* La marcha universitaria va * ¿Y si estiran
la liga qué? * Niños contra la rectora * Antorcha contra la
UV * Pepe Yunes y Ahued, de lejos con Héctor * La coordinación y el
riesgo de la derrota * Martha no quiso ser candidata * Venta de
garaje en el feudo de Renato * Remata bienes la Unión de Ejidos
Mussio Cárdenas Arellano | 11
marzo de 2016
Tribuna Libre.- Su plan es matar a
la UV. De ahí que Javier Duarte no pague, retenga los recursos financieros,
incluso los de origen federal, pretenda imponer su proyecto de autonomía de
bajo costo y deslice, sutil, la amenaza a quien lo quiera enfrentar.
“No estiren la
liga”, suelta el gobernador de Veracruz, en una insólita declaración, que
evidencia el espíritu represor, tajante y obcecado, como en los días en que los
hombres de poder no admitían réplica a sus designios ni voces en contra.
“No estiren la
liga”, dice irritado el gordobés, acicateado por la negativa del Consejo
Universitario General a aceptar su propuesta de dotar a la Universidad
Veracruzana de sólo un 3 por ciento del presupuesto estatal.
Y si estiran la
liga, ¿qué?
¿Descargará sus
bastones eléctricos en los cuerpos de los universitarios que se manifiesten en
la megamarcha de este jueves 10, como lo hiciera su policía estatal, los
uniformados y los de civil, los militares y navales embozados y cobardes, que
atacaron a los pensionados que el reclamaban frente a palacio, en Xalapa, el 23
de diciembre de 2015, el pago de sus quincenas y aguinaldo y los cheques
girados sin fondo?
¿Atacará con palos
con clavos, bates, manoplas y armas, como lo hiciera el grupo parapolicíaco que
arremetió contra los ocho universitarios, el 5 de junio de 2015, a unas cuadras
del PRI, vinculándolos con los ambientalistas y activistas enlistados en un
reporte de la Secretaría de Seguridad Pública que evidenció el espionaje a que
somete Javier Duarte a los veracruzanos?
¿Asediarán sus
agentes vestidos de civil como lo hicieran con Rubén Espinosa Becerril,
fotorreportero de Proceso, Claroscuro y AVC, defensor y organizador de periodistas,
hasta obligarlo a irse de Veracruz, exiliarse en el DF, seguirlo, hostigarlo,
culminando la maldad con su crimen, el 31 de julio de 2015, en un departamento
de la colonia Narvarte, atribuido a una célula del narco, como siempre dice el
duartismo, pues los malosos no va a pedir derecho de réplica ni a defender su
honor, que obvio no tienen?
No sabe Javier
Duarte con qué fuego juega. El de los universitarios es letal.
Se roba 2 mil
millones de pesos y todavía peor, suelta la amenaza, maniobra, instala un grupo
proclive a la violencia, violador de la ley, Antorcha Campesina, que se
aposentó en Plaza Lerdo, hoy Plaza Regina Martínez, en las horas previas a la
movilización universitaria.
Si no son los
antorchistas, son los 400 Pueblos y su decadente espectáculo nudista, y si no,
los cardenistas. No varía la estrategia Javier Duarte. Siempre los usa para
impedir que quienes protestan por causas justas se sitúen frente al palacio de
gobierno. Y si lo hacen hay riesgo de violencia.
Fuego
universitario es fuego que derrumba gobiernos. Pasa a la historia quien reprime
a la comunidad universitaria. Despierta al dragón quien no atina a medir la
fuerza moral de una universidad.
Se roba 2 mil
millones, transgrediendo normas, esfumando recursos federales de los que la UV
debe dar cuenta o regresarlos a la Federación. ¿Pero cómo? Si el que dispuso de
ellos, o sea Javier Duarte, nunca los entregó a la institución universitaria.
Testarudo, sin un
ápice de razón, quiso desinflar la marcha del 26 de febrero con una propuesta
que no es más que un ardid muy a su estilo. Propuso otorgarle por ley autonomía
financiera a la UV, garantizarle el 3 por ciento del presupuesto total del
gobierno de Veracruz, creído así atenuaba la intensidad de los reclamos, el
odio de la comunidad universitaria.
Le pidieron que
eleve la oferta. Le proponen que garantice un 5 por ciento del presupuesto del
gobierno de Veracruz, para así incrementar la matrícula estudiantil y dar
cabida a mayor número de veracruzanos que deseen cursar sus estudios profesionales
en la universidad Veracruzana; intensificar la investigación; tener viabilidad
financiera.
Lo suyo no es
resolver sino aplacar el fuego, ganar tiempo, diluir la protesta, revertir las
denuncias penales que enfrenta, federales y ante la Fiscalía estatal, donde
despacha su alma gemela, “Culín”, alias Luis Ángel Bravo Contreras, alias “El
fiscal”.
Tramposo de
marras, Javier Duarte habla de otorgarle autonomía financiera a la UV, pero no
entrega los 2 mil millones de pesos correspondiente a ejercicios anteriores.
Simplista,
irresponsable, respondió con un “a la Universidad Veracruzana no se le debe
NADA”, cuando iniciaban los reclamos por la retención del subsidio. Decía que
no era deuda porque era subsidio y que nada obligaba al gobierno de
Veracruz a pagarlo
y que lo haría en la medida de la disponibilidad de recursos.
Tácitamente ahí se
dio su Waterloo, hecho trizas en el campo de batalla, embestido por una rectora
pusilánime al principio hasta que se percató que Javier Duarte la usaba, la toreaba,
la engañaba y que nunca iba a cubrir el adeudo.
Hoy Sara Ladrón de
Guevara encabeza el movimiento. Convoca el Consejo Universitario General a la
megamarcha de protesta, a expresar la exigencia de pago, a conceder la
autonomía financiera sobre la base del 5 por ciento del presupuesto total del
gobierno de Veracruz. Y la no agresión a los miembros de la comunidad
estudiantil.
A todo recurre
Javier Duarte con tal de no pagar. Exhibido en prensa nacional, vapuleado en
todos los frentes, conminado por la asociación de universidades del país a
entregar los subsidios a la UV, se halló con que sí hay adeudo y que se habría
de calendarizar.
Abrió el diálogo
pero sólo para retener los 2 mil millones. Volvió a decir que no se le debía un
un peso a la UV, que la institución tenía cuotas pendientes de pago con el
Instituto de Pensiones del Estado y que de ello se encargaría el gobierno de
Veracruz.
Le refutó la UV
con argumentos y cifras. Le descubre la treta: de esos impuestos está exenta la
universidad y la advertencia de que le aplicaría acciones coercitivas las
enfrentaría con la ley en la mano.
Fue entonces
cuando la movilización universitaria sacudió a Javier Duarte, instado a pagar,
enfrentado a alumnos, catedráticos y personal administrativo.
Nunca antes un
gobernador en Veracruz había enfrentado denuncias penales por parte de la UV.
Esta vez sí.
Pero ni así cedió.
Persistió Javier Duarte en que su gobierno no debe y que su propuesta es dotar
a la UV de autonomía financiera, garantizando con una reforma legal un 3 por
ciento del presupuesto total del gobierno de Veracruz.
Tejía fino le
gobernador, dialogando con la rectora Sara Ladrón de Guevara, planteando que el
3 por ciento le otorgaba miles de millones de pesos anuales a la UV.
Pero el Consejo Universitario
General le dijo no. Y acordó volver a las calles, manifestarse simultáneamente
en las cinco sedes regionales de la UV, exigiendo el pago de los 2 mil millones
de pesos retenidos y que su propuesta de ley sea de 5 por ciento del
presupuesto total del gobierno destinado a la UV.
Javier Duarte lo
rechaza. Su respuesta es el puño y la amenaza. Lanza a una agrupación afín,
Antorcha Campesina, a apoderarse de Plaza Lerdo para impedir que desde ahí
protesten los universitarios. Y ante los visos de violencia y la condena
social, los antorchistas se retiran.
Sucio como es, el
miércoles 9 decenas de estudiantes adolescentes y niños, en la capital de
Veracruz, eran llevados a protestar contra la rectora de la UV por el salario
que detenta y los autos lujosos adquiridos una vez que llegó al cargo.
Usar niños para
enfrentar a sus enemigos denota la bajeza moral de Javier Duarte, hundido en la
desesperación, reducido a nada como gobernador.
Ríspida la
relación UV-Duarte, la describe el periodista Aurelio Conteras Moreno, autor de
la columna Rúbrica:
“La Universidad
Veracruzana y Sara Ladrón de Guevara decidieron jugarse el todo por el todo en
su enfrentamiento contra el gobierno estatal, al punto de que además de las
denuncias penales que ya interpuso, la rectora encabezará la próxima marcha
multitudinaria en Xalapa, algo que le había sido demandado por una parte de la
comunidad universitaria y por la opinión pública del estado, pero que había
evitado.
“Como ha sucedido
desde que inició públicamente el diferendo, el gobernador Javier Duarte de
Ochoa está furioso porque le cobren y lo exhiban, y más aún, porque no se acate
como una orden lo que a su propia conveniencia, que no a la de la Universidad,
ofrece a la casa de estudios”.
Presuntamente
había un acuerdo entre Javier Duarte y la rectora. Ella no lo ha expresado; el
gobernador sí. Entrevistado el martes 8, dice el gordobés:
“Este tema yo a la
Rectora se lo había comentado, me había puesto de acuerdo con ella en la
iniciativa antes de enviarla (al Congreso estatal) sin embargo, el Consejo
Universitario decidió lo contrario. Lo respeto, pero jamás en la historia han
tenido el 3 por ciento y ahora quieren el cinco por ciento, que es imposible de
tener”.
Boquiflojo, nada
se le cuece en su interior al gobernador. Suelta lo que habla, lo que acuerda,
lo que va tejiendo para amarrar una solución.
Evidencia que con
la rectora ya caminaba hacia el fin del túnel, a lo lejos la luz. Pero el
Consejo Universitario General lo reventó.
Hoy enfrenta a la
comunidad universitaria, justo cuando el proceso de sucesión se complica, a la
baja el PRI en la intención de voto a causa de su desastroso gobierno, la
violencia que no tiene freno, la quiebra financiera, el endeudamiento brutal y
ahora los 35 mil millones de pesos de origen federal que no ha solventado a la
Auditoría Superior de la Federación. La megamarcha es la máxima expresión de
repudio social.
Y este jueves 10
se enfrenta, cara a cara, a la comunidad UV. En las calles los universitarios,
respaldados por la UNAM, el Politécnico Nacional y otras universidades del
país, habrán de templar a un gobernador que quiso ser duro y se está quebrando.
Qué tipo. No paga
y todavía amenaza.
Archivo muerto
Pepe Yunes no se
arriesga. Ricardo Ahued tampoco. Ni el senador ni el diputado local asumen la
coordinación de la campaña de Héctor Yunes, alarmados quizá por los reportes
que presagian la debacle del PRI. Pepe Yunes Zorrilla se concentrará en su
distrito, Perote, pues si no le asegura la victoria al tricolor en su feudo, ni
cómo pedir la candidatura a gobernador en 2018. En el supuesto de que fuera el
coordinador de campaña Héctor Yunes y se perdiera la elección, hasta llegara su
sueño de ser gobernador en el siguiente proceso electoral. Sabido es que los
perdedores no tienen derecho a nada. Ahued, que es todo congruencia y que no se
presta a las turbiedades y maniobras del PRI, mejor se abstuvo de llevar el
peso de la campaña al microgobierno de Veracruz. Así serán las lecturas que les
llegan de la intención de voto… Por algo Martha Hernández no quiso. Por algo,
quizá por el marcelismo de su papá, rehuyó la candidatura a la diputación local
por Coatzacoalcos Urbano. Era la regidora panista una carta que se mantuvo en
reserva ante la famélica caballada que presenta el PRD, personajes sin lustre,
agobiados por el descrédito, ajenos al electorado, el caso de Alejandro Wong,
el caso de Armando Rotter, Gloria Rasgado que asegura que la inscribieron a sus
espaldas, Alejandro Gutiérrez al que le habrían de revivir viejos y recientes conflictos
de tierras. Si el PRD declarara nulo su proceso interno, la alianza PAN-PRD
contemplaba a Martha Hernández como su propuesta final. Pero Martha no quiso,
dementada por los mismos panistas o quizá por el marcelismo de su papá, el ex
regidor Pedro Hernández… Venta de garaje en Las Choapas. Remata todo Renato
Tronco, el minicacique cuyos excesos y atracos, el poder convertido en palanca
de enriquecimiento, lo mantienen a salto de mata, acusado de la autoría
intelectual del crimen del ex regidor panista, Alfredo Perez Juárez. Al precio
que sea vende su maquinaria la Unión de Ejidos 25 de Abril de 2000, empresa
tronquista que comenzó como organización para la defensa del campesinado y
terminó realizando obra pública, la que le otorgaba Fidel Herrera Beltrán en
sus días de gobernador y que acaparó en los tiempos de Javier Duarte. Hay
indicios de que Renato obtendrá el juicio de amparo para revertir la acusación
de la Fiscalía de Veracruz. ¿Y si no? Vende pues la Unión de Ejidos 25 de Abril
sus bienes, como proliferan las ventas de negocios, predios, autos de quienes
se sabe son prestanombres del ex minicacique de Las Choapas, correteado
judicialmente por el gobernador y masacrado políticamente por el ex
gobernador…