Dulce
con amplios vínculos con el priismo, y Mayra Gutiérrez, agente municipal de
Mundo Nuevo, aplaudidora de Marcos Theurel cuando lo ungieron candidato del PRI
a la alcaldía de Coatzacoalcos quien terminó su gestión entre arrebatos,
locuras, sobregiros, endeudamiento, obras para los amigos, los empleados y los
prestanombres, y un saqueo descomunal. Si con eso piensa el PRD enfrentar la
contienda, que se dé por muerto Miguel Ángel Yunes Linares en los dos distritos
del sur… Cargadísimo, deja Marcelo Montiel Montiel la delegación de la Sedesol
federal en Veracruz. Se consumó este lunes 1 el relevo, sustituido por Anilú
Ingram —del Carnaval al Congreso y de ahí a Sedesol—, sobre quien pesará el uso
y abuso de los programas sociales para mover el voto duro del PRI y a quien, en
consecuencia, le habrá de reventar el conflicto poselectoral porque disponer de
recursos públicos para inflar la votación de Héctor Yunes, siempre implica la
posibilidad de pagar los platos rotos e ir a prisión. Para eso está ahí Anilú.
Marcelo Montiel se concentrará en Coatzacoalcos, tratando de salvar la campaña
de su pupilo Víctor Rodríguez, su brazo derecho, que contenderá por la
diputación local en el distrito urbano, a quien no quieren ni en su casa, pues
hacer la chamba sucia siempre tiene su costo. Vuelve Marcelo a lo único que
hace bien: robarse las elecciones, engatusar a los incautos, venderle espejitos
a los ignorantes y ofrecer que la tierra prometida es de todos pero el botín es
suyo. A cambio de la diputación local, Héctor Yunes tendrá votos para enfrentar
el repudio popular. Habrá que ver si los electores prefieren caer en los
embustes de Marcelo o sopesar que mientras la violencia propiciada por el PRI
enluta familias, le roba la tranquilidad a la sociedad, genera un estado de
psicosis y aleja inversión, al capo del marcelismo cada vez le ha ido mejor. O
sea, saqueo, te engaño, te endulzo, me enriquezco y regreso a ver qué jodido
estás. De risa…